UN OVNI EN UN HOSPITAL CANADIENSE
OVNI y ocupantes vistos cerca del Hospital Cowichan en BC, Canadá
Fecha: 1 de enero de 1970
Lugar: Duncan, Columbia Británica, Canadá
Según fuente de John Magor:
La señorita Doreen Kendall, una enfermera práctica en el Hospital del Distrito de Cowichan en la isla de Vancouver, estaba mirando por la ventana de la sala, cuando vio a 60 pies de distancia un “objeto tan grande y brillante que podía ver todo con claridad”. Había dos figuras masculinas en la nave, una detrás de la otra. Uno de los “hombres” finalmente miró directamente a Doreen y la nave comenzó a alejarse, pero no antes de que Freida Wilson, una enfermera titulada, también viera el objeto.
Eran las cinco de la mañana del día de Año Nuevo de 1970, cuando la señorita Doreen Kendall, enfermera práctica en el Hospital del Distrito de Cowichan en la isla de Vancouver, notó que uno de los pacientes ancianos de su sala estaba inquieto. Decidiendo que la paciente estaba demasiado caliente, se acercó a una ventana y abrió las cortinas para dejar entrar un poco de aire.
“Justo cuando tiraba de las cortinas, una luz brillante me dio en los ojos” , dijo. “Todavía estaba oscuro afuera, pero a unos 60 pies de distancia justo encima de la sala de niños a mi izquierda, había un objeto tan grande y brillante que podía ver todo con claridad”.
“El objeto era circular y tenía lo que supongo que llamarías una parte superior e inferior. La parte inferior era plateada, como el metal, y tenía la forma de un cuenco. Había una cadena de luces brillantes a su alrededor como un collar. La parte superior era un cúpula hecha de algo como vidrio. Estaba iluminada desde adentro y podía ver directamente en ella “.
Continuando con su relato en forma de preguntas y respuestas, la señorita Kendall me dijo que había dos figuras masculinas en la nave, una detrás de la otra, frente a ella inmediatamente desde el hospital. El que estaba al frente parecía más alto, o tal vez estaba posicionado más alto que el otro. Sus cabezas estaban revestidas de un material oscuro muy ajustado.
Mientras observaba con intensa curiosidad, pero completamente sin miedo — “Nunca me sentí tan tranquila en toda mi vida. Ojalá hubiera podido hablar con ellos” — se dio cuenta de que veía más el interior de la nave y se dio cuenta de que se estaba inclinando. En un momento, pudo ver un punto justo debajo de sus rodillas y notó que estaban parados frente a lo que parecían taburetes.
“Parecían hombres buenos, altos y bien formados” , dijo. “Estaban vestidos con trajes ajustados del mismo material que les cubría la cabeza, pero sus manos estaban desnudas y noté lo humanos que se veían. Su carne parecía como la nuestra”.
Intrigada como estaba por la apariencia de las dos figuras, la señorita Kendall encontró su interés centrado en lo que parecía un panel de instrumentos frente al que estaba enfrente.
“El hombre de enfrente estaba mirando el panel como si algo muy importante estuviera sucediendo, y me pregunté si podrían haber tenido problemas mecánicos. Incluso pensé que podrían haber aterrizado en el techo del hospital y luego tener problemas para despegar. “
Ella describió el panel como muy grande, ocupando casi la mitad del interior del objeto y llegando casi hasta la parte superior de la cúpula. Los instrumentos, si eso es lo que eran, parecían estar incrustados en el metal cromado del panel y había una variedad de tamaños.
La vista total fue tan absorbente que al principio, los pensamientos de la señorita Kendall se perdieron en todo lo demás, y por un momento se olvidó de que la señora Frieda Wilson, una enfermera titulada, estaba en la misma habitación.
“Entonces, cuando lo pensé, creo que dudé. Sentí que no debía hacer ruido ni hacer nada que pudiera romper la tendencia de lo que estaba sucediendo”.
En este punto, casi como si le leyeran sus pensamientos, vio que la figura de la parte trasera se giraba lentamente y miraba directamente en su dirección.
“Parecía mirarme directamente pero no podía ver su rostro. Estaba cubierto por un material oscuro que parecía más suave que el resto de su traje. Estoy seguro de que me vio porque luego tocó al otro hombre en la Cuando hizo esto, el hombre de delante se inclinó y agarró algo como una palanca a su lado. Nunca olvidaré lo deliberadamente que lo hizo. Lo empujó hacia adelante y hacia atrás y el platillo, o lo que sea que llamémoslo, comencé a dar vueltas lentamente, todavía cerca del edificio, en sentido antihorario”.
El movimiento pareció romper el hechizo de la señorita Kendall, porque entonces recordó que la señora Wilson estaba allí y la llamó.
Más tarde, hablé por separado con la Sra. Wilson, quien dijo: “Me di cuenta de que la señorita Kendall estaba de pie junto a la ventana y me preguntaba qué estaba mirando. De hecho, solo iba a ver cuando me hizo una seña, y luego vi esto gran luz sobre el patio fuera de la sala de niños. Yo diría que era un poco más grande que un automóvil. (Según la estimación de ambos testigos, el objeto tenía un ancho de aproximadamente cinco ventanas de la sala de niños. un diámetro de al menos 50 pies.)Parecía de forma circular y el lado lejano parecía ser más alto que el lado cercano a nosotros. Se movía lentamente y luego comenzó a alejarse. Realmente no vi ninguna parte superior o inferior. Todo fue tremendamente brillante “.
Fuente: http://www.ufoevidence.org/cases/case633.htm
Sin intención de infracción. Solo con fines educativos.
UN OVNI SE AVENTURA EN UN HOSPITAL CANADIENSE
una encuesta del Dr. P. M. H. EDWARDS
No hay nada sencillo en el problema de los OVNIS, y esto es debido quizás a que no todos provienen del mismo punto y a que los seres que los tripulan no pertenecen al mismo grupo espacial ni están animados de las mismas intenciones. A juzgar por los casos más frecuentes, los tripulantes de los OVNIS parecen más bien querer rehuir la mirada y la presencia de nosotros los humanos. Se manifiestan preferentemente en lugares casi desiertos y cuando se posan en el suelo o muy cerca del mismo, huyen rápidamente si un testigo aparece y, sobre todo, si éste se abalanza hacia ellos. Sin embargo, hemos tenido conocimiento gracias a nuestro distinguido corresponsal canadiense Dr. P. M. H. Edwards, profesor de lingüística de la Universidad de Victoria, de que en el curso de un caso sucedido recientemente en la ciudad canadiense de Duncan, un OVNI estacionado a unos 20 metros del suelo se había mostrado ostensiblemente, así como dos de sus tripulantes, a unos miembros del personal de un hospital.
Se trata, pues, de un suceso excepcional que hay que estudiar.
El Dr. P. M. H. Edwards no sólo se ha contentado con enviarnos el recorte de diario canadiense en el que se reporta el incidente, sino que también nos ha enviado los resultados de la encuesta que él mismo ha efectuado en el lugar del suceso.
Le agradecemos muy vivamente por estas informaciones cuya importancia salta a la vista.
René Fouéré.
Por su parte el Centro de Estudios Interplanetarios agradece al Sr. René Fouéré Secretario General del GEPA (69, rue de la Tombe-lssoire. Paris 14), la amabilidad de concedernos el permiso de traducción de este caso, aparecido en la revista del GEPA que él dirige «Phénoménes Spatiaux)), Nº 23, pp. 23–27, correspondiente al primer trimestre de 1970.
El Valle de Cowichan ha sido el escenario de una media docena de observaciones de OVNIS durante las seis últimas semanas, siendo la más importante reportada el domingo.
“La Sra. Doreen Kendall, R. N. (2), de Nanauno, afirmó haber visto un objeto circular brillante de cerca unos 50 pies ( 15 mts.) de diámetro, ocupado por dos seres de apariencia humana, que permaneció en vuelo estacionario a solamente 40 pies (12 mts.) del hospital del Distrito de Cowichan, donde ella trabaja en calidad de enfermera.
La Sra. Kendall, mujer de una cincuentena de años y que, en el transcurso de los últimos nueve años, no ha cesado de acudir cada día a Duncan a trabajar, ha afirmado que los dos seres de apariencia masculina se encontraban en el interior de una cúpula fuertemente iluminada de un artefacto en forma de “platillo” . Explicó su aventura al Sr. John Magor, de Mapley Bay, quien dirige y publica “Canadian UFO Reports”, periódico consagrado a los fenómenos aéreos y que obtuvo la confirmación ulterior de la descripción del objeto por otros cinco testimonios del hospital. Por desgracia, sólo la Sra. Kendall vio los ocupantes. Ha explicado que se había dirigido al pabellón reservado a los enfermos necesitados de cuidados prolongados, en el segundo piso del hospital, a fin de examinar un enfermo de edad, hacia las cinco de la madrugada del primer día del año en curso.
Temiendo que el enfermo, al estar dormido, tuviese demasiado calor, la señora Kendall descorría una cortina cercana al lecho cuando sus ojos vieron la cabina de mandos iluminada de un objeto que se mantenía inmóvil en el aire, un piso por encima suyo, cara al pabellón infantil. El objeto se hallaba ligeramente inclinado hacia ella a una distancia de 40 pies ( 12 metros) y a unos 60 pies (18 metros) del suelo. En un principio, la Sra. Kendall sólo pudo ver el torsos de los seres del interior, pero más tarde, cuando la máquina aún se inclinó más, los pudo contemplar mucho mejor según sus declaraciones, el artefacto era plateado, metálico y tenía un “collar de luces” alrededor de su parte central. Los dos seres que se encontraban en el interior de la cúpula poseían un “físico de una belleza llamativa” y estaban vestidos con uniformes ceñidos hechos de un material fino. Uno de ellos se encontraba delante de un tablero brillante de color cromado, mientras que el otro era más bajo o se encontraba situado un poco alejado?- se hallaba detrás del primero. Ambos disponían de taburetes para sentarse.
La máquina no emitía ruido alguno y, al poco, la Sra. Kendall se dio cuenta de que su primera impresión de que podría tratarse de un helicóptero era incorrecta. Al cabo de un rato, el segundo ser, sintiéndose observado, se giró a fin de mirarla de frente, dijo la Sra. Kendall. Un paño oscuro, parecido al color de su uniforme y al de su peinado, disimulaba los rasgos de su rostro. Con su mano no enguantada, que era de color carne y de apariencia humana, tocó al piloto. Este último accionó hacia atrás, luego hacia adelante y otra vez hacia atrás un mando “parecido a la palanca de gobierno de un avión” , y entonces la máquina se inclinó lateralmente permitiendo a la señora Kendall tener una excelente panorámica del interior. Afirmó que la cúpula parecía estar iluminada a partir de la parte inferior más que de la parte superior. No experimentó ningún tipo de miedo, aunque gritó muy fuerte cuando creyó que el objeto estaba a punto de partir. Otra enfermera, la Sra. Freda Wilson, de Duncan, llegó poco antes que otros cinco empleados del hospital, quienes vieron girar lentamente el objeto para después desaparecer hacia el norte. A pesar de que la Sra. Kendall no ocultase a nadie su aventura. el asunto no trascendió hasta que un amigo de la familia de los Magor _que también era empleado del hospital_ le insistió para que le explicara su historia. La Sra. Kendall declaró el domingo que el artefacto parecía casi tocar el patio exterior del hospital y que era de un tamaño comparable al de cinco ventanas del hospital. Por fuera. dijo la señora Kendall, era negro como el azabache.
Más tarde. y durante el mismo día, un OVNI fue observado por los miembros de la familia Drummond en Mili Bay, a 11 millas (alrededor de 18 km) al sur de Mili Bay. La Sra. Bea Drummond afirmó que, hacia las 19 horas, apercibió en el cielo un objeto color naranja vivo y amarillo. También fueron testigos su hijo Jim y la esposa de éste Diana, quienes se hallaban a bordo de un remolcador anclado a poca distancia. Drummond observó el objeto con un telescopio, llegando a contar hasta cuatro luces distintas que parecían “llamas de vela, aunque más grandes”. Fue incapaz de evaluar su tamaño pero declaró que el objeto se hallaba por debajo del nivel de las nubes, a unos 900 pies (300 mts.) de altitud. El viento soplaba en dirección opuesta a la seguida por el objeto y este último no emitía ruido alguno (3).
En diciembre, un profesor de Duncan y otros cuatro empleados de una escuela observaron un OVNI que permaneció en vuelo estacionario por encima de la escuela durante tres minutos. Dos hombres de Ladysmith se acomodaron en su automóvil para observar un objeto que pasó volando a una velocidad de 4 millas (6'4 km.) por minuto. El mismo objeto fue apercibido por el propietario de una tienda de muebles de Ladysmith y por su es posa.
Periodista desde hace mucho tiempo y haciendo profesión de escepticismo, John Magor, cuyo periódico se vende por todo el mundo, no había nunca visto un objeto que no pudiera identificar. Sin embargo, el domingo admitió haberse turbado por la historia de la Sra. Kendall al describirle los seres de apariencia humana a bordo de una nave espacial. Se dio entonces cuenta de que la avalancha de observaciones en el Cowichan Valley correspondía en frecuencia con los reportes provenientes de las montaña de Cariboo y extendiéndose, desde el principio al fin, sobre un período de 26 meses. El Sr. Magor cree que un nuevo ciclo de 26 meses acaba de comenzar, y “es posible que no nos libremos de una invasión pacífica” .
Para el próximo número de su revista (P. O. Box 758, Duncan, B. C., CANADA) quiere reunir todos los elementos de un estudio que le permitirá conocer si hay pruebas ciertas de que una verdadera red de observaciones existe a lo largo y ancho de Canadá.
Aunque el Sr . Drummond haya dicho que había sentido "erizarse sus cabellos" cuando el OVNI pareció circunvalar su barco, la Sra. KendaLL ha decLarado que no había sentido en ningún momento pánico. “IncLuso habría subido a bordo para dar una vuelta, si ellos me lo hubieran pedido", afirmó”. Algunas semanas después de habernos enviado este articulo, el Dr. Edwards tuvo La cortesía de dirigirnos una carta en la cuaL nos ponía al corriente de Los resultados de la encuesta personal ,que había llevado a cabo en Duncan. En esta carta, fechada del 18 de febrero, nos escribía:
"Quiero (. . .) notificarles que el pasado domingo visité a la enfermera Miss D. Kendall (4), en el hospital del Distrito de Cowichan, en La villa de Duncan, B. C . , Canadá, a 40 km de Victoria yendo hacia el norte de esta isla de Vancouver en La que habito _no confundir La isla Vancouver con La gran ciudad de Vancouver, B. C., en La costa de la Columbia Británico (Canadá occidental) a unos 80 km de aquí (. . .). Tuve, pues, una conversación con La Sra. Kendall de alrededor de una hora de duración, encontrándome con una dama de unos 55 años muy sincera e inteligente.
"Ella y su hermano se divertían, hace años, conduciendo automóviles de carreras! Y aún en la actualidad, la Sra. Kendall puede efectuar ella misma las reparaciones de su propio auto. En suma, se trata de una dama muy capacitada.
Nos ha explicado lo que sucedió cuando ella, y luego otras cinco enfermeras, vieron el artefacto frente las ventanas del pabellón infantil del hospital. Todo ello ocurrió a tan poca distancia unos de otros, que la Sra. Kendall hubiera podido hablar con ELLOS en voz baja de haberse hallado en el balcón y no detrás del cristal de una gran ventana! ELLOS estaban frente al tercer piso, mientras que ella se hallaba tras una ventana del segundo; pero cuando uno de ELLOS la vio mirar por la ventana puso la palma de una de sus manos en el hombro de su compañero. Entonces. este último accionó al momento una especie de palanca empotrada en el panel de mandos, con lo que el artefacto se inclinó de tal modo que la señorita Kendall pudo contemplar a los dos seres viendo hasta un poco más abajo de las rodillas, al principio. sólo podía ver sus cabezas y sus torsos). Siendo como es muy interesada por la mecánica, la señorita Kendall remarcó en especial el tablero de mandos de la máquina, tablero que era pLateado y sobre el cual había gran cantidad de indicadores iluminados que parecían estar en relieve. Uno de los seres pasaba simplemente Las manos por encima de los indicadores produciendo el efecto de que podía manejar la nave muy fácilmente, y sus manos eran parecidas a manos humanas.
La única parte que vio de sus cuerpos fueron sus manos, ya , que los rostros estaban escondidos tras la tela oscura (¿azul oscuro?) de sus uniformes. La máquina casi rozó el segundo piso cuando se inclinó a fin de permitirle ver mejor el interior. A continuación, describió varios círculos antes de desaparecer volando silenciosamente por entre Los árboles en dirección N-E, al tiempo que las otras enfermeras se hallaban ya tras las ventanas, como respuesta a Los fuertes gritos de la Srta. Kendall. Ésta nos ha manifestado que sus compañeras habían pasado miedo, mientras que ella no había experimentado espanto alguno.
"En las noches siguientes a la del incidente, cuando la Srta. Kendall se trasladaba en auto desde Nanaimo, donde reside, a Duncan, donde trabaja desde las 12 de la noche a las 8 de la mañana, apercibió coma una potente luz blanca parecía esperarle cerca de la villa de Ladysmith y que luego la acompañaba hasta Duncan. Una de las veces, la Srta. Kendall paró el coche y apagó los faros: al poco rato también se detuvo el artefacto quedando como a la espera. . . Sin embargo, todo esto dejó de suceder a partir de la semana pasada.
"Finalmente, Vds. encontrarán un reporte completo de los hechos en el próximo número del CANADIAN UFO RE PORT, la excelente publicación de Duncan dirigida por el Sr. John Magor."
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La investigación del Dr. Edwards con firma lo expuesto en el artículo aparecido en el “Daily Times”. de Victoria, añadiendo por otra parte interesantes precisiones. Así por ejemplo, nos informa aunque la testigo se interesa por la mecánica _cosa que no ocurre frecuentemente entre las mujeres en general_ lo cual nos hace confiar de firme en la exactitud de la descripción hecha por la Srta. Kendall de los instrumentos que vio en el interior del artefacto. Por otro lado, los pudo observar desde poca distancia y, según dice, muy bien iluminados. Si, como se puede suponer, su observación fue tan concisa y si tenemos por verídicas sus declaraciones, se nos aparece que el tablero de mandos de este singular aparato no difería demasiado en cuanto su aspecto exterior del que encontraríamos en una nave terrestre de tipo convencional. Siguiendo este razonamiento, el indicador del control de altitud del artefacto nos recuerda la palanca de gobierno de un avión.
Sin embargo, si nos atenemos estrictamente al texto, parece, al contrario,
que el piloto podía manejar ciertos mecanismo o circuitos pasando "tranquilamente" la mano por encima de los "indicadores" correspondientes sin maniobrar, aparentemente, ni con palancas ni con botones. Al fin y al cabo, el "indicador" bien podría estar asociado a un dispositivo sensible a la variación de potencial eléctrico provocado por el paso de la mano por la zona y en razón de este pase (5). Por otra parte, estos indicadores iluminados que -cosa curiosa- parecían "tener relieve", ¿eran de verdad indicadores en el sentido usual del término? En todo caso, si el mando del control de altitud del
artefacto se parecía a una palanca de gobierno de avión, su funcionamiento,
aunque con los mismos resultados, debía ser otro muy distinto. En una máquina volante inmóvil en el espacio, inclinar los alerones no habría tenido
efecto alguno en el cuerpo de la aeronave.
Por otra parte, tampoco intervinieron reactores, ya que los testigos no oyeron nada y esto que los acontecimientos sucedieron durante la noche (poco después de las 5 de la madrugada. NDLR). Al fin y al cabo, aparte del problema de la nave, se nos plantea otro mucho mas importante que se refiere al hecho de ¡cómo se podía sostener inmóvil y silencioso un aparato circular de unos 15 metros de diámetro!
Añadamos que un helicóptero de este tamaño situado tan cerca de las dependencias del hospital, habría producido un ruido tan fuerte que habría despertado a todo el edificio. Tampoco no se puede argumentar que el artefacto en cuestión se trataba de un dirigible del que solamente se veía la barquilla. Un dirigible provisto de una barquilla semejante debería tener, como mínimo, las dimensiones de un “Graf Zeppelin”. A pesar de que la Luna se hallaba en su cuarto menguante y de que, por aquellas fechas y en aquellas latitudes (parecidas a las de París), la noche era muy oscura, es difícil creer que un dirigible se aventurase hasta unos 12 metros de las ventanas de un hospital.
El hecho de que el aparato desconocido se haya aproximado hasta la mínima distancia del hospital, el hecho de la aparente curiosidad de sus ocupantes por el testigo y la aparente complacencia con la que los tripulantes se mostraron a la mirada del testigo en cuestión _siempre y cuando sea éste en motivo que explique la inclinación de la máquina_, podría hacernos pensar que el artefacto era un prototipo secreto canadiense o americano probado en territorio nacional o en territorio amigo por parte de pilotos poco discretos y desobedientes a las instrucciones de prudencia recibidas.
Sin embargo, la ausencia de ruido alrededor del aparato suspendido en el aire en un lugar fijo nos hace pensar en un sistema de propulsión y de movilidad tan revolucionariamente diferente de los conocidos por nosotros que nos es difícil creer que, incluso en los centros de investigación canadienses o americanos, hayan podido llegar a realizar un aparato movido por tal sistema y que, además, hayan osado probarlo, no ya en el recinto del centro de investigaciones sino que al aire libre y aún cerca de edificios civiles.
La apariencia de los seres era humana y, según opinión de la enfermera, su belleza corporal era llamativa. Por otro lado, el aspecto general de sus vestimentas era "clásico". Lo que nos sorprende es esta especie de tela color oscuro que disimulaba los rasgos de sus rostros. Si era en efecto una máscara, ¿por qué razón querían ocultar sus caras? Pero, ¿y si no se tratase de un elemento de disimulación y sí de una parte del traje? ¿No podría tratarse de una especie de material con funciones, al igual que los cristales de nuestros lentes, de filtro óptico y de protector de sus ojos contra las radiaciones nocivas para ellos emitidas por nuestras fuentes de luz? Es necesario hacer notar, por otra parte, que la luz reinante en el interior de la máquina era también una luz para los ojos de la Srta. Kendall, una luz que le permitía distinguir las formas de los objetos desconocidos que iluminaba e incluso los colores de los tales objetos y, aún -como en el caso de la mano y del tablero-, de otros tipos de colores. Que la señorita no soñó despierta es una realidad por razón de que otros cinco o seis empleados del hospital también observaron el objeto. Lo que parece más extraordinario es esta luz que, después del incidente y según las declaraciones hechas al Dr. Edwards por la Srta. Kendall, parecía acompañar la por la noche en el trayecto entre Ladysmith y Duncan. Los escépticos podrán pensar que, aunque sin darse cuenta, la enfermera habría sido afectada, quizás obsesionada, por la aparición inicial más importante y que la luz posterior por ella observada en solitario -la Srta. Kendal conducía su auto hacia la medianoche entre dos pequeños pueblos canadienses-, era solamente producto de su imaginación. Esto, sin embargo, no está de acuerdo con el carácter del testimonio y, por otro lado, la luz en cuestión acabó finalmente por dejar de verse. Hemos de resaltar que, cuando los sucesos del hospital, todo sucedió como si uno de los ocupantes de la máquina hubiese tenido conciencia, no sólo de la presencia observadora de la Srta. Kendall sino que incluso de la intrépida curiosidad de la enfermera y aún de su deseo de ver mejor la máquina, satisfaciendo estos deseos. Si todo ello no se trataba de telepatía, se podría concluir que el ocupante en cuestión sabía, al igual que nosotros los humanos, leer la expresión de un rostro humano -cosa ésta que sería digna de meditación-, y, puede que incluso, podía darse cuenta de que, delante de la máquina y de sus ocupantes, el testigo no experimentaba ni miedo ni hostilidad.
Finalmente, si la enfermera no se obsesionó, y si la bola luminosa que la escoltó durante las noches siguientes entre Ladysmith y Duncan, era real y se trataba de la máquina observada en el hospital, ¿podríamos deducir que los pilotos del tal artefacto eran capaces, en plena noche, de buscar e identificar un ser humano particular visto antes más de cerca y al que pudieran ellos dispensar un interés especial?
René Fouéré
Notas:
(1) El Dr. Edwards es consultante técnico del APRO en lingüística.
(2) R. N., abreviación de “Registered Nurse” : enfermera diplomada.
(3) En el “APRO Bulletin” correspondiente a enero-febrero 1970, p. 4, se reporta una observación en Duncan del día 6 enero 1970: “La Sra. G. C. Drinnen observó un “objeto rojo que giraba” que permaneció en el aire hasta que des apareció verticalmente en línea recta. La Sra. Drinnen afirmó que no pudo distinguir la forma del objeto de una manera clara, pero que un lado parecía ser más oscuro que el otro”. NDLR.
(4) El diario canadiense habla de la Sra. Kendall, mientras que el Dr. Edwards habla de la Srta. Kendall. (Por su parte, el “APRO Bulletin” habla también de la Srta. Kendall. NDLR).
(5) Evidentemente, no se trataba de una conducción vocal o mental de las máquinas tal como hemos evocado en dos artículos: “Phénoménes Spatiaux” №7, p. 8 y №15, p. 32.
(6) Las imágenes han sido rediseñadas de los lugares originales y tratadas digitalmente por @galanvazquez 3/1/2021
(7) Este informe ha sido sacado del servicio informativo del Centro de Estudios Interplanetarios STENDEK Nº1 Junio 1970