UN OVNI EN UN HOSPITAL CANADIENSE

Galán Vázquez
19 min readJan 3, 2021

--

OVNI y ocupantes vistos cerca del Hospital Cowichan en BC, Canadá

Fecha: 1 de enero de 1970
Lugar: Duncan, Columbia Británica, Canadá

Lugar de observación del OVNI. Imagen Google Earth Pro

Según fuente de John Magor:

La señorita Doreen Kendall, una enfermera práctica en el Hospital del Distrito de Cowichan en la isla de Vancouver, estaba mirando por la ventana de la sala, cuando vio a 60 pies de distancia un “objeto tan grande y brillante que podía ver todo con claridad”. Había dos figuras masculinas en la nave, una detrás de la otra. Uno de los “hombres” finalmente miró directamente a Doreen y la nave comenzó a alejarse, pero no antes de que Freida Wilson, una enfermera titulada, también viera el objeto.

Dibujo del avistamiento del artista Brian James

Eran las cinco de la mañana del día de Año Nuevo de 1970, cuando la señorita Doreen Kendall, enfermera práctica en el Hospital del Distrito de Cowichan en la isla de Vancouver, notó que uno de los pacientes ancianos de su sala estaba inquieto. Decidiendo que la paciente estaba demasiado caliente, se acercó a una ventana y abrió las cortinas para dejar entrar un poco de aire.

Doreen Kendall

“Justo cuando tiraba de las cortinas, una luz brillante me dio en los ojos” , dijo. “Todavía estaba oscuro afuera, pero a unos 60 pies de distancia justo encima de la sala de niños a mi izquierda, había un objeto tan grande y brillante que podía ver todo con claridad”.

“El objeto era circular y tenía lo que supongo que llamarías una parte superior e inferior. La parte inferior era plateada, como el metal, y tenía la forma de un cuenco. Había una cadena de luces brillantes a su alrededor como un collar. La parte superior era un cúpula hecha de algo como vidrio. Estaba iluminada desde adentro y podía ver directamente en ella “.

Continuando con su relato en forma de preguntas y respuestas, la señorita Kendall me dijo que había dos figuras masculinas en la nave, una detrás de la otra, frente a ella inmediatamente desde el hospital. El que estaba al frente parecía más alto, o tal vez estaba posicionado más alto que el otro. Sus cabezas estaban revestidas de un material oscuro muy ajustado.

Mientras observaba con intensa curiosidad, pero completamente sin miedo — “Nunca me sentí tan tranquila en toda mi vida. Ojalá hubiera podido hablar con ellos” — se dio cuenta de que veía más el interior de la nave y se dio cuenta de que se estaba inclinando. En un momento, pudo ver un punto justo debajo de sus rodillas y notó que estaban parados frente a lo que parecían taburetes.

“Parecían hombres buenos, altos y bien formados” , dijo. “Estaban vestidos con trajes ajustados del mismo material que les cubría la cabeza, pero sus manos estaban desnudas y noté lo humanos que se veían. Su carne parecía como la nuestra”.

Boceto inicial de la observación según Doreen Kendall realizado por el artista Brian James

Intrigada como estaba por la apariencia de las dos figuras, la señorita Kendall encontró su interés centrado en lo que parecía un panel de instrumentos frente al que estaba enfrente.

“El hombre de enfrente estaba mirando el panel como si algo muy importante estuviera sucediendo, y me pregunté si podrían haber tenido problemas mecánicos. Incluso pensé que podrían haber aterrizado en el techo del hospital y luego tener problemas para despegar. “

Ella describió el panel como muy grande, ocupando casi la mitad del interior del objeto y llegando casi hasta la parte superior de la cúpula. Los instrumentos, si eso es lo que eran, parecían estar incrustados en el metal cromado del panel y había una variedad de tamaños.

La vista total fue tan absorbente que al principio, los pensamientos de la señorita Kendall se perdieron en todo lo demás, y por un momento se olvidó de que la señora Frieda Wilson, una enfermera titulada, estaba en la misma habitación.

“Entonces, cuando lo pensé, creo que dudé. Sentí que no debía hacer ruido ni hacer nada que pudiera romper la tendencia de lo que estaba sucediendo”.

En este punto, casi como si le leyeran sus pensamientos, vio que la figura de la parte trasera se giraba lentamente y miraba directamente en su dirección.

“Parecía mirarme directamente pero no podía ver su rostro. Estaba cubierto por un material oscuro que parecía más suave que el resto de su traje. Estoy seguro de que me vio porque luego tocó al otro hombre en la Cuando hizo esto, el hombre de delante se inclinó y agarró algo como una palanca a su lado. Nunca olvidaré lo deliberadamente que lo hizo. Lo empujó hacia adelante y hacia atrás y el platillo, o lo que sea que llamémoslo, comencé a dar vueltas lentamente, todavía cerca del edificio, en sentido antihorario”.

El movimiento pareció romper el hechizo de la señorita Kendall, porque entonces recordó que la señora Wilson estaba allí y la llamó.

Más tarde, hablé por separado con la Sra. Wilson, quien dijo: “Me di cuenta de que la señorita Kendall estaba de pie junto a la ventana y me preguntaba qué estaba mirando. De hecho, solo iba a ver cuando me hizo una seña, y luego vi esto gran luz sobre el patio fuera de la sala de niños. Yo diría que era un poco más grande que un automóvil. (Según la estimación de ambos testigos, el objeto tenía un ancho de aproximadamente cinco ventanas de la sala de niños. un diámetro de al menos 50 pies.)Parecía de forma circular y el lado lejano parecía ser más alto que el lado cercano a nosotros. Se movía lentamente y luego comenzó a alejarse. Realmente no vi ninguna parte superior o inferior. Todo fue tremendamente brillante “.

Fuente: http://www.ufoevidence.org/cases/case633.htm

Sin intención de infracción. Solo con fines educativos.

UN OVNI SE AVENTURA EN UN HOSPITAL CANADIENSE

una encuesta del Dr. P. M. H. EDWARDS

No hay nada sencillo en el problema de los OVNIS, y esto es debido quizás a que no todos provienen del mismo punto y a que los seres que los tripulan no per­tenecen al mismo grupo espacial ni están animados de las mismas intenciones. A juzgar por los casos más frecuentes, los tripulantes de los OVNIS parecen más bien querer rehuir la mirada y la presencia de nosotros los humanos. Se manifiestan pre­ferentemente en lugares casi desiertos y cuando se posan en el suelo o muy cerca del mismo, huyen rápidamente si un tes­tigo aparece y, sobre todo, si éste se aba­lanza hacia ellos. Sin embargo, hemos tenido conoci­miento gracias a nuestro distinguido corresponsal canadiense Dr. P. M. H. Edwards, profesor de lingüística de la Uni­versidad de Victoria, de que en el cur­so de un caso sucedido recientemente en la ciudad canadiense de Duncan, un OVNI estacionado a unos 20 metros del suelo se había mostrado ostensiblemente, así como dos de sus tripulantes, a unos miembros del personal de un hospital.

Se trata, pues, de un suceso excepcio­nal que hay que estudiar.

El Dr. P. M. H. Edwards no sólo se ha contentado con enviarnos el recorte de diario canadiense en el que se reporta el incidente, sino que también nos ha envia­do los resultados de la encuesta que él mismo ha efectuado en el lugar del su­ceso.

Le agradecemos muy vivamente por estas informaciones cuya importancia sal­ta a la vista.

René Fouéré.

Por su parte el Centro de Estudios Interplanetarios agradece al Sr. René Fouéré Secretario General del GEPA (69, rue de la Tombe-lssoire. Paris 14), la amabilidad de concedernos el permiso de traducción de este caso, aparecido en la revista del GEPA que él dirige «Phénoménes Spatiaux)), Nº 23, pp. 23–27, correspondiente al primer trimestre de 1970.

El Valle de Cowichan ha sido el escenario de una media docena de observaciones de OVNIS durante las seis últimas semanas, siendo la más importante reportada el do­mingo.

“La Sra. Doreen Kendall, R. N. (2), de Nanauno, afirmó haber visto un objeto circular brillante de cerca unos 50 pies ( 15 mts.) de diámetro, ocupado por dos seres de apariencia humana, que permane­ció en vuelo estacionario a solamente 40 pies (12 mts.) del hospital del Distrito de Cowichan, donde ella trabaja en calidad de enfermera.

Hospital del Distrito de Cowichan. Imagen Google Earth Pro

La Sra. Kendall, mujer de una cincuen­tena de años y que, en el transcurso de los últimos nueve años, no ha cesado de acudir cada día a Duncan a trabajar, ha afirmado que los dos seres de apariencia masculina se encontraban en el interior de una cúpula fuertemente iluminada de un artefacto en forma de “platillo” . Explicó su aventura al Sr. John Magor, de Ma­pley Bay, quien dirige y publica “Cana­dian UFO Reports”, periódico consa­grado a los fenómenos aéreos y que ob­tuvo la confirmación ulterior de la des­cripción del objeto por otros cinco testi­monios del hospital. Por desgracia, sólo la Sra. Kendall vio los ocupantes. Ha ex­plicado que se había dirigido al pabellón reservado a los enfermos necesitados de cuidados prolongados, en el segundo piso del hospital, a fin de examinar un enfer­mo de edad, hacia las cinco de la madrugada del primer día del año en curso.

Temiendo que el enfermo, al estar dor­mido, tuviese demasiado calor, la señora Kendall descorría una cortina cercana al lecho cuando sus ojos vieron la cabina de mandos iluminada de un objeto que se mantenía inmóvil en el aire, un piso por encima suyo, cara al pabellón infantil. El objeto se hallaba ligeramente inclinado hacia ella a una distancia de 40 pies ( 12 metros) y a unos 60 pies (18 metros) del suelo. En un principio, la Sra. Kendall sólo pudo ver el torsos de los seres del interior, pero más tarde, cuando la máquina aún se inclinó más, los pudo con­templar mucho mejor según sus decla­raciones, el artefacto era plateado, metá­lico y tenía un “collar de luces” alrede­dor de su parte central. Los dos seres que se encontraban en el interior de la cúpula poseían un “físico de una belleza llamati­va” y estaban vestidos con uniformes ce­ñidos hechos de un material fino. Uno de ellos se encontraba delante de un tablero brillante de color cromado, mientras que el otro era más bajo o se encontraba situado un poco alejado?- se hallaba de­trás del primero. Ambos disponían de ta­buretes para sentarse.

Ventanas del Hospital desde donde fue observado el ovni. Imagen Google Earth Pro

La máquina no emitía ruido alguno y, al poco, la Sra. Kendall se dio cuenta de que su primera impresión de que podría tratarse de un helicóptero era incorrecta. Al cabo de un rato, el segundo ser, sin­tiéndose observado, se giró a fin de mirar­la de frente, dijo la Sra. Kendall. Un paño oscuro, parecido al color de su uniforme y al de su peinado, disimulaba los rasgos de su rostro. Con su mano no enguanta­da, que era de color carne y de aparien­cia humana, tocó al piloto. Este último accionó hacia atrás, luego hacia adelante y otra vez hacia atrás un mando “pare­cido a la palanca de gobierno de un avión” , y entonces la máquina se in­clinó lateralmente permitiendo a la seño­ra Kendall tener una excelente panorá­mica del interior. Afirmó que la cúpula parecía estar iluminada a partir de la parte inferior más que de la parte superior. No experimentó ningún tipo de miedo, aun­que gritó muy fuerte cuando creyó que el objeto estaba a punto de partir. Otra enfermera, la Sra. Freda Wilson, de Dun­can, llegó poco antes que otros cinco em­pleados del hospital, quienes vieron girar lentamente el objeto para después desapa­recer hacia el norte. A pesar de que la Sra. Kendall no ocultase a nadie su aven­tura. el asunto no trascendió hasta que un amigo de la familia de los Magor _que también era empleado del hospi­tal_ le insistió para que le explicara su historia. La Sra. Kendall declaró el do­mingo que el artefacto parecía casi tocar el patio exterior del hospital y que era de un tamaño comparable al de cinco ven­tanas del hospital. Por fuera. dijo la se­ñora Kendall, era negro como el azaba­che.

Más tarde. y durante el mismo día, un OVNI fue observado por los miembros de la familia Drummond en Mili Bay, a 11 millas (alrededor de 18 km) al sur de Mili Bay. La Sra. Bea Drummond afirmó que, hacia las 19 horas, apercibió en el cielo un objeto color naranja vivo y ama­rillo. También fueron testigos su hijo Jim y la esposa de éste Diana, quienes se hallaban a bordo de un remolcador an­clado a poca distancia. Drummond obser­vó el objeto con un telescopio, llegando a contar hasta cuatro luces distintas que parecían “llamas de vela, aunque más grandes”. Fue incapaz de evaluar su ta­maño pero declaró que el objeto se halla­ba por debajo del nivel de las nubes, a unos 900 pies (300 mts.) de altitud. El viento soplaba en dirección opuesta a la seguida por el objeto y este último no emitía ruido alguno (3).

Lugar donde los miembros de la familia Drummond en Mili Bay vieron el OVNI. Imagen Google Earth Pro

En diciembre, un profesor de Duncan y otros cuatro empleados de una escuela observaron un OVNI que permaneció en vuelo estacionario por encima de la escue­la durante tres minutos. Dos hombres de Ladysmith se acomodaron en su automó­vil para observar un objeto que pasó vo­lando a una velocidad de 4 millas (6'4 km.) por minuto. El mismo objeto fue apercibido por el propietario de una tien­da de muebles de Ladysmith y por su es­ posa.

Periodista desde hace mucho tiempo y haciendo profesión de escepticismo, John Magor, cuyo periódico se vende por todo el mundo, no había nunca visto un obje­to que no pudiera identificar. Sin embar­go, el domingo admitió haberse turbado por la historia de la Sra. Kendall al des­cribirle los seres de apariencia humana a bordo de una nave espacial. Se dio enton­ces cuenta de que la avalancha de obser­vaciones en el Cowichan Valley corres­pondía en frecuencia con los reportes pro­venientes de las montaña de Cariboo y extendiéndose, desde el principio al fin, so­bre un período de 26 meses. El Sr. Ma­gor cree que un nuevo ciclo de 26 meses acaba de comenzar, y “es posible que no nos libremos de una invasión pacífica” .

Para el próximo número de su revista (P. O. Box 758, Duncan, B. C., CANADA) quiere reunir todos los elementos de un estudio que le permitirá conocer si hay pruebas ciertas de que una verdade­ra red de observaciones existe a lo largo y ancho de Canadá.

Aunque el Sr . Drummond haya dicho que había sentido "erizarse sus cabellos" cuando el OVNI pareció circunvalar su barco, la Sra. KendaLL ha decLarado que no había sentido en ningún momento pá­nico. “IncLuso habría subido a bordo para dar una vuelta, si ellos me lo hubieran pe­dido", afirmó”. Algunas semanas después de habernos enviado este articulo, el Dr. Edwards tuvo La cortesía de dirigirnos una carta en la cuaL nos ponía al corriente de Los resul­tados de la encuesta personal ,que había llevado a cabo en Duncan. En esta carta, fechada del 18 de febrero, nos escribía:

"Quiero (. . .) notificarles que el pasa­do domingo visité a la enfermera Miss D. Kendall (4), en el hospital del Distri­to de Cowichan, en La villa de Duncan, B. C . , Canadá, a 40 km de Victoria yen­do hacia el norte de esta isla de Vancouver en La que habito _no confundir La isla Vancouver con La gran ciudad de Vancouver, B. C., en La costa de la Co­lumbia Británico (Canadá occidental) a unos 80 km de aquí (. . .). Tuve, pues, una conversación con La Sra. Kendall de alrededor de una hora de duración, encontrándome con una dama de unos 55 años muy sincera e inteligente.

"Ella y su hermano se divertían, hace años, conduciendo automóviles de carre­ras! Y aún en la actualidad, la Sra. Ken­dall puede efectuar ella misma las repara­ciones de su propio auto. En suma, se trata de una dama muy capacitada.

Nos ha explicado lo que sucedió cuan­do ella, y luego otras cinco enfermeras, vieron el artefacto frente las ventanas del pabellón infantil del hospital. Todo ello ocurrió a tan poca distancia unos de otros, que la Sra. Kendall hubiera podido hablar con ELLOS en voz baja de haber­se hallado en el balcón y no detrás del cristal de una gran ventana! ELLOS es­taban frente al tercer piso, mientras que ella se hallaba tras una ventana del segun­do; pero cuando uno de ELLOS la vio mi­rar por la ventana puso la palma de una de sus manos en el hombro de su compañe­ro. Entonces. este último accionó al mo­mento una especie de palanca empotrada en el panel de mandos, con lo que el ar­tefacto se inclinó de tal modo que la se­ñorita Kendall pudo contemplar a los dos seres viendo hasta un poco más abajo de las rodillas, al principio. sólo podía ver sus cabezas y sus torsos). Siendo como es muy interesada por la mecánica, la señorita Kendall remarcó en especial el table­ro de mandos de la máquina, tablero que era pLateado y sobre el cual había gran cantidad de indicadores iluminados que parecían estar en relieve. Uno de los seres pasaba simplemente Las manos por enci­ma de los indicadores produciendo el efecto de que podía manejar la nave muy fácilmente, y sus manos eran parecidas a manos humanas.

Observación del OVNI desde la ventana del hospital. Imagen @galanvazquez

La única parte que vio de sus cuerpos fueron sus manos, ya , que los rostros es­taban escondidos tras la tela oscura (¿azul oscuro?) de sus uniformes. La máquina casi rozó el segundo piso cuando se incli­nó a fin de permitirle ver mejor el inte­rior. A continuación, describió varios círculos antes de desaparecer volando si­lenciosamente por entre Los árboles en dirección N-E, al tiempo que las otras en­fermeras se hallaban ya tras las ventanas, como respuesta a Los fuertes gritos de la Srta. Kendall. Ésta nos ha manifestado que sus compañeras habían pasado mie­do, mientras que ella no había experimentado espanto alguno.

"En las noches siguientes a la del inci­dente, cuando la Srta. Kendall se trasladaba en auto desde Nanaimo, donde re­side, a Duncan, donde trabaja desde las 12 de la noche a las 8 de la mañana, apercibió coma una potente luz blanca pa­recía esperarle cerca de la villa de Ladys­mith y que luego la acompañaba hasta Duncan. Una de las veces, la Srta. Ken­dall paró el coche y apagó los faros: al poco rato también se detuvo el artefacto quedando como a la espera. . . Sin embar­go, todo esto dejó de suceder a partir de la semana pasada.
"Finalmente, Vds. encontrarán un re­porte completo de los hechos en el próximo número del CANADIAN UFO RE­ PORT, la excelente publicación de Dun­can dirigida por el Sr. John Magor."

************************************************************

La investigación del Dr. Edwards con­ firma lo expuesto en el artículo apareci­do en el “Daily Times”. de Victoria, aña­diendo por otra parte interesantes preci­siones. Así por ejemplo, nos informa aunque la testigo se interesa por la mecánica _cosa que no ocurre frecuentemente entre las mujeres en general_ lo cual nos hace confiar de firme en la exactitud de la descripción hecha por la Srta. Kendall de los instrumentos que vio en el interior del artefacto. Por otro lado, los pudo ob­servar desde poca distancia y, según dice, muy bien iluminados. Si, como se puede suponer, su observa­ción fue tan concisa y si tenemos por ve­rídicas sus declaraciones, se nos aparece que el tablero de mandos de este singular aparato no difería demasiado en cuanto su aspecto exterior del que encontraría­mos en una nave terrestre de tipo con­vencional. Siguiendo este razonamiento, el indica­dor del control de altitud del artefacto nos recuerda la palanca de gobierno de un avión.

Sin embargo, si nos atenemos estricta­mente al texto, parece, al contrario,
que el piloto podía manejar ciertos meca­nismo o circuitos pasando "tranquilamen­te" la mano por encima de los "indica­dores" correspondientes sin maniobrar, aparentemente, ni con palancas ni con bo­tones. Al fin y al cabo, el "indicador" bien podría estar asociado a un dispositi­vo sensible a la variación de potencial eléctrico provocado por el paso de la ma­no por la zona y en razón de este pase (5). Por otra parte, estos indicadores ilumina­dos que -cosa curiosa- parecían "tener relieve", ¿eran de verdad indicadores en el sentido usual del término? En todo ca­so, si el mando del control de altitud del
artefacto se parecía a una palanca de gobierno de avión, su funcionamiento,
aunque con los mismos resultados, de­bía ser otro muy distinto. En una máquina volante inmóvil en el espacio, inclinar los alerones no habría tenido
efecto alguno en el cuerpo de la aeronave.
Por otra parte, tampoco intervinieron reactores, ya que los testigos no oyeron nada y esto que los acontecimientos suce­dieron durante la noche (poco después de las 5 de la madrugada. NDLR). Al fin y al cabo, aparte del problema de la nave, se nos plantea otro mucho mas importan­te que se refiere al hecho de ¡cómo se podía sostener inmóvil y silencioso un aparato circular de unos 15 metros de diámetro!

Añadamos que un helicóptero de este tamaño situado tan cerca de las depen­dencias del hospital, habría producido un ruido tan fuerte que habría despertado a todo el edificio. Tampoco no se puede ar­gumentar que el artefacto en cuestión se trataba de un dirigible del que solamente se veía la barquilla. Un dirigible provisto de una barquilla semejante debería tener, como mínimo, las dimensiones de un “Graf Zeppelin”. A pesar de que la Luna se hallaba en su cuarto menguante y de que, por aquellas fechas y en aquellas latitudes (parecidas a las de París), la noche era muy oscura, es difícil creer que un dirigible se aventurase hasta unos 12 metros de las ventanas de un hospital.

El hecho de que el aparato desconocido se haya aproximado hasta la mínima distancia del hospital, el hecho de la aparente curiosidad de sus ocupantes por el testigo y la aparente complacencia con la que los tripulantes se mostraron a la mirada del testigo en cuestión _siempre y cuando sea éste en motivo que explique la inclinación de la máquina_, podría hacernos pensar que el artefacto era un prototipo secreto canadiense o americano probado en territorio nacional o en territorio amigo por parte de pilotos poco discretos y desobedientes a las instrucciones de prudencia recibidas.

Sin embargo, la ausencia de ruido alre­dedor del aparato suspendido en el aire en un lugar fijo nos hace pensar en un sistema de propulsión y de movilidad tan revolucionariamente diferente de los conocidos por nosotros que nos es difícil creer que, incluso en los centros de investigación­ canadienses o americanos, hayan podido llegar a realizar un aparato movi­do por tal sistema y que, además, hayan osado probarlo, no ya en el recinto del centro de investigaciones sino que al aire libre y aún cerca de edificios civiles.

La apariencia de los seres era humana y, según opinión de la enfermera, su belleza corporal era llamativa. Por otro lado, el aspecto general de sus vestimentas era "clásico". Lo que nos sorprende es esta especie de tela color oscuro que disimula­ba los rasgos de sus rostros. Si era en efecto una máscara, ¿por qué razón querían ocultar sus caras? Pero, ¿y si no se tratase de un elemento de disimu­lación y sí de una parte del traje? ¿No po­dría tratarse de una especie de material con funciones, al igual que los cristales de nuestros lentes, de filtro óptico y de pro­tector de sus ojos contra las radiaciones nocivas para ellos emitidas por nuestras fuentes de luz? Es necesario hacer notar, por otra parte, que la luz reinante en el interior de la máquina era también una luz para los ojos de la Srta. Kendall, una luz que le permitía distinguir las formas de los objetos desconocidos que ilumina­ba e incluso los colores de los tales obje­tos y, aún -como en el caso de la mano y del tablero-, de otros tipos de colores. Que la señorita no soñó despierta es una realidad por razón de que otros cinco o seis empleados del hospital también ob­servaron el objeto. Lo que parece más extraordinario es esta luz que, después del incidente y según las declaraciones hechas al Dr. Edwards por la Srta. Kendall, parecía acompañar­ la por la noche en el trayecto entre Ladys­mith y Duncan. Los escépticos podrán pensar que, aunque sin darse cuenta, la enfermera habría sido afectada, quizás ob­sesionada, por la aparición inicial más im­portante y que la luz posterior por ella observada en solitario -la Srta. Kendal conducía su auto hacia la medianoche en­tre dos pequeños pueblos canadienses-, era solamente producto de su imagina­ción. Esto, sin embargo, no está de acuer­do con el carácter del testimonio y, por otro lado, la luz en cuestión acabó final­mente por dejar de verse. Hemos de resaltar que, cuando los suce­sos del hospital, todo sucedió como si uno de los ocupantes de la máquina hubiese tenido conciencia, no sólo de la presencia observadora de la Srta. Kendall sino que incluso de la intrépida curiosidad de la enfermera y aún de su deseo de ver mejor la máquina, satisfaciendo estos deseos. Si todo ello no se trataba de telepatía, se po­dría concluir que el ocupante en cuestión sabía, al igual que nosotros los humanos, leer la expresión de un rostro humano -cosa ésta que sería digna de medita­ción-, y, puede que incluso, podía dar­se cuenta de que, delante de la máquina y de sus ocupantes, el testigo no experi­mentaba ni miedo ni hostilidad.

“la Srta. Ken­dall paró el coche y apagó los faros: al poco rato también se detuvo el OVNI quedando como a la espera. . .” Imagen @galanvazquez

Finalmente, si la enfermera no se obse­sionó, y si la bola luminosa que la escoltó durante las noches siguientes entre Ladys­mith y Duncan, era real y se trataba de la máquina observada en el hospital, ¿po­dríamos deducir que los pilotos del tal ar­tefacto eran capaces, en plena noche, de buscar e identificar un ser humano par­ticular visto antes más de cerca y al que pudieran ellos dispensar un interés espe­cial?

René Fouéré

Notas:

(1) El Dr. Edwards es consultante técnico del APRO en lingüística.

(2) R. N., abreviación de “Registered Nurse” : enfermera diplomada.

(3) En el “APRO Bulletin” correspondiente a enero-febrero 1970, p. 4, se reporta una observación en Duncan del día 6 enero 1970: “La Sra. G. C. Drinnen observó un “objeto rojo que giraba” que permaneció en el aire hasta que des­ apareció verticalmente en línea recta. La Sra. Drinnen afirmó que no pudo dis­tinguir la forma del objeto de una manera clara, pero que un lado parecía ser más oscuro que el otro”. NDLR.

(4) El diario canadiense habla de la Sra. Kendall, mientras que el Dr. Edwards habla de la Srta. Kendall. (Por su parte, el “APRO Bulletin” habla también de la Srta. Kendall. NDLR).

(5) Evidentemente, no se trataba de una conducción vocal o mental de las máqui­nas tal como hemos evocado en dos artículos: “Phénoménes Spatiaux” №7, p. 8 y №15, p. 32.

(6) Las imágenes han sido rediseñadas de los lugares originales y tratadas digitalmente por @galanvazquez 3/1/2021

(7) Este informe ha sido sacado del servicio informativo del Centro de Estudios Interplanetarios STENDEK Nº1 Junio 1970

--

--

Galán Vázquez
Galán Vázquez

Written by Galán Vázquez

Painter, Graphic Designer, Seville & Barcelona Spain, Member of the Center for Interplanetary Studies of Barcelona. Research Correspondent at UFO-SVERIGE

No responses yet