ENORME OVNI SOBRE EL N.E. ESPAÑA
Terrassa Sabadell Barcelona 1985
El presente informe es una recopilación bastante detallada de la información conseguida de varias fuentes, sobre un importante caso de observación de OVNIS -radar y visual-, en la zona de Terrassa y Sabadell, acontecido en la noche del 29 al 30 de noviembre de 1985.
Hoy en día, una de las principales pruebas sobre la existencia real de los OVNIS es la detección por radar, ya que permite eliminar posibles errores de identificación o confusiones. Una muestra palpable de ello la tenemos en el presente caso.
Desarrollo de los hechos
Los hechos acontecieron aproximadamente de la forma cronológica que seguidamente se relata.
La observación comenzó hacia las 21.30 horas del
viernes, 29 de noviembre, cuando un sargento y un
agente de la Policía Municipal de Terrassa
avistaron una luz de tamaño apreciable que se
encontraba estática en el cielo cerca de la vertical
de esta población. Numerosas personas de la
comarca también pudieron obervar el fenómeno, y
algunos lo notificaron a las autoridades.
Entre los testigos visuales se encontraban dos hombres que, desde el pueblo de Sant Quirze del Vallès, indicaron que a simple vista sólo se observaba una potente luz blanca azulada, pero que mediante prismáticos se apreciaba nítidamente un cuerpo de forma alargada, siendo su luminosidad más fuerte e intensa en el centro y bastante menor en los extremos. Dichos testigos, a la noche siguiente, volvieron a mirar el cielo a la misma hora no advirtiendo ya la mencionada luz, lo cual descartaba que pudiera ser una estrella o el renombrado Cometa Halley, ya que en un principio creyeron que se trataba de un fenómeno astronómico de este tipo.
Poco tiempo después, la Policía Municipal de Terrassa llamó telefónicamente a la Guardia Urbana de Barcelona, a la que que comunicó el suceso. Esta última, hacia las 22,30 horas, notificaba al Centro de Control de Tráfico Aéreo del Aeropuerto de El Prat de Barcelona, que estaba produciéndose un avistamiento OVNI por parte de la población de Terrassa. Los controladores de servicio no observaron nada anormal en las pantallas de radar.
Para comprobarlo mejor, apagaron el dispositivo MIT (un cancelador de ecos fijos) que estaba en funcionamiento. Entonces apreciaron en la pantalla <<un eco fijo algo al Norte de Terrassa», con forma de mancha amplia y de unas características poco habituales. Su tamaño era algo superior a los 200 metros, pero al no moverse creyeron que podía estar causado por la orografía montañosa de la zona (montaña de Sant Llorenç-La Mola, de 1.100 metros de altitud).
El radar utilizado que captó el eco, es un «ASR-7», de los llamados de aproximación (GCA) de tipo. primario, que se encuentra situado en las pistas del aeropuerto de El Prat. Se trata de un radar TAR (radar de área terminal) que trabaja en frecuencia UHF, tiene un alcance máximo de unos 110 kilómetros e informa solamente de la distancia al eco y de su dirección, no pudiendo calcular las altitudes por ser planear. En la zona del incidente, este radar detecta las aeronaves que vuelan entre los 600 y los 12.000 metros de altura.
Simultáneamente, la Guardia Urbana de Barcelona comunicó a TV3 (Televisión Catalana) la presencia del posible OVNI, con lo que un equipo móvil de servicio se desplazó inmediatamente a Terrassa donde, en compañía de la Policía Municipal de la población, logró filmar en vídeo BETA CAM la potente luz que se encontraba estática en el cielo y que tenía un tamaño aparente tres o cuatro veces superior a las estrellas normales. El equipo de TV3 intentó filmar algunas estrellas para compararlas a la luz, pero no pudieron hacerlo por la baja intensidad luminosa que éstas emitían y que la cámara no lograba captar. Mientras, los controladores aéreos de El Prat
dirigieron a dos o tres aviones comerciales hacia la zona de Sabadell y Terrassa. Probablemente se trataba de aparatos de la compañía Iberia: un DC- 9, vuelo IB-799, un Boeing, vuelo IB-899 y un DC-9, vuelo IB-901, que se dirigían de Barcelona a Madrid.
Los pilotos de estos aviones comunicaron que no observaban absolutamente nada extraño en dicha zona. El Centro de Control, mediante sus propios instrumentos y los que llevaban los aviones mencionados, comprobó las condiciones meteoro- lógicas en estos momentos, con los siguientes resultados:
- viento del Norte, de unos 8 o 10 nudos (de 15 a 18 km/hora),
atmósfera clara, visibilidad excelente, fría (menor a 15°),
cielo totalmente despejado y estrellado.
- — gradiente de temperatura stándard y ligeramente
Se comprobó, asimismo, que no existían inversiones de temperatura y que no había globos sonda en la zona.
Sobre las 1,30 horas de la madrugada del día 30 de noviembre, una avión Boeing 727 de Iberia, vuelo IB-064, procedente de Tenerife (Archipiélago Canario), se encontraba cerca de Sitges, en la costa suroeste de Barcelona, volando a unos 2.000 metros de altura y dirigiéndose al aeropuerto de El Prat. El Centro de Control notificó a los pilotos que mirasen a unos 10° a su izquierda y si veían algo que informasen de ello. Poco después los pilotos comunicaron que al noroeste de Sabadell observaban una luz azul suave no brillante en forma de línea, definiendo textualmente el fenómeno como «una granja de pollos, es decir, una luz estrecha y alargada de color blanco azulado, con ventanas o compartimientos, y en el extremo izquierdo destaca un punto de luz intermitente algo anaranjado». La situación de esta luz coincidía con el eco sobre Terrassa. Minutos después, los pilotos indicaron que veían «un ligero movimiento hacia la derecha de la luz, la cual da la sensación de acercarse».
El OVNI más grande de la historia
Aproximadamente a las 04,24 horas, en la pantalla de radar del Centro de Control «aparece súbitamente un eco primario móvil y muy potente a unas 4 millas [unos 7,4 km] al Norte de la ciudad de Sabadell, que se desplaza con rumbo 180° [Sur] durante un minuto y medio a una velocidad calculada en unos 50 nudos [unos 90 km/hora]». Dicho eco, según los meticulosos cálculos efectuados, era extremadamente grande, ya que tenía una longitud de extremo a extremo de unas 5 millas, es decir, unos 9 kilómetros, siendo su anchura casi inapreciable». En un momento dado, aproximadamente a los 50 segundos de captar el eco monstruoso, se desprendió de éste por su extremo derecho otro eco de dimensiones parecidas a un avión de caza [unos 20 metros] que se desplazó con rumbo 150° [Sureste] a una velocidad estimada de 900 km/hora durante unos 15 segundos y desapareció».
Después del minuto y medio de visionarlo en el radar, el objeto de tan grandísimo tamaño <«también desapareció repentinamente» de las pantallas. Cabe destacar que este enorme objeto estaba orientado con un extremo hacia el Este y el otro al Oeste, presentando en su desplazamiento hacia el Sur la cara más amplia de su estructura.
Durante el tiempo de detección, «se comprobó y confirmó que el grandioso eco estaba realmente en movimiento a una velocidad muy lenta, práctica- mente la de un ultraligero, ya que comparada a las desarrolladas por los aviones y avionetas normales, era mucho más lenta». Los controladores pusieron en funcionamiento el dispositivo MTI y el eco seguía apareciendo en el lugar sin ser eliminado automáticamente de la pantalla, lo cual implicaba que se movía, recorriendo aproximadamente unos 2,250 metros, con lo que se acercó hasta unos 5,2 km al Norte de Sabadell. El eco pequeño que se había desprendido, durante sus 15 segundos de vuelo recorrió unos 4 km y desapareció al noroeste de Sabadell.
Al parecer no pudo determinarse por parte del Centro de Control de El Prat la altitud de vuelo del eco grandioso y del pequeño que se desprendió de él, aunque por la orografía del terreno donde se desarrolló el suceso, la altitud debía ser superior a los 1.000 o 1.500 metros. En cuanto a eco fijo, debía encontrarse a varios miles de metros de altitud. Las altitudes a que se encontraban los tres ecos sí fueron calculadas por los radares militares, que también los detectaron, y constan en los informes oficiales del suceso. Tampoco existen noticias sobre la visión de los dos últimos ecos radar por parte de testigos situados en tierra.
Más detalles del caso
Hacia las 04,31 horas, un avión C-212, Aviocar, del servicio postal -vuelo 302-, despegó del areropuerto de El Prat hacia Madrid, transportando correo y los primeros periódicos del día. Los controladores hicieron virar al avión sobre el mar y seguir una ruta diferente de la normal sobre Sabadell y Terrassa, puesto que unos diez minutos antes habían detectado en esa zona el desplazamiento de los dos ecos desconocidos ya mencionados, y que podrían ocasionar una colisión aérea, e informaron de estos hechos a los pilotos del avión postal. Minutos después, encontrándose el avión sobre la costa cerca de Castelldefels, los pilotos notificaron al Centro de Control que volaban a 1.500 metros de altura y que estaban observando, a unas 20 millas a su derecha (zona de Terrassa y Sabadell) un resplandor luminoso blanco muy potente en el cielo, que destellaba 2 o 3 segundos, luego se mantenía estático y seguidamente un nuevo destello de otros dos o tres segundos en zig-zag y desaparecía. Un detalle de gran extrañeza para los controladores aéreos era el hecho de que solamente se veía el objeto o luces desconocidas desde una posición muy concreta sobre la costa o el mar, al suroeste de Barcelona, coincidiendo los pilotos de los aviones en señalar la situación del fenómeno hacia la zona de Terrassa y Sabadell. En cambio, los tripulantes de los aviones que sobrevolaban dichas poblaciones afirmaban no observar nada en el mencionado lugar.
El objeto luminoso que daba un eco fijo en el radar permaneció en la zona hasta aproximadamente las 6 de la madrugada, según una de las fuentes consultadas.
A pesar de que se mencionó la salida de uno o dos aviones de combate desde la base de Zaragoza, para intentar la identificación de los objetos captados por los radares civiles y militares, no es posible confirmar este detalle. Existen varias razones para que no salieran dichos aviones: a) los ecos no penetraron desde el exterior el espacio aéreo español, pues ya estaban dentro de él; b) la detección de los dos ecos móviles fue muy breve; c) por el grandioso tamaño de uno de los ecos, quedaba totalmente descartado que pudiera ser un avión hostil o de una aeronave convencional; y d) parece ser que desde hace bastante tiempo los aviones militares españoles «salen en alerta» en contadísimas ocasiones. De todas formas, tanto si despegaron como si no, existen elementos graves en decisiones de esta índole.
Otras fuentes de información indicaron que las cintas con la grabación de las conversaciones entre los pilotos y los controladores aéreos se encontraban ya en poder del Ministerio de Defensa para su estudio. Se puede afirmar que ni dichas cintas ni la transcripción de ellas fueron solicitadas por las autoridades militares. Sí es cierto, en cambio, que el citado Ministerio, a través del Ejército del Aire, inició de inmediato la investigación oficial de los sucesos acaecidos esa noche, sin que se haya podido encontrar una explicación a los mismos.
El radar del Centro de Control Aéreo de El Prat fue verificado y no presentaba defectos, funcionando correctamente. Además, el hecho de que los mismos ecos fueran captados por los radares militares simultáneamente a los civiles, los cuales poseeen unas características de funcionamiento distintas al de El Prat, indica que debe excluirse la posibilidad de anomalías técnicas de calquier clase que hubieran podido provocar las detecciones mencionadas. Los ecos correspondían, sin ninguna duda, a objetos totalmente sólidos y materiales. En el sistema de radar que detectó los ecos desde Barcelona, existe un dispositivo para grabar en vídeo las imágenes que aparecen en las pantallas, pero en el presente caso los OVNIS no fueron grabados.
Comentarios
Las características que presenta el inmenso eco deben clasificarse como excepcionales. Como ya se ha indicado, se calculó su longitud total en unos 9.000 metros, y no existe en todo el mundo un vehículo aéreo con semejantes dimensiones. Su velocidad horizontal se encuentra fuera de lo habitual en aeronaves grandes, ya que a 90 km/hora un avión no puede mantenerse estable en el aire de ningún modo y tiene que caer forzosamente hacia el suelo. Otro detalle de interés es que dicho objeto presentaba en su desplazamiento una cara muy amplia los 9.000 metros de longitud, con lo cual debía ofrecer gran resistencia al aire en su avance hacia el Sur. Un nuevo misterio de este eco que no ha podido ser explicado, es su aparición y desaparición repentinas de la pantalla de radar, ya que no lo hizo por la periferia como sería lo normal.
Los hechos del presente caso resultan extraordinarios y parecen indicar que nos encontramos ante un fenómeno que debe clasificarse como de OVNIS reales, fundamentalmente por la categoría y credibilidad que posee la principal fuente de información que ha facilitado los datos de este suceso.
Existen algunos datos interesantes respecto al caso que, de momento, no pueden ser hechos públicos y deben ser mantenidos en total reserva por razones fáciles de suponer y que tienen relación con el párrafo que aparece a continuación.
Debido a la naturaleza de los hechos, es lógico que las autoridades militares, una vez obtenidos los principales elementos que conforman el incidente, lo hayan catalogado como «materia reservada» e intenten que no haya publicidad o comentarios públicos al respecto, por existir informaciones que afectan a la defensa y seguridad españolas.
Joan Plana i Crivillen
NOTA DE LA REDACCION
Este artículo, escrito por nuestro consocio Joan Plana, ya había sido publicado en dos revistas del tema OVNI: “Cuadernos de Ufología” de Santander, primera época, número 15, de marzo de 1986, y por la “Flying Saucer Review” de Londres, volumen 32, número 1, de diciembre de 1986. Pero como ambas publicaciones difícilmente las puede tener el socio del CEl y, además, al tratarse de un suceso excepcional, único en el mundo, hemos querido inaugurar el primer número de Papers d’OVNIS con este caso, a fin de que los lectores catalanes puedan leerlo en una publicación editada en Cataluña.
Como se recordará, el caso fue tan importante al ser visto por miles de personas en toda la comarca, que la prensa barcelonesa habló de él. En nuestro archivo se guardan recortes de: Avui, La Vanguardia, El Periódico (día 30 de noviembre) y de La Vanguardia y El Periódico (día 1 de diciembre). En este último diario se publicó la reproducción de una imagen de la filmación en vídeo que ofreció TV3 el mismo día 30 por la noche, con el pie: “Imatge real. Ampliació electrònica”, en la que se ve una mancha de luz blanca en el cielo negro. También habló del caso el Diario de Sabadell del 3 de diciembre, así como Radio nacional de España, emisora de Barcelona y Televisión Española Circuit Català, el mismo 30 de noviembre.
En lo referente al tamaño extraordinario del OVNI, nos recuerda las observaciones astronómicas del siglo pasado de objetos gigantescos desplazándose sobre o cerca de la Luna, publicadas en revistas científicas y que Charles Fort recogió en sus libros.