EL OVNI DEL PANTANO
En recuerdo de mi querido amigo pintor, gran investigador y mejor persona.
OBSERVACION EN EL PANTANO “ GABRIEL Y GALAN”
Vamos a iniciar a continuación la detallada descripción de una, observación OVNI que estimamos del más alto interés, ya que resulta altamente significativa si consideramos la gran cantidad de datos y elementos positivos que en ella concurren y que la convierten en digna de ser tenida en cuenta, a juicio de quien esto escribe, en todo estudio serio, profundo y objetivo del fenómeno que tenemos tan empeño e interés en dilucidar.
Se trata de lo sucedido en la noche del 26 al 27 de marzo de 1970 en una alejada y solitaria zona de la provincia extremeña de Cáceres. Propiamente hablando, la observación tuvo lugar el día 27, pues comenzó a las 00,30 de la madrugada, si bien es fácilmente comprensible que el principal testigo de ella se refiera en ocasiones a la noche del 26, ya que fue al concluir dicho día, y de regreso el testigo a su domicilio, cuando tuvieron lugar los hechos que se van a narrar.
Todos los datos y detalles de esta observación nos han sido reportados por D. Alberto Adell, corresponsal del CEI en Béjar, Salamanca, investigador que ha demostrado una tan gran voluntad e interés por llevar a buen término su misión y labor, que nos parece efectivamente admirable y merecedora de todo elogio: conocemos bien las dificultades que se presentan al investigador y el muchísimo tiempo que hay que dedicar a las encuestas si se quiere realizarlas completa y adecuadamente. Repetimos, pues, muchas gracias Sr. Adell.
En relación con el asunto que nos ocupa y a modo de introducción, reproduciremos literalmente unas frases del Sr. Adell contenidas en una de las cartas que nos envió: “El caso es de un interés máximo y tiene una riqueza de detalles verdaderamente abrumadora. Sólo espero que en mi escrito haya sabido convertir en palabras lo escuchado en cinco conversaciones, algunas de las cuales han discurrido en un ambiente de pura emoción. Porque lo insólito de caso es que yo juzgo al principal testigo de los hechos D. Santos Nicolás, como un hombre metódico, cerebral y más bien frío, y, sin embargo, en mis dos primeras entrevistas no fui capaz de sacar un relato coherente debido al estado emocional del testigo, pues revivía los hechos y se atropellaba de mala manera. Sin embargo, en ningún momento he dudado de la veracidad de su testimonio y dede luego nunca se contradijo en nada”
Hasta aquí las palabras del Sr. Adell.
No debe extrañarnos en absoluto la emoción del testigo principal al relatar los hechos al cabo de unos meses, pues sabemos que tal clima psicológico se acostumbra a dar en quienes han efectuado -afortunados ellos- observaciones tan impresionantes como la que ahora está ocupando nuestra atención. La carga emotiva se ve notablemente aumentada por el hecho, que se da en este caso y en casi todos, de que los dos principales testigos guardaron un casi total silencio y una absoluta discreción en relación con lo observado, de tal manera que incluso entre ellos hablaron de lo sucedido con extrema parquedad. Precisamente, debido a tal circunstancia, la necesidad de explicar lo ocurrido y confiárselo a alguien se va incrementando a medida que el sujeto se reprime (éste es un conocido y frecuente proceso psicológico), y llegado el momento del hallazgo y toma de contacto con una persona merecedora de plena confianza y de la cual se espera que preste máxima comprensión al relato, y que por el mismo sienta gran interés, entonces se trata de liberar la tensión interior sufrida y se pretende exponer, con gran entusiasmo y máxima rapidez, la experiencia vivida, celebrando grandemente el testigo el tener ocasión u oportunidad de “descargarse”. Esto ocurre en la mayoría de los casos, si bien existen, como en todo, las correspondientes excepciones.
EXPOSICION DE LA OBSERVACION
Vamos a entrar ahora en una descripción extensa y pormenorizada de la observación y de cuanto con ella se relaciona, para lo cual reproduciremos, prácticamente de forma literal y en su mayor parte, el excelente reportaje efectuado por nuestro corresponsal Sr. Adell.
- Testimonio de D. Santos Nicolás, testigo principal.
EL día 8 de septiembre de 1970 me informó un amigo por teléfono que deseaba verme para comunicarme algo referente a una observación OVNI en la provincia de Cáceres. Este amigo es un industrial de Béjar, conocedor de mis actividades en el campo de la investigación de los Objetos Volantes No Identificados y que tuvo la suerte de escuchar una parca conversación en el Club Náutico del Pantano “Gabriel y Galán” el día 6 del mencionado mes de septiembre.
A la media hora de la llamada ya charlaba con él en su despacho y escuetamente me decía: “Tu verás si te puede interesar, pero por lo visto el maestro y el médico de uno de los pueblos cercanos al Pantano han visto, a las 3 de la madrugada, un extraño objeto volador, con su torreta, sus patas, sus extrañas luces, y todo durante un tiempo lo suficientemente dilatado para poder haber captado detalles únicos.”
El Sr. Adell pasó la semana estudiando la zona sobre unos buenos mapas, a fin de familiarizarse con el terreno. Al domingo siguiente, a las 8 de la mañana ya se hallaba en camino recorriendo los 60 kms. que le separaban del lugar de los hechos. Pero dejemos la palabra a nuestro corresponsal D. Alberto Adell:
« Paso por alto los detalles hasta lograr la toma de contacto con el principal testigo D. Santos Nicolás, Maestro Nacional con residencia en Guijo de Granadilla, donde ejerce su profesión. Considero interesante mencionar a D. Faustino, maestro de la vecina localidad del Ahigal, amigo de D. Santos, que no sólo corroboró los hechos sino que ponderó la integridad del testigo Sr. Nicolás.
Lo primero que debo consignar es el aspecto del terreno que rodea el Pantano “Gabriel y Galán”, y que abarca la totalidad del municipio de Guijo de Granadilla. Desde luego, desde que la Presa está ultimada el aspecto ha cambiado un tanto, pues antes no existían carreteras y sí caminos vecinales polvorientos entre colinas onduladas, canchales entre vaguadas y colinas, y todo ello salpicado de encinas, olivos y arbustos achaparrados. Ahora, las carreteras al menos son transitables: el piso es bueno y recorrerlas resulta hasta agradable.
D. Santos Nicolás es un hombre comedido, que mide sus palabras y es poco amigo de divagaciones exuberantes. Es un hombre joven, tiene 40 años, de buen aspecto, sencillo, locuaz y de extremada afabilidad. Al serle presentado, su reacción fue instantánea, no ocultando su contento: “…Estaba deseando que esto ocurriera para poder contar a alguien que me comprendiera todo el extraño caso que he vivido”. Se observaba emoción en su rostro, emoción que irá en aumento a medida que la conversación se vaya centrando en la madrugada del 27 de marzo, hace ya medio año. Seis meses son muchos meses y sin embargo es interesante la excitación que demuestra Don Nicolás al ir rememorando los hechos acaecidos. Le dejo que me cuente primero lo que él quiera. Cómodamente sentados en una habitación le escucho. Su narración es algo difícil de interpretar, pues su evidente nerviosismo hace que carezca de la necesaria continuidad para lograr situarla en las debidas dimensiones de espacio y tiempo.
Una vez desahogado, le impongo el método de ir contestando a las pregunta del Cuestionario. Efectivamente, la conversación fluye ahora más coherente y, además de conseguir respuestas contundentes, me da también tiempo de tomar nota de detalles que no se especificaban en el Cuestionario.
La conversación, en forma de diálogo y con una ordenación razonable al transcribirla, se desarrolló en estos términos:
- …Venía yo, en la noche del 26 de marzo 1970, de dar mis clases nocturnas a unos chicos y chicas del Ahigal de los cursos de Bachillerato. Serían las 12 y media de la noche… Venía despacio, en mi coche.
- ¿Se sentía usted cansado?
- No, normal… tengo un cierto hábito de trasnochar, pues estas clases son habituales.
- ¿Venía usted pendiente de la noche, del firmamento?
- Regresaba tranquilo, pendiente de la conducción del coche, pero cómo iba despacio podía perfectamente contemplar el cielo. La noche era oscura y fría. Nada podía despertar mi curiosidad a menos que ocurriera algo insólito. De pronto, me pareció adivinar una luz alta a mi derecha, luz que percibí por el rabillo del ojo.
-Me quedé anonadado, no asustado; más bien sorprendido y a la vez emocionado. La visión no era para menos, pues se trataba de algo realmente extraordinario: era un enorme disco, de unas medidas aproximadas de 12 a 15 m. de diámetro por 2'5 a 3 m. de altura. La nave iba iluminada por dentro, pues esta luz salía al exterior por unas mirillas cuadradas situadas en la parte baja del disco. Pude percibir perfectamente una torreta coronada por un faro giratorio que despedía también la misma luz anaranjada. Sin embargo, la luz del faro era parpadeante a causa creo, del movimiento giratorio que poseía.
- Explíqueme usted las peculiaridades de esta luz del faro.
- Verá Vd., esta luz era poco intensa, sólo alcanzaba una pequeña zona alrededor de la torreta y formaba como una corona alrededor del faro.
- ¿Le pareció que parpadeaba?
- No puedo decir de un modo absoluto que aquello era un parpadeo… Se notaba que el faro giraba pero era una leve pulsación, como un latido.
- ¿Considera Vd. que no era una intermitencia absoluta?
- No, en absoluto.
— Prosiga, por favor.
— Bien…, el extraño aparato volaba majestuosamente, totalmente en horizontal, sin ruido alguno, suave y lentamente. En realidad, todos los movimientos que hizo durante las tres horas que duró la observación fueron sumamente lentos y majestuosos. Era realmente impresionante contemplarlo… - ¿Qué hizo Vd. al verlo?
- - Paré el coche de inmediato y me puse a observarlo a través del parabrisas, sin intentar apearme (ver en el Mapa el punto 1), ya que temiendo perderlo de vista preferí no quitarle la vista de encima ni un momento.
- -¿A qué distancia de Guijo ocurrió esto
- - Aproximadamente estaba yo a unos 900 m. de la citada localidad. El aparato pasó exactamente sobre el punto kilométrico 1 del Ahigal a Guijo
- -¿De dónde venía el extraño aparato?
- - Venía del Berrocal. Me salió por encima de estas encinas (el testigo me exhibe una fotografía señalándome un punto).
- - ¿A qué distancia estaba Vd. de él?
- - Yo estaba a unos 100 m. de la vertical de donde pasó y estimo que volaba a un máximo de 250 m. de altura, más bien unos 200 m.
- (Calculo mentalmente el valor de la hipotenusa y le pregunto:)
- - ¿Entonces cree Vd. que el aparato le pasó a Vd. a un máximo de 250 a 265 m.?
- - Creo que sí. Desde luego no creo que fuesen más, pues la visión era absolutamente perfecta.
- ¿Hacia dónde se dirigía el OVNI?
- Como le digo, cruzó sobre el km. 1 y se dirigió hacia las Arena (Las Arenas es una finca situada a la izquierda de la carretera; véase la foto nº 2) al llegar al cercado -un muro de piedra-, el aparato hizo lo más extraño: cambió de rumbo sin transiciones, sin la menor variación en su velocidad, en un ángulo de 80 a 90° aproximadamente (ver Mapa, punto B)
- ¿No le vio Vd. describir ningún arco de círculo para girar?
- Reconozco que por mi posición no estaba en perfectas condiciones de darme cuenta con todo detalle acerca de si la inercia le arrastraba a describir un pequeño arco, pero, desde luego, yo juraría que el cambio fue totalmente brusco.
- ¿A qué distancia de Vd. ocurrió esto?
- Vd. mismo puede darse perfecta cuenta…, no hay más de 1.500 m.
- ¿Y bien…?
- Siguió su marcha majestuosa, envuelto en su halo rojizo, avanzando lentamente hacia el Pantano.
- ¿Qué hizo Vd. al darse cuenta de que la nave no se le alejaba de la zona?
- -No cabía en mí de contento. Tomé la decisión de seguirlo “hasta el fin del mundo” … Así, pues, arranqué el coche, pasé por el pueblo (Guijo) y tomé la carretera del Pantano para aproximarme todo lo que pudiera.
- ¿Lo dejó de ver en algún momento?
- Sí, al cruzar Guijo, pero nada más salir, ya situado en el primer kilómetro, volví a perderlo, pues los árboles lo ocultaban a mi vista, pero al llegar al Chinarral (ver Mapa, punto 2) allí estaba: inmóvil totalmente y un poco a la derecha de la Presa (ver Mapa, punto C) (Eran la una menos cuarto de la madrugada del día 27.)
- ¿Qué es lo que vio Vd. desde este punto, al encontrarse por vez primera con el aparato inmovilizado?
- El aspecto del objeto había cambia do totalmente. En primer lugar, debo de cir que el aparato estaba muy bajo, entre las encinas y la montaña del fondo, o sea que lo estimé a unos 200 m. de altura máxima. Él halo, que le rodeaba mientras había estado desplazándose, había desaparecido por completo y se había convertido en unos potentes chorros de luz que saliendo de la parte inferior de la estructura de la nave llegaban hasta el suelo.
- ¿Qué número de haces luminoso vio Vd.?
- Sobre unos diez o doce. Pero era ésta una luz muy particular: era muy parecida en intensidad a la luz fluorescente, aunque de un color ligeramente amarillo-verdosa.
- ¿Iluminaba una extensa zona de terreno?
- Ahí está lo raro de esta luz: la primera impresión que me causó es que el aparato estaba posado en el suelo sobre unas patas o columnas. Luego, me di cuenta de que no eran patas sino haces de luz.
- ¿Por qué le parecieron patas: por ser totalmente uniformes en su intensidad?
- ¡Exacto! No existían zonas de penumbra, sino un chorro concreto, como “encajonado”.
Entre chorro y chorro yo podía ver la negrura de la noche y las montañas. Desgraciadamente, unas encinas me imposibilitaban el ver la reflexión que producían en el suelo aquellos haces de luz; pero, por extraño que le parezca, creo que no existía reflejo alguno. Por otra parte, el faro de la torreta seguía con su extraña palpitación…, y lo que yo veía muy claramente eran unas luces en los costados del disco que lo situaban perfectamente en sus dimensiones.
- Hábleme de estas luces de los costados.
- Bien. Eran unas luces que se encendían y apagaban.
- ¿Intermitentemente?
. — No sé…, quizás giraban con el aparato y de ahí su intermitencia. Verá, tenían algo especial, pues si bien en la parte derecha se veía una luz verde arriba y dos luces rojas debajo, todas ellas esta ban colocadas en un mismo eje vertical de manera que cuando aparecían por el lado izquierdo sólo se apreciaban las dos rojas pero no la luz verde.
- ¿Está Vd. seguro de que el aparato giraba sobre sí mismo?
- Estoy firmemente convencido de ello, pues incluso las intermitencias de es tas luces coincidían con la impresión de giro del disco y del faro.
- ¿Mientras, los haces luminosos de abajo también estarían girando formando un amasijo de luz… ?
- En absoluto. Los haces de luz eran totalmente fijos y no se movían.
- ¿Veía Vd. los tragaluces, ventanillas o lo que fuere?
- No lo puedo precisar con exactitud. La sensación que me daba es de que toda la luz se había concentrado en los haces. En realidad, no creo que yo pusiera toda mi posible atención en tal de talle, pues yo sabía que de todos modos y con seguridad los tragaluces estaban allí.
- Bien, ¿cuánto tiempo calcula V d. que duró la observación del OVNI in móvil?
- Aproximadamente estuve allí unos 15 minutos, quizás 20. Mi intención era cruzar la Presa y observarlo desde un nuevo punto, más cercano. Arranqué el coche y avancé unos 200 m. No me atreví a avanzar más, pues tuve el temor de que me viera y se me escapara. Bajé nuevamente del auto. Desde este punto no sólo se veía mas cerca sino que además, con una perfección extrema. (Véase la foto nº 3, tomada desde el punto 3 del Mapa.)… De pronto, se puso en movimiento. Fue extraordinario: recogió los haces de luz romo un pájaro recoge sus alas, suavemente.
-Supongo que se trata de una imagen …
- Desde luego… Me refiero, al expresarme así, a la suavidad, a la belleza…, porque fue hermoso, sabe Vd. La luz se replegó sobre sí misma suavemente y, simultáneamente, el halo volvió a circundar el aparato y volví a ver encendidas las mirillas. El aparato reemprendía el vuelo lentamente.
- ¿En qué dirección?
- Hacia la derecha, o sea en dirección a la Sierra.
- ¿Qué hizo usted entonces?
- Puse en marcha nuevamente el automóvil y me lancé hacia delante con la intención de pasar la Presa, pues el aparato seguía una dirección que permitía poder seguirlo por la carretera. Le perdí de vista al bajar hasta la cota del nivel de la Presa, pero al rebasar ésta unos 200 m. más adelante me quedé atónito: el OVNI había cambiado en sus movimientos ya que, en vez de alejarse, se había parado de nuevo en el Berrocoso, precisamente sobre el citado caserío (punto D en el Mapa). En aquellos momentos yo me encontraba a unos 2 kms. del aparato y pude ver cómo tenía otra vez los haces luminosos proyectado hacia abajo, tal y como los había visto antes. (En la foto nº4, tomada desde el punto 5 del Mapa, se aprecia la aldea del Berrocoso de Abajo, sobre la que se hallaba suspendido el OVNI). Sin embargo, creí que lo vería todavía mejor si avanzaba un centenar de metros hasta alcanzar la carretera que va directa al caserío del Berrocoso. Efectivamente, la visión desde allí era espléndida (Punto 5 del Mapa)
- ¿Y…?
— No salía de mi asombro, pues me daba cuenta de que hacía más de una hora me era dado contemplar algo maravilloso, algo tan insólito que verdadera mente no podía ser de este mundo. Me di cuenta de que, al día siguiente, cuando contase lo que había visto, me tomarían por un loco. Sentía la necesidad de buscar a alguien que pudiera corroborar lo que estaba viendo, pues llegó un momento, entre el frío reinante y la emoción, en el que yo ya no sabía si todo aquello era realidad o lo estaba soñando. Me acordé inmediatamente de Jesús (se refiere a su amigo D. Jesús Martín, médico de Guijo de Granadilla). Tomé la decisión de ir a buscarle, pero antes di un nuevo vistazo al aparato, al OVNI, y me pareció que se movía: fue un ligero movimiento en vertical, subió y bajó, repitió el movimiento y finalmente se volvió a inmovilizar. No esperé ya más. Subí al coche precipitadamente, arranqué, di la vuelta e inicié el regreso al pueblo. (Eran ya, aproximadamente, la una y media de la madrugada).
- Continue…
- Fui a casa de Jesús y le encontré en ella. Entonces le expliqué precipitadamente lo que me había ocurrido y le invité a acompañarme. Se echó un abrigo encima y subió al auto. Salimos del pueblo rápidamente, yo con el temor de no volver a ver el OVNI. Sin embargo, nada mas salir de Guijo, ya pudimos ver de nuevo al aparato. Seguimos avanzando por la carretera pero lo perdimos de vista al pasar por un badén. Pese a ello, al llegar a Chinarral, nuevamente lo volvimos a ver inmóvil. Sin embargo, la situación había cambiado, pues el OVNI se había alejado del punto del Berrocoso donde yo lo había dejado. Pude darme cuenta perfectamente de que ahora se hallaba sobre la Sierra, o sea que se había salido del término municipal y, cruzando la carretera general, se había situado entre Casas del Monte y la cota más elevada de la Sierra. [Puntos 4 y E del Mapa; ver foto núm. 3.]
- Estímeme Vd. las distancias.
- Bien, creo que el OVNI se hallaba a una altura que oscilaba entre los 800 y los 1.000 m., y la distancia que nos separaba de él podía ser de unos 15 ó 16 kms.
(Comprobada posterior mente esta distancia en los mapas se vio que puede existir un error de 1 ó 2 kms en más o en menos, ya que era práctica mente imposible situar las coordenadas de la vertical del OVNI con absoluta precisión.)
- ¿No se le ocurrió seguirlo otra vez, ahora que no estaba Vd. solo?
- Desde luego que se me ocurrió. Pero el aparato se nos había alejado ya mucho y creí que para observarlo de cerca teníamos que ir hasta la carretera general; por otro lado, me acordé que desde hacía dos días circulaba con la reserva del depósito del coche, por lo cual temí quedarme sin combustible. Por otra parte, lo que me había propuesto estaba conseguido, pues mi amigo Jesús había visto también el aparato y yo ya me sentía satisfecho.
- ¿Cuánto tiempo estuvieron Vds. contemplando el espectáculo?
- No se lo puedo precisar: Lo mismo estuvimos media hora que algo mas.
- - ¿Qué pasó luego?
- Nos metimos en el auto completamente helados. Yo iba en jersey y por lo tanto acusaba mas la baja temperatura. Jesús iba mejor pertrechado, aunque tampoco tanto como para poder permanecer quieto en pleno descampado. Recuerdo que Jesús me dijo de pronto: “¿Por qué no intentas hacerle unas señales con las luces del coche?” Tenía yo el vehículo cruzado en la cuneta y enfocando aproximadamente hacia el lugar en donde estaba el aparato, por lo que me pareció que podríamos probar. Le di varias veces a las luces y volví repetidamente a los largos. De pronto ocurrió algo extraordinario: un haz potentísimo de luz vino atravesando la distancia y nos inundó completamente…, nos quedamos de una piedra. Recuerdo que Jesús, verdaderamente impresionado reaccionó pretendiendo esconderse de la luz echándose bajo el salpicadero, al tiempo que me gritaba: “Cuidado tú… ¡Que se nos echa encima y nos abrasa !”
- ¿Qué hicieron Vds. entonces?
- A pesar de estar medio cegados en un principio, pudimos darnos cuenta rápidamente de que sólo nos había enfocado con un potente haz luminoso durante unos segundos.
- ¿Cuántos?
- Imposible de precisar… Lo mismo pudieron ser 2 que 10. Pero al levantar la vista la luz había cesado y todo seguía igual que antes: el OVNI continuaba estático sobre la Sierra y nada había variado.
- ¿De qué color era el chorro de luz .que recibieron?
- Pues creo que blanco-anaranjado. . .
Sí, aunque lo realmente impresionante fue su tremenda intensidad.
- Dice Vd. que el haz de luz les cegó momentáneamente, ¿pero, considera Vd. que la ceguera les duró más de lo normal?
-Pues no. Realmente, sólo nos duró unos segundos.
-¿Les produjo alguna molestia anormal, escozor por ejemplo, en aquel momento o más tarde?
-De momento, nada en absoluto… Pero, mire Vd., ahora que lo dice, me doy cuenta de algo que puede ser importante.
- ¿Qué es ello?
- Verá Vd. Hace unos dos o tres meses que vengo notando un quemazón en los ojos. Yo no lo había asociado a la luz de aquella noche, pero bien pudiera ser…
- ¿Le ha examinado un médico?
- Sí señor. Me ha diagnosticado conjuntivitis y me recetó unas gotas.
- ¿Ha notado alivio con las gotas que le recetaron?
- -Pues de momento sí. Pero, en verdad no se me acaba de curar.
- ¿Estuvieron mucho rato contemplando el OVNI?
- Pues sí, aunque desde luego estábamos cansados ya.
- ¿No ocurrió nada más en ese intervalo de tiempo?
- Pues verá Vd., yo creo que había momentos en que la luz de la torreta estaba más alta que antes, como si esta se hubiese elevado sensiblemente del aparato. Lo estuvimos comentando Jesús y yo y coincidimos en ello. Tal parecía como si la nave se desdoblara en dos luces. De todas maneras puedo asegurarle que el movimiento de la luz de la torreta no era anárquico, sino solamente de una ligera subida en vertical sin dejar nunca el eje de simetría del aparato, pero elevándose sobre él.
- ¿Le dio a Vd. la sensación de que esta luz tenía autonomía?
- No. Desde luego parecía supeditada al resto de la nave. Ignoro si se elevaba también la torreta, ya que sólo veía ascender o subir la luz. (Veo muy difícil poner en claro este detalle por cuanto D. Santos vio la nave de cerca y, en consecuencia, sabía de la existencia de una torreta, y cualquier fenómeno luminoso que se produjese en la parte alta del OVNI lo asociaba con ella. No hago, pues, demasiado hincapié en ello, pues está un poco confuso y no encuentra explicación lógica ni un sentido concreto en el movimiento luminoso descrito. Aún en el caso de un auténtico intento de desdoblamiento de la nave, D. Santos hubiese seguido creyendo que se trataba simplemente de una elevación de la torreta.)
- ¿Y después?
- Serían ya cerca de las dos de la madrugada cuando decidimos volver a casa. Yo, como siempre, conducía mientras que Jesús observaba. El aparato fue desapareciendo de nuestra vista al avanzar nosotros por la carretera, debido a sus curvas y cambios de rasante. Sin embargo, Jesús me iba repitiendo que el OVNI permanecía aún allí, cada vez que el terreno era despejado y ningún obstáculo se interponía entre él y nosotros. Entramos en el pueblo, dejé a Jesús en su casa, me despedí de él y me dirigí a la mía. Cuando entré, me encontré con la familia levantada -habían estado ocupadas en la matanza del cerdo y hacía muy poco que habían terminado-. Mis hijas se hallaban ya en su dormitorio, pero en la sala permanecían charlando tía Hipólita y Doña Engracia, la vecina que les había ayudado. Debieron notarme algo extraño ya que, sin necesidad de hablarles yo de lo sucedido, me preguntaron preocupadas si ocurría algo.
- ¿Qué les explicó Vd.?
- Les resumí entonces mi visión maravillosa, aunque no creo que me hicieran mucho caso, pues reconozco que no eran cosas para ser oídas sino para ser vistas. De pronto se me ocurrió que el aparato podía estar todavía allí y no pude resistir la tentación de volverlo a ver. Llamé a mis hijas María Luisa y Alicia, les ordené que se arroparan bien, y, junto con tía Hipólita y Doña Engracia, salimos al exterior. Mi intención era de acercarme hasta detrás del cementerio, situado a unos 150 m. de mi casa, por el camino de los Molinillos y hasta el lugar conocido como el Molino del Aceite
- Efectivamente, allí estaba : todavía pudimos verlo todos por entre los olivos (en marzo, estos árboles estaban pelados de hojas por lo que la visión del cielo era muy amplia). Mientras contemplaban asombradas el aparato les fui dando de talles de mi aventura de aquella noche. Eran un poco más tarde de las 3 de la madrugada cuando nos retiramos todos a nuestras casas, a pesar de que el OVNI continuaba allí.
B) Testimonio de tía Hipólita y de Alicia.
Posteriormente he hablado con tía Hipólita, pero ella no es capaz de decir algo más de que “…era muy bonito…, precioso…, con luces y todo…, muy bonito…”. Creo que vale perfectamente la parquedad de su declaración.
También hablé con Alicia, quien, a pesar de la distancia que la separaba del aparato, pudo apreciar ciertos detalles de la nave y, particularmente, de las luces, datos que coinciden exactamente con los facilitados por D. Santos, su padre.
C) Testimonio de D. Jesús Martín, médico de Guijo de Granadilla.
Don Jesús Martín es un hombre habitualmente muy ocupado, por lo que hasta mi tercer viaje a Guijo no me fue posible cambiar impresiones con él. La entrevista se celebró en presencia de un joven, cuñado de D. Jesús, médico también, que ignoraba por completo lo ocurrido a su familiar. Suponiendo que la presencia de una tercera persona pueda en alguna manera afectar el diálogo con D. Jesús Martín, traté de crear un ambiente cordial y de confianza antes de entrar de lleno en el asunto objeto de mi visita. Empecé explicándole el planteamiento público del problema y la labor de los Centros particulares que se dedican seriamente al estudio científico del fenómeno OVNI.
D. Jesús Martín es poco locuaz, hombre serio en extremo, dándome la impresión de tratarse de un buen profesional absorbido por su diario quehacer, y un tanto al margen de todo lo que no sea su profesión de médico. No obstante, me acoge con simpatía y tras un buen rato de charla, parece efectivamente decidido a confiarse sin recelos ni reticencia alguna.
- ¿Le parece bien que le haga unas preguntas sobre el caso que Vd vivió?
- Sí, sí. Puede Vd. preguntar.
- Tengo entendido que en la noche del 26 al 27 de marzo le vino a buscar D. Santos Nicolás con el objeto de que presenciara algo insólito que él había visto.
- Efectivamente. Estaba yo leyendo tranquilamente cuando Santos llamó y entró sin mas. Me pareció notablemente alterado y visiblemente emocionado. Hablaba de un aparato luminoso muy extraño que había estado siguiendo hasta el Berrocoso. Me instó a salir con él para que yo pudiera verlo también y poder luego corroborar que no había sido un sueño. Francamente, le vi tan alterado que no dudé ni por un instante en acompañarle, ya que Santos no es precisa mente una persona que pierda la calma por una tontería. Me calcé los zapatos, me eché un abrigo encima y salí a los pocos minutos. Y al poco de dejar el pueblo ya vimos la luz del aparato, aun que, al parecer, ya no se encontraba donde Santos la había visto por última vez sino que se había desplazado sobre la Sierra. Avanzamos hasta el Chinarral, desde donde lo pudimos ver a placer, aun que lejos.
- Su amigo D. Santos me ha hablado de unos 16 kms…
- No creo que fueran tantos en línea recta.
- Veamos. Según D. Santos Nicolás la luz podría hallarse sobre la zona de Casas del Monte, pero exactamente sobre la Sierra.
- Sí, sí. Es tal y como Vd. dice.
- Bien, posteriormente he medido sobre un mapa la distancia comprendida entre el Chiparral y las primeras curvas de nivel de la Sierra, resultándome unos 16 ó 17 kms.
- Cuando Vd. lo dice será verdad.
Sólo que me extrañaba la insólita luminosidad del aparato al mediar tantos kilómetros entre él y nosotros.
- ¿Habla Vd. de un aparato?
- No hay duda de que se trataba de un aparato, aunque realmente yo lo único que percibí fueron sus luces.
- ¿Cómo eran estas luces?
- Pues verá: una luz a la derecha una luz a la izquierda y otra un poco alargada en el centro, aunque esta última situada un poco más baja.
- ¿Tiene Vd. idea acerca de la forma del aparato?
- Desde luego, era de forma oval.
- ¿Se trata de una deducción o realmente lo vio así?
- A mí me dio esta impresión.
- ¿Tenía el OVNI alguna luz en la parte superior
- No, en principio no la tenía; luego sí.
(No creo necesario entrar en detalles más concretos ya que D. Jesús Martín no vio el objeto de cerca.)
- Continuemos… ¿Supone Vd. que el objeto avistado era de tipo convencional?
- - Realmente no lo creo. Admito que en un principio creí que podría tratarse de un helicóptero, pero estaba en completo silencio y pienso que a pesar de la distancia deberíamos haber oído el ruido. Además, hay que tener en cuenta las explicaciones dadas por mi amigo Santos en el sentido de que había estado observando el aparato de cerca y había visto con todo detalle sus luces extrañas.
¿Cómo eran las luces que Vd. vio?
- Pues mas bien de un color anaranjado, pero con una potencia fuera de lo corriente. No creo que se las pueda comparar a la luz que da un caserío situado a una distancia parecida.
- ¿Le pareció que el aparato giraba como una peonza?
- Solamente le puedo asegurar que, por lo menos, la luz de arriba giraba.
¿Trató de asociar la observación con algo conocido?
- La verdad, sí… Pero sin resultado. Era verdaderamente algo muy extraño.
- ¿Había visto Vd. alguna otra vez algo parecido?
- Jamás. Rotundamente no.
— ¿Fue debido a una sugerencia suya el que D. Santos hiciera señales luminosas al OVNI con los faros del auto, verdad?
- Sí, exacto. Y como consecuencia de ello se nos vino encima un chorro de luz de una potencia extraordinaria.
- ¿Cegadora?
- Totalmente. Fue un haz luminoso que lo borró todo.., hasta el extremo en que nos pareció que el aparato se nos echaba encima.
- ¿Pasó rápidamente esta impresión?
- En realidad no pudimos precisar el tiempo que duró, pero yo creo que fueron unos segundos solamente. Luego todo volvió a la normalidad.
- ¿Entiende Vd. por normalidad el hecho de que el aparato volvió a verse como antes?
- Sí, como si nada hubiera ocurrido.
Pensé que quizá el objeto había encendido el faro para dar un barrido o pasada en semicírculo, pero la luz estaba totalmente concentrada en nosotros, por lo que tuve que admitir que el factor azar era muy improbable, o sea que el fogonazo había sido dirigido contra nosotros.
- ¿Entonces, admite que “ellos” con testaron al estímulo luminoso de Vds.?
- No sé qué pensar. Le dije a Santos que repitiera la operación: volvió a hacer variaciones con las luces del coche sin que el aparato se inmutara…
- ¿Poseía alguna característica especial esta luz que les dirigieron?
- Pues no sé. Era de una gran intensidad y de color anaranjado; no sé más.
- Muy intensa debería ser para deslumbrarles a Vds., si tenemos en cuenta la enorme distancia que les separaba.
- Sí, desde luego.
- ¿No ocurrió nada más
- Nada. Así estuvo el objeto hasta que nos cansamos de observarlo y decidimos volver a casa.
- ¿Tomaron algún acuerdo Vds. dos para hacer público lo que habían visto?
En absoluto.
- ¿No lo comentó Vd. con nadie?
- Con muy poca gente. Con Santos nos hemos visto muy poco, ya que cada uno tiene su trabajo profesional, quizás un par de veces a solas. En familia, sólo el primer día al volver a casa aquella noche.
- También lo comenté con Manolo, un viajante de farmacia, cuñado del farmacéutico del pueblo, que vino a visitarme pues somos amigos. Este señor me comentó que la noche anterior, es decir, la noche del día 26, sobre las 21'30 horas, cuando pasaba por la carretera de Salamanca a Plasencia, sobre poco más o menos a 20 kms de esta última localidad, vio una extraña luz sobre la Sierra, a la izquierda de la carretera. Entonces comenté con él lo que Santos y yo habíamos visto, precisamente durante aquella noche.
- ¿Quiere Vd. añadir algo más que a su juicio pueda tener interés para un Centro de investigación OVNI?
- No creo… En realidad yo vi poco…
- Bien, en mi opinión es importante y suficiente lo visto y expuesto por Vd. ya que el valor realmente positivo de su testimonio está en el hecho de corroborar el fenómeno que con tanto detalle observó D. Santos. En ningún momento he dudado de lo relatado por su amigo D. Santos Nicolás. Sin embargo, he de señalar el acierto que tuvo al ir a buscarle a Vd., ya que como consecuencia de ello fueron dos las personas que presenciaron las evoluciones del OVNI. Finalmente, y dicho sea con la mejor intención y pensando en la trascendencia de esta labor informativa, me gustaría preguntarle : ¿Puedo confiar de una manera absoluta en el testimonio de D. Santos?
- ¡Total y absolutamente!
(Es curioso que los testimonios de ambos testigos difieran en algunos detalles. Mi personal opinión en relación con esta aparente dicotomía se basa en que D. Santos, al haber tenido tan cerca el OVNI y al haber podido apreciar muchos detalles del mismo que D. Jesús no pudo captar, efectúa asociaciones mentales distintas dando como resultado unos datos diferentes a los de su amigo D. Jesús.)»
DESCRIPCION DETALLADA DEL OVN
Don Santos Nicolás describe el OVNI ampliamente, pues a la distancia que lo vio le fue permitido apreciar gran cantidad de detalles. Las descripciones gráficas que acompañan a este estudio han sido trazadas siguiendo estrictamente las indicaciones de D. Santos a fin de que las imágenes correspondieran lo mas fielmente posible con la realidad del cuerpo observado.
El primer diseño efectuado por el señor Nicolás era un tronco de cono muy achatado y situado sobre un cilindro de amplio diámetro. En la parte cilíndrica (zona inferior del objeto), dibujó un esbozo de mirillas. Las luces intermitentes: verde arriba y rojas abajo, las situó en los extremos de la parte cilíndrica de la estructura, sugiriendo de este modo que estaban muy separadas las unas de las otras.
El «faro», situado en lo alto de la nave, se veía como una torreta o cúpula pero sin coronar ésta, sino como a unos 40 cm del punto superior del objeto. La parte central del OVNI estaba en total obscuridad, pues la luz del «faro» no alcanzaba a iluminarla, ni tampoco las mirillas dejaban pasar la luz suficiente para poder adivinar algo. Por tanto, sólo se puede suponer como era en realidad el OVNI en su cuerpo central principal por ciertos brillos que en él se percibían.
Dada la situación, se me ocurrió que yo podría prepararle unos diseños ateniéndome estrictamente a las explicaciones del testigo, intentando, mediante sucesivas correcciones, tratar de obtener que se parecieran el máximo posible a la realidad de lo observado.
Esquemáticamente se reproducen a continuación las líneas más significativas de los dibujos que, de acuerdo con lo indicado, realicé (Figs. 1 a 3).
Se puede apreciar claramente mi insistencia en la concavidad de la parte inferior, ya que quedó muy bien definido que por las sombras percibidas, podía adivinarse que la base del OVNI no era plana, sino cóncava. El testigo sugirió que los dos extremos señalados con la letra E podían ser una especie de pantalla que encauzase los 8 ó 10 haces luminosos, en las ocasiones en que el OVNI parecía explorar el suelo sin permitir que estos haces se dispersaran ampliamente a su alrededor. D. Santos Nicolás apuntó firmemente que, a su juicio, estos haces luminosos no sobresalían en su línea de contacto con el terreno de las estrictas dimensiones del OVNI en cuestión . También afirmó que dichos haces no tenían, al parecer, más que unos 30 ó 50 cm de ancho cuando emergieron, convirtiéndose al final en unos haces de luz de un ancho máximo que debería variar entre 1 y 1,20 metros.
Yo, por mi parte, había realizado unos dibujos a dos tintas del OVNI y del paisaje. Estos dibujos impresionaron vivamente al testigo, quien, sin embargo, empezó a hacer correcciones en lo referente a las dimensiones del objeto observado, a la situación de las luces, al carácter de las mismas, etc. Gracias a ello, logré finalmente realizar dos dibujos que reflejaban un máximo de similitud con el objeto avistado, según opinión del señor Nicolás.
Los grabados que se publican a continuación (Figs. 4 y 5) son, pues, fruto de retoques y correcciones por parte del testigo. Los diseños a tinta china se han realizado sobre cartulina sin grano, siendo después fotografiados con cámara de estudio, para ser finalmente coloreados.
Hemos intentado estudiar los haces luminosos del objeto con D. Santos Nicolás, habiendo adelantado muy poco en nuestras deducciones. En primer lugar, él los suponía en un círculo concéntrico en el aparato ( Fig. 6 ), pero también admite que podrían estar en el sentido de un diámetro (Fig. 7), pues no comprende cómo en el caso de hallarse situados los haces en forma de círculo, los que estarían situados en la parte de atrás no robarían el perfil a los haces delanteros (recordemos que el testigo asegura que to dos los haces luminosos se veían perfectamente nítidos: cada uno bien delimitado y separado de los demás) . De todas las maneras, de lo que estoy seguro es de que, estén situados de una o de la otra forma, estos haces no giraban, por lo que deberían partir de una estructura que no giraba al mismo tiempo que el disco.
Por lo que respecta a la opinión de D. Jesús Martín, no creo necesario entrar en detalles más concretos, ya que el doctor no vio el objeto de cerca. Es mi creencia de que la explicación de lo indicado por este testigo se basa en que el OVNI no se hallaba en situación completamente horizontal, sino que con el extremo más alejado en posición más elevada con respecto del otro extremo, el más cercano al testigo, es decir : que el aparato se hallaba en una posición ladeada. Así se explica que se distinguieran luces solamente en E y en ·E’, y otra luz, más baja y alargada, aproximadamente en el punto B, luz que correspondería al «faro». Esta luz del «faro», debido a la posición ladeada del OVNI, quedaba medio oculta por la parte superior del objeto, la cual, en este caso, actuaba como de pantalla para que la luz que salía de la misma se esparciese tenuemente por el disco, dejando apreciar la forma oval del aparato visto a considerable distancia (Fig. 8).
DESCRIPCION DE LA AVERlA SUFRIDA EN LAS INSTALACIONES ELECTRICAS DE LA PRESA
En uno de mis desplazamientos a Guijo de Granadilla oí hablar acerca del hecho de que se había producido una avería de importancia en las instalaciones eléctricas de la Presa del Pantano, y ello en una fecha sin precisar del mes de marzo de 1970. Casualmente tenía fácilmente a mi alcance al operario electricista que realizó las reparaciones, por lo que intenté preguntarle detalles, con el ánimo de aclarar si era factible asociar dicha avería con el avistamiento del OVNI.
El operario en cuestión no recordaba exactamente la fecha, pero afirmó creer que ocurrió a finales del mes de marzo. Ante tal circunstancia, estimé necesario proseguir las indagaciones, ya que lo sucedido podía resultar de gran trascendencia para esta observación OVNI, por su carácter probatorio real.
El operario manifestó que la avería consistió en un cortocircuito y el consiguiente quemado .de una manguera de sección 3,5 cm de radio, de la que se quemaron solamente dos fases, quedando entero el neutro. Se trata de cables que llevan corriente de 380 voltios, que es cómo sale de los transformadores, los cuales reducen a este voltaje los 10.000 voltios que entran. El electricista atribuyó la avería a la humedad, pues al levantar las baldosas de la cámara donde se encontraba el empalme que se había quemado, encontró filtraciones notorias e inclusive partículas de fina arena que se habían colado por entre las baldosas.
El operario ya no podía decirme nada más, pero supuse que si localizaba al Ingeniero Jefe de Mantenimiento de la Presa, la cosa podría variar. Sin embargo, no lo encontré, pues acababa de marcharse con su familia a Madrid, por lo que me dirigí al Perito Industrial que había quedado al cuidado de las instalaciones de la Presa. Dado que dicho Señor es amigo de D. Santos Nicolás, entregue a éste un cuestionario de preguntas de orden técnico, con el ruego de que lo hiciese llegar a manos del citado Perito Industrial.
He aquí el resultado del cuestionario:
Pregunta : ¿ Fecha de la avería ?
Respuesta : Se descubrió el día 27 de marzo y debe haber ocurrido en la madrugada, ya que la avería no existía la noche del 26, pues afecta a las luces de todo un lado de la presa y no tu vimos noticia del fallo hasta casi el mediodía del 27.
Pregunta: ¿Tipo de avería?
Respuesta : En el primer momento supusimos que había sido por causa de la humedad que existe en el punto concreto del cortocircuito, o sea, en el registro de las galerías de fondo de la Presa. Sin embargo, una vez arreglado este cortocircuito, la avería persistía, por lo que tuvimos que seguir buscando el fallo en la instalación. Finalmente éste se encontró en los registros de los faros que hay en el exterior del muro, que es donde (según asegura el Perito) se inició la avería.
Pregunta : ¿ Causas del fallo ?
Respuesta : Misterios de la electricidad, pues las reales causas no se han podido identificar.
(Podemos ampliar la información indicando que a partir de los hechos hay varios mástiles que están comunicados de tal manera que al aproximarse uno a ellos, dan una fuerte sacudida eléctrica.)
Pregunta : ¿ Desde la construcción de la Presa, qué tipo de averías se han producido?
Respuesta : Varias por fallo de los motores. También ha habido algunas por defectos de la instalación. Sin duda la más importante ha sido ésta.
(El técnico informa, además, que a pesar de la evidencia de humedad en los registros de fondo, nunca creyó que se hubiese iniciado allí, ya que en otra ocasión las galerías se inundaron y, pese a ello, no hubo corto circuito.)
Pregunta : ¿ Qué sucede a unos empalmes, debidamente aislados y encerrados en un registro, si sometemos el conjunto a un fuerte campo magnético desde el exterior ?
Respuesta : Indudablemente un tipo de avería igual a la que tuvimos recientemente, sobre todo si el campo magnético y la corriente son de distinta dirección. La diferencia electromagnética entre campo y corriente determinaría cuál de ambas fuerzas sería la predominante, en perjuicio de la otra.
EFECTOS FISIOLOGICOS EN UNOS ANIMALES DEL LUGAR
En el Archivo del CEI obran datos suficientes para estimar que el paso del OVNI por la zona del Pantano « Gabriel y Galán » ocasionó una rara enfermedad en diversos animales del término de Guijo de Granadilla. Esta investigación tropezó con el enorme problema de tratar de aclarar algo que me era negado sistemáticamente. Ante la imposibilidad de poder sacar a la luz pública datos concretos y positivos, he intentado encontrar datos no negativos sobre lo ocurrido a los animales del lugar, cosa que he conseguido plena y rotundamente en mi investigación, aún sin obtener la evidencia de pruebas materiales concretas.
Por todo lo antedicho, aquellos Centros e investigadores del Fenómeno OVNI que deseen más datos al respecto para sus estudios, deberán dirigirse a la « Comisión de Investigación OVNI» del CEI, la cual se les facilitará a título confidencial.
FALLAS GEOLOGICAS EN LA ZONA DE LA OBSERVACION
Y CONSTITUCION DEL SUELO
Gracias al Perito Industrial que tan amablemente se brindó a contestar el cuestionario sobre las averías ocurridas en la Presa, he tenido acceso a los informes realizados por los geólogos que hicieron las pertinentes prospecciones en el terreno de la cuenca del afluente Alagón, a fin de hallar el lugar idóneo para el levantamiento de la pared de la Presa. Este informe nos habla de la ausencia de fallas de importancia en la totalidad del término municipal de Guijo de Granadilla.
Los sondeos efectuados evidenciaron un subsuelo formado a base de rocas plutónicas y metamórficas (granito, cuarcitas, pizarras) del Proterozoico, y las propias del Paleozoico (Edad Primaria).
Es ésta una zona de España de las mas sólidas y antiguas, con escasas fisuras y carencia de fallas. Doy este informe por si puede resultar interesante a ciertos estudiosos franceses, quienes ven una posible relación entre avistamientos alineados de OVNIS y fallas en el subsuelo de la zona.
Alberto Adell 1.970
REFERENCIA A OTRAS OBSERVACIONES OVNI EN LAS QUE CONCURRIO ASI MISMO LA VISION DE ALGUN TIPO DE HACES LUMINOSOS COHERENTES
A título complementario e informativo puede resultar de interés para los lectores tomar nota de algunas observaciones OVNI en las cuales ha concurrido también el factor o elemento constituido por la visión, por parte de los testigos, de algún tipo de haz o rayo luminoso cuya característica más notable y acusada fuera precisamente, aparte de lo insólito e inexplicable de su misma aparición, origen y naturaleza del hecho de que los bordes luminosos aparecieran totalmente nítidos sin dar lugar a zona alguna de penumbra, es decir de transición de luz a sombra, de tal manera que como telón de fondo de los haces de luz se apreciaba solamente una absoluta negrura u obscuridad apareciendo los bordes luminosos nítida y perfectamente diferenciados, haciendo pensar en algo así como en luz sólida, sumamente coherente o encajonada, hasta el extremo de que fue en ocasiones (como en el que nos ocupa) confundida inicialmente con patas o columnas de sustentación del OVNI. Lo mas parecido que nosotros, en estos últimos años, conocemos serían determinados rayos de luz laser, cuyas dimensiones son modestísimas comparadas con las que atribuyen los testigos a algunos de los fenómenos luminosos por ellos observados. Algunos testigos manifiestan que los bordes luminosos aparecían tan nítidos y perfectamente delimitados que semejaban como cortados con un afiladísimo cuchillo sobre el fondo obscuro que les rodeaba . . .
Son numerosas las observaciones OVNI que podríamos citar aquí, pero la enumeración quedará limitada por estimarlo suficiente a los fines de complemento de información que nos hemos propuesto) a unas cuantas que hemos entresacado de diversos ejemplares de la publicación del GEPA Phénomenes Spatiaux. Citaremos dichas observaciones de manera sucinta y fragmentaria, quedando en manos de los lectores la posibilidad de profundizar detalladamente en ello, si fuere de su interés, teniendo en cuenta los datos que se facilitan respecto del número y fecha de la revista del GEPA en que fueron publicados. Podríamos evidentemente citar muchos otros casos recogidos en diversos Boletines o Revistas, entre las publicaciones que consideramos asimismo serias , responsables y merecedoras de crédito y atención, pero a efectos de sistematización y mayor facilidad de localización ha preferido el firmante limitarse a efectuar la correspondiente búsqueda entre los casos publicados en Phénomenes Spatiaux, según queda dicho.
A) Observación de Villiers en Morvan (Francia). Ocurrieron los hechos el día 21 de agosto de 968, entre las 10,30 y las 11 de la mañana. Los testigos fueron los Sres. Marius Carré y Paul Billard, quienes vieron, procedente de una « mancha de color blanco » .que ya habían observado antes cerca de un bosquecillo situado a lo lejos a su izquierda, « una especie de prolongamiento luminoso, en forma de tubo o de chimenea de fábrica» que se alargaba en dirección al sitio donde se hallaban trabajando. En 5 ó· 10 minutos dicho « tubo luminoso» alcanzó una longitud máxima de unos 2 km y se detuvo sobre un seto de arbustos que delimitaba el campo en el cual trabajaban los testigos y situado a unos 30 ó 40 m.de ellos.
La observación del asombroso « tubo de luz» se prolongó algo así como durante 10 minutos, durante cuyo lapso de tiempo el extremo de dicho «tubo o chimenea luminosa» más próximo a los testigos (ya se ha indicado que se hallaba solamente a 30 ó 40 m. de ellos) seguía en su lento desplazamiento a los testigos, los cuales estaban manipulando en la tarea de cargar de heno una carreta arrastrada por un tractor. Así recorrieron unos 100 m. en diez minutos, seguidos siempre, a manera de un fabuloso tubo o medio de observación, por el extremo luminoso de tan extraordinario fenómeno, cuyo diámetro fijan los testigos entre uno y dos metros. Describen los testigos dicho extremo luminoso como conteniendo una especie de tela de araña extraordinariamente brillante y, debido a ello, casi insoportable de mirar, en la cual se apreciaban unos pequeños puntos luminosos en movimiento, algo parecido a lo que se puede ver en la pantalla encendida de un televisor.
Esta observación tan interesante fue descrita y comentada en la revista del GEPA por los Sres. Joël Mesnard y René Fouéré, los cuales efectuaron personalmente una encuesta acerca de todo ello en el propio lugar de los hechos. La duración de la observación fue en total de 40 a 45 minutos y concluyó replegándose el «tubo luminoso» hasta el punto de dónde había sido emitido, que era apreciado por los testigos como una mancha blanca situada a unos 2 km de ellos. El tamaño de dicha mancha blanca lo describen como algo semejante a un coche «Citroen 2 CV», habiendo cambiado de color antes de su desaparición, es decir una vez se hubo replegado totalmente el aludido « tubo luminoso». A título de muy ilustrativo y sagaz comentario, indica el Sr. René Fouéré: «…Podemos pensar en un haz de luz coherente, cuyo haz, a causa de la propiedad no dispersiva de dicha luz, adopta la apariencia de una barra sólida, es decir, de un objeto casi material. Pero si bien un laser muy potente pudiera crear esta «barra de luz», no se puede comprender muy bien cómo una barra semejante sería susceptible de detenerse y aparecer como cortada o seccionada por un instrumento cortante e invisible. La naturaleza de dicho Tubo se nos escapa (en el sentido de que se halla más allá de nuestros conocimientos). . . Sea lo que fuere, el caso de Villiers en Morvan añade un nuevo capítulo, de los más desconcertantes, a la larga serie de estas manipulaciones de la luz (si es que se tratare efectivamente de luz), de estas brujerías ópticas, a las cuales algunos ingenios insólitos parece tienen la costumbre de recurrir. . . Nosotros no podemos pensar que unos agricultores sencillos, sanos y visiblemente sinceros hayan podido inventar en todos sus detalles este increíble episodio». (De Phénomenes Spatiaux, nº 18, cuarto trimestre de 1968, pp. 24–26 .)
B) Observación en el Lac de Panneciére (Francia). Ocurrieron los hechos el día 20 de octubre de 1968 a las 5 de la madrugada. Los testigos fueron en este caso los pescadores Sres. F. L. y P. L., y el lugar de la observación un lago artificial situado a unos 10 km al Norte de Chateau Chinon, en el mismo departamento francés de Moryan. Andaban los dos pescadores citados en fila india por el obscuro y estrecho sendero que bordea el lago. De repente una fuerte luz blanco-amarillenta iluminó una zona de dos o tres metros de diámetro al rededor de ellos. Por un momento el Sr. F. L., que cerraba la marcha, imaginó que su compañero había encendido su antorcha eléctrica, pero en seguida comprendió que se trataba de algo distinto: los dos estaban dentro de un haz netamente delimitado que parecía venir del cielo. El Sr. F. L. creyó distinguir. en lo alto de dicho haz, una masa obscura y confusa. Pasaron 2 ó 3 segundos. la luz se extinguió bruscamente y los dos pescadores, en modo alguno asustados, vieron cómo unas chispas rojas caían en lluvia y se extinguían casi en seguida. (De Phénomenes Spatiaux. n.o 18. cuarto trimestre de 1968, pp. 22–24, siendo autores del artículo los Sres Joël Mesnard y René Fouéré.)
C) Observación entre Rabat y El Harhoura (Marruecos). Los testigos, el Sr. Caviglioli y su esposa, viajaban en un coche por la carretera nº 36 procedentes de Rabat y con destino a Casablanca. La fecha de la observación es la del día 1 de diciembre de 1968, siendo la hora las 3,50 de la madrugada. Duró en total dicha observación unos 45 minutos y comprendió diversas fases, de las cuales haremos mención aquí a las que se citan y describen como fases 4ª y 5ª en la revista del GEPA.
Los testigos veían el OVNI lejano y como un disco rojo. En el tiempo de un segundo (es decir, instantáneamente), el disco que se les aparecía como muy alejado se ofreció repentinamente como muy cercano. « Era ahora como un enorme cigarro ». El testigo aclaró en seguida que la calificación de enorme la aplicó en términos de comparación con el mucho más reducido que habían podido apreciar en el OVNI en los momentos precedentes a la brusca aproximación del mismo. La distancia entre los testigos y el objeto es difícil de precisar con exactitud y puede establecerse aproximadamente entre 250 y 600 m. El OVNI se hallaba muy cercano al suelo, pero sin tocarlo. Se inicia entonces la fase 5ª de la observación, realmente extraordinaria y sorprendente : Se observa la aparición de una banda luminosa blanca entre las dos mitades inferior y superior del objeto, la forma del cual se apreciaba entonces netamente.
En tal circunstancia los testigos están de acuerdo en decir que la mejor manera de represen tar el OVNI en dicho momento es la de dos platos apoyados uno sobre el otro por su boca pero existiendo una franja de separación o intervalo entre ambos (la franja o banda de luz blanca a que antes se hizo alusión). La luminosidad de dicha franja era comparable a la de los faros de yodo, aun que no iluminaba el paisaje. Entonces pudieron observar los testigos que unos a manera de « faros », con luz blanca y de haces muy poco divergentes, fueron encendidos alrededor del casco inferior, alumbrando oblicuamente el suelo. No parecía tratarse de tiras luminosas sino más bien de « faros » con haces poco divergentes. El OVNI se detuvo a unos 150 m. de los testigos como máximo, y el Sr. Caviglioli manifestó haber tenido ocasión de examinarlo tan detalladamente como a un automóvil a la misma distancia. Según él, el diámetro del disco era de 15 m. y su espesor, en el centro, de unos 3 m. En la fase 6ª tiene lugar la desaparición del objeto, que fue rápida y que los testigos no aciertan a explicar, dejándoles desconcertados.
(De Phénomenes, Spatiaux, nº 20, segundo trimestre de 1969, pp. 15–22.)
D ) Observación en «Das Hochfeld» (Alsacia francesa).
Se trata de un chalet situado en el lugar citado, el cual se halla a 9 km al SE de Schirmeck y a 1.000 m. de altitud. La fecha de la observación fue el día 6 de mayo de 1967 y la hora de las 9 a las 10 de la noche.
Los testigos, Sr. Schirrmann, su esposa, su hijo de 10 años y un amigo de este último, P. Wassmer, de 11 años, se desplazaron aquel fin de semana a su chalet en la montaña. Según el relato efectuado por los cuatro testigos, a eso de las 9 de la noche vieron aparecer, a un centenar de metros de su casa y procedente del Sur, un enorme objeto negro (o parecido a negro, pues no debemos olvidar que era de noche) que tenía forma lenticular y unos 15 a 20 m. de diámetro. Con un silencio absoluto, el OVNI se aproximó lentamente al chalet. La posición del objeto era horizontal y se mantenía un poco mas elevado que los testigos, quienes, en consecuencia, no pudieron distinguir apenas algo más que la cara inferior del mismo. El objeto se hallaba entonces a una distancia de unos 20 ó 30 metros del chalet. Repentinamente una fina tira o rayo luminoso salió de debajo del OVNI. La Sra. Schirrmann lanzó un grito : el objeto estaba allí, inmóvil, a algunos metros de su chalet y a la altura del tejado. Un escalofrío recorrió a los testigos cuando oyeron un « clic o pequeño chasquido ». Otras dos tiras o rayos luminosos se unieron al aparecido anteriormente. Eran paralelas a la primera, pero mientras que ésta tenía un color blanco-azulado, las otras dos eran de color verde-malva. El diámetro era también distinto: la primera tenía un grosor de 2,5 a 3 cm. y las otras dos eran más delgadas, de aproximadamente 1,5 cm. Estas dos últimas cintas o tiras luminosas terminaban a una altura del suelo que puede fijarse en 1 m. Las tres parecían situadas en el mismo plano, no vertical, distando la una de la otra algunas decenas de centímetros.
Los extremos de las tiras luminosas estaban, según opinión del Sr. Schirrman, neta y limpiamente contados «como un salchichón». En todo momento los testigos insistieron en el aspecto muy compacto de las tiras luminosas.
Es de destacar otro notable fenómeno luminoso relacionado con esta misma observación : en el suelo, una banda o faja luminosa blanca adoptó la forma de tres de los cuatro lados de un trapecio. El ancho de la misma era como el de una mano, es decir, de unos 10 cms. Las tres tiras luminosas apuntaban al interior del trapecio, cuyos dos lados no paralelos terminaban al pie del muro del chalet. Puede ser que dicha banda luminosa se prolongara sobre el muro o podría ser también que se cerrara sobre si misma, es decir, que apareciera junto al muro el cuarto lado del trapecio. Los testigos no pueden afirmar algo concreto puesto que no se asomaron a la ventana para observar el muro. La observación de este fenómeno luminoso duró solamente de 10 a 1 5 segundos y luego todo desapareció o se apagó, súbitamente, con un seco chasquido. Entonces el Sr. Schirrmann dijo : « Esto no me gusta. ¡ Vamos ! » Cerró la ventana y acto seguido, impulsado por la curiosidad, salió a la terraza. El objeto se deslizaba lentamente en dirección Norte, alejándose de la casa. Los testigos pudieron entonces distinguir, sobre la cara superior del OVNI, algo así como un cono luminoso verdoso. Repentinamente el objeto desapareció, siempre sin hacer ruido, cuando se hallaba a unos 100 metros del chalet, es decir, a la misma distancia que cuando le vieron aparecer. La observación había terminado: eran algo mas de las 22 horas.
Al día siguiente, domingo 7 de mayo, los Schirrmann creyeron notar intensa actividad de los aviones de la Base de Strasburg-Entzheim, especialmente Mirage III R, de la 33 escuadra de reconocimiento. El lunes, día 8, los testigos tuvieron noticia, por la radio y a través del periódico local Les Dernieres Nouvelles de Strasbourg, que la estación de radar instalada precisamente en la zona de «Das Hochfeld» había detectado, el sábado 6 de mayo, entre las 20 y las 22 horas, la presencia de un Objeto Volador No Identificado. (De Phénomenes Spatiaux, nº 14, cuarto trimestre de 1967, pp. 18–20.)
E ) Observación entre Kabdrup y Fjelstrup ( Dinamarca). Hace uno s meses recibimos del grupo SUFOI ( Skandinavisk UFO Information) de Dinamarca (Dirección: Sr. Enling Jensen. Ingstrup Alle, 35. DK 2770 Kastrup) una carta del Sr. Jensen en la que se nos informaba de un caso sucedido en su país con fecha 13 de agosto de 1 970, que también comportaba rayos de luz compactos o encajonados. A continuación, pues, resumimos brevemente la observación, incluyendo dos de los seis grabados que acompañaban la carta original. ( El caso puede encontrarse completo y con unos comentarios de René Fouéré en Phénomenes Spatiaux, nº 26, cuarto trimestre de 1970, pp. 15–19.)
A las 22,50 horas de aquel día, el oficial de policía Sr. Evald Hansen Maarup se dirigía a su domicilio en Knud, conduciendo un automóvil patrullero. Hallándose entre los dos puntos citados, el coche policial se vio envuelto, de pronto, por una luz blanco-azulada, al tiempo que el motor se paraba. También se apagaron todas las luces del auto, incluso la de iluminación interior. La luz envolvente era tan poderosa que no le permitía ver nada. Entonces, protegiéndose la vista con un brazo, el oficial Maarup logró, palpando en el panel, encontrar la radio. Pero cuando tomó el micrófono para llamar a la central, se dio cuenta de que la radio tampoco funcionaba, al igual que todos los aparatos eléctricos del coche. Mientras, la temperatura en el interior del vehículo empezó a subir hasta alcanzar un punto parecido «al que se siente cuando uno conduce en verano con el Sol de frente».
Al cabo de un rato, la luz se elevó. Se trataba de un foco luminoso en forma de cono, con una base de 4 a 5 metros de diámetro. Al mismo tiempo que el oficial Maarup observaba esto, pudo ver que la extremidad superior del cono luminoso salía de la base un objeto circular de color gris y de. unos 10 m. de diámetro. Pocos segundos después, la luz se fue «encogiendo» hacia arriba, como si fuese absorbida por el extraño objeto. El proceso de «encogimiento» duró unos cinco minutos, cosa que permitió al oficial Maarup salir del coche policial y poder ver cómo la última parte del foco luminoso era « tragado» por un agujero de aproximadamente 1 metro de diámetro, situado en la base del OVNI. Inmediatamente después de la total desaparición del foco de luz, el objeto empezó . a moverse, desapareciendo en pocos segundos elevándose en el aire sin hacer ningún tipo de ruido.
Mientras el OVNI se alejaba toda la instalación eléctrica del automóvil volvió a funcionar normalmente. Al mismo tiempo pudo poner en marcha el coche sin dificultad y, además, ponerse en contacto por radio con la central, a la que explicó lo sucedido. Después volvió a salir del auto (un Ford Zodiac de 6 cilindros casi nuevo) por si había restos o huellas. No encontró nada, pero sí notó que el guardabarros delantero estaba caliente.
En su declaración, el oficial Maarup añadió que antes de su primera salida al exterior tomó tres fotos con su máquina, y cuando salió otras tres más. Al día siguiente, al revelarlas, comprobó que en una de ellas aparecía un punto luminoso en el espacio. En vista de ello las pasó a la Base Aérea de Skydstrup, que fue el lugar de donde salió la noticia que los periódicos del país publicaron posterior mente.
Con cuanto queda transcrito estima el firmante que habrá quedado suficientemente puesto de manifiesto la relativa, pero efectiva coincidencia o semejanza, de los fenómenos luminosos observados por D. Santos Nicolás con lo visualizado por otros numerosos testigos en lugares y fechas muy dispares. Tal consideración presta mayor apoyo y verosimilitud, si cabe, a lo que este testigo explicó. Suponemos que para numerosos lectores tal confirmación, bien que indirecta, constituirá un valioso elemento muy digno de ser tenido en cuenta a la hora de formarse o emitir una opinión.
CASAS HUGUET
Esta investigación ha sido extraída íntegramente de la revista informativa del C.E.I. Centro de Estudios Interplanetarios de Barcelona España
nº 3 y 4 1.970
Albert Adell Sabatés (Sabadell 1925 1983),Pintor, Investigador y ingeniero técnico, fue Vice-Presidente del CEI entre septiembre de 1980 y septiembre de 1983, habiendo sido previamente corresponsal en la zona oeste de España. Destacó especialmente en la publicación del libro, aún hoy de referencia, “Manual del ufólogo” (1979), numerosos artículos en la revista Stendek (a destacar el referente al caso Gallarta, Vizcaya, ocurrido a principios de 1977), y en la revisión en profundidad del concepto de Credibilidad en el llamado “Test de extrañeza-Credibilidad” postulado por Hynek en 1972.