EL OVNI DEL PANTANO

Galán Vázquez
44 min readFeb 11, 2021

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En recuerdo de mi querido amigo pintor, gran investigador y mejor persona.

In memoriam Alberto Adell Sabates. Foto: @galanvazquez

OBSERVACION EN EL PANTANO “ GABRIEL Y GALAN”

Vamos a iniciar a continuación la de­tallada descripción de una, observación OVNI que estimamos del más alto inte­rés, ya que resulta altamente significativa si consideramos la gran cantidad de da­tos y elementos positivos que en ella con­curren y que la convierten en digna de ser tenida en cuenta, a juicio de quien esto escribe, en todo estudio serio, pro­fundo y objetivo del fenómeno que tene­mos tan empeño e interés en dilucidar.

Se trata de lo sucedido en la noche del 26 al 27 de marzo de 1970 en una alejada y solitaria zona de la provincia ex­tremeña de Cáceres. Propiamente hablan­do, la observación tuvo lugar el día 27, pues comenzó a las 00,30 de la madruga­da, si bien es fácilmente comprensible que el principal testigo de ella se refiera en ocasiones a la noche del 26, ya que fue al concluir dicho día, y de regreso el testigo a su domicilio, cuando tuvieron lu­gar los hechos que se van a narrar.

Todos los datos y detalles de esta ob­servación nos han sido reportados por D. Alberto Adell, corresponsal del CEI en Béjar, Salamanca, investigador que ha demostrado una tan gran voluntad e in­terés por llevar a buen término su mi­sión y labor, que nos parece efectivamen­te admirable y merecedora de todo elo­gio: conocemos bien las dificultades que se presentan al investigador y el muchí­simo tiempo que hay que dedicar a las encuestas si se quiere realizarlas completa y adecuadamente. Repetimos, pues, mu­chas gracias Sr. Adell.

En relación con el asunto que nos ocupa­ y a modo de introducción, reprodu­ciremos literalmente unas frases del Sr. Adell contenidas en una de las cartas que nos envió: “El caso es de un interés máxi­mo y tiene una riqueza de detalles ver­daderamente abrumadora. Sólo espero que en mi escrito haya sabido convertir en palabras lo escuchado en cinco conversaciones­, algunas de las cuales han discurrido en un ambiente de pura emoción. Porque lo insólito de caso es que yo juzgo al principal testigo de los hechos D. Santos Nicolás, como un hombre metódico, cerebral y más bien frío, y, sin embargo, en mis dos primeras entrevistas no fui capaz de sacar un relato coherente debido al estado emocional del testigo, pues revivía los hechos y se atropellaba de mala manera. Sin embargo, en ningún momento he dudado de la veracidad de su testimonio y dede luego nunca se contradijo en nada”

Hasta aquí las palabras del Sr. Adell.

No debe extrañarnos en absoluto la emo­ción del testigo principal al relatar los hechos al cabo de unos meses, pues sabe­mos que tal clima psicológico se acostum­bra a dar en quienes han efectuado -afor­tunados ellos- observaciones tan impre­sionantes como la que ahora está ocu­pando nuestra atención. La carga emoti­va se ve notablemente aumentada por el hecho, que se da en este caso y en casi todos, de que los dos principales testigos guardaron un casi total silencio y una ab­soluta discreción en relación con lo obser­vado, de tal manera que incluso entre ellos hablaron de lo sucedido con extre­ma parquedad. Precisamente, debido a tal circunstancia, la necesidad de explicar lo ocurrido y confiárselo a alguien se va incrementando a medida que el sujeto se reprime (éste es un conocido y frecuente proceso psicológico), y llegado el momen­to del hallazgo y toma de contacto con una persona merecedora de plena confian­za y de la cual se espera que preste máxi­ma comprensión al relato, y que por el mismo sienta gran interés, entonces se trata de liberar la tensión interior sufrida y se pretende exponer, con gran entusiasmo y máxima rapidez, la experiencia vivida, celebrando grandemente el testigo el tener ocasión u oportunidad de “descar­garse”. Esto ocurre en la mayoría de los casos, si bien existen, como en todo, las correspondientes excepciones.

Foto del Pantano de Google Earth

EXPOSICION DE LA OBSERVACION

Vamos a entrar ahora en una descrip­ción extensa y pormenorizada de la observación y de cuanto con ella se rela­ciona, para lo cual reproduciremos, prác­ticamente de forma literal y en su mayor parte, el excelente reportaje efectuado por nuestro corresponsal Sr. Adell.

  1. Testimonio de D. Santos Nicolás, tes­tigo principal.

EL día 8 de septiembre de 1970 me informó un amigo por teléfono que de­seaba verme para comunicarme algo re­ferente a una observación OVNI en la provincia de Cáceres. Este amigo es un industrial de Béjar, conocedor de mis actividades en el campo de la investigación de los Objetos Volantes No Identificados y que tuvo la suerte de escuchar una par­ca conversación en el Club Náutico del Pantano “Gabriel y Galán” el día 6 del mencionado mes de septiembre.

A la media hora de la llamada ya charlaba con él en su despacho y escuetamente me decía: “Tu verás si te puede interesar, pero por lo visto el maestro y el médico de uno de los pueblos cerca­nos al Pantano han visto, a las 3 de la madrugada, un extraño objeto volador, con su torreta, sus patas, sus extrañas luces, y todo durante un tiempo lo sufi­cientemente dilatado para poder haber captado detalles únicos.”

El Sr. Adell pasó la semana estudian­do la zona sobre unos buenos mapas, a fin de familiarizarse con el terreno. Al domingo siguiente, a las 8 de la maña­na ya se hallaba en camino recorriendo los 60 kms. que le separaban del lugar de los hechos. Pero dejemos la palabra a nuestro corresponsal D. Alberto Adell:

« Paso por alto los detalles hasta lograr la toma de contacto con el principal tes­tigo D. Santos Nicolás, Maestro Nacio­nal con residencia en Guijo de Grana­dilla, donde ejerce su profesión. Consi­dero interesante mencionar a D. Fausti­no, maestro de la vecina localidad del Ahigal, amigo de D. Santos, que no sólo corroboró los hechos sino que ponderó la integridad del testigo Sr. Nico­lás.

Lo primero que debo consignar es el aspecto del terreno que rodea el Panta­no “Gabriel y Galán”, y que abarca la totalidad del municipio de Guijo de Gra­nadilla. Desde luego, desde que la Pre­sa está ultimada el aspecto ha cambiado un tanto, pues antes no existían carrete­ras y sí caminos vecinales polvorientos entre colinas onduladas, canchales entre vaguadas y colinas, y todo ello salpica­do de encinas, olivos y arbustos achapa­rrados. Ahora, las carreteras al menos son transitables: el piso es bueno y reco­rrerlas resulta hasta agradable.

Santos Nicolas, principal testigo de la observación.

D. Santos Nicolás es un hombre co­medido, que mide sus palabras y es poco amigo de divagaciones exuberantes. Es un hombre joven, tiene 40 años, de buen aspecto, sencillo, locuaz y de extremada afabilidad. Al serle presentado, su reac­ción fue instantánea, no ocultando su contento: “…Estaba deseando que esto ocurriera para poder contar a alguien que me comprendiera todo el extraño ca­so que he vivido”. Se observaba emoción en su rostro, emoción que irá en aumen­to a medida que la conversación se vaya centrando en la madrugada del 27 de marzo, hace ya medio año. Seis meses son muchos meses y sin embargo es inte­resante la excitación que demuestra Don Nicolás al ir rememorando los hechos acaecidos. Le dejo que me cuente prime­ro lo que él quiera. Cómodamente sentados en una habitación le escucho. Su narración es algo difícil de interpretar, pues su evidente nerviosismo hace que carezca de la necesaria continuidad para lograr situarla en las debidas dimensio­nes de espacio y tiempo.

Una vez desahogado, le impongo el método de ir contestando a las pregunta del Cuestionario. Efectivamente, la con­versación fluye ahora más coherente y, además de conseguir respuestas contun­dentes, me da también tiempo de tomar nota de detalles que no se especificaban en el Cuestionario.

La conversación, en forma de diálogo y con una ordenación razonable al trans­cribirla, se desarrolló en estos términos:

  • …Venía yo, en la noche del 26 de marzo 1970, de dar mis clases nocturnas a unos chicos y chicas del Ahigal de los cursos de Bachillerato. Serían las 12 y media de la noche… Venía despacio, en mi coche.
  • ¿Se sentía usted cansado?
  • No, normal… tengo un cierto hábito de trasnochar, pues estas clases son habituales.

- ¿Venía usted pendiente de la no­che, del firmamento?

- Regresaba tranquilo, pendiente de la conducción del coche, pero cómo iba despacio podía perfectamente contemplar el cielo. La noche era oscura y fría. Na­da podía despertar mi curiosidad a me­nos que ocurriera algo insólito. De pron­to, me pareció adivinar una luz alta a mi derecha, luz que percibí por el rabillo del ojo.

-Me quedé anonadado, no asustado; más bien sorprendido y a la vez emocionado. La visión no era para menos, pues se trataba de algo realmente extraordinario: era un enorme disco, de unas medidas aproximadas de 12 a 15 m. de diámetro por 2'5 a 3 m. de altura. La nave iba iluminada por dentro, pues esta luz salía al exterior por unas mirillas cuadradas situadas en la parte baja del disco. Pude percibir perfectamente una torreta coro­nada por un faro giratorio que despedía también la misma luz anaranjada. Sin embargo, la luz del faro era parpadeante a causa creo, del movimiento giratorio que poseía.

- Explíqueme usted las peculiarida­des de esta luz del faro.

- Verá Vd., esta luz era poco intensa, sólo alcanzaba una pequeña zona alrededor de la torreta y formaba como una corona alrededor del faro.

- ¿Le pareció que parpadeaba?

- No puedo decir de un modo absoluto que aquello era un parpadeo… Se notaba que el faro giraba pero era una leve pulsación, como un latido.

  • ¿Considera Vd. que no era una in­termitencia absoluta?
  • No, en absoluto.
    — Prosiga, por favor.
    — Bien…, el extraño aparato volaba majestuosamente, totalmente en horizon­tal, sin ruido alguno, suave y lentamen­te. En realidad, todos los movimientos que hizo durante las tres horas que duró la observación fueron sumamente lentos y majestuosos. Era realmente impresio­nante contemplarlo…
  • ¿Qué hizo Vd. al verlo?
  • - Paré el coche de inmediato y me puse a observarlo a través del parabri­sas, sin intentar apearme (ver en el Mapa el punto 1), ya que temiendo perderlo de vista preferí no quitarle la vista de encima ni un momento.
  • -¿A qué distancia de Guijo ocurrió esto
Foto 1. En primer término, lugar por cuya vertical pasó el OVNI
  • - Aproximadamente estaba yo a unos 900 m. de la citada localidad. El apa­rato pasó exactamente sobre el punto ki­lométrico 1 del Ahigal a Guijo
  • -¿De dónde venía el extraño aparato?
  • - Venía del Berrocal. Me salió por encima de estas encinas (el testigo me exhibe una fotografía señalándome un punto).
  • - ¿A qué distancia estaba Vd. de él?
  • - Yo estaba a unos 100 m. de la vertical de donde pasó y estimo que vo­laba a un máximo de 250 m. de altura, más bien unos 200 m.
  • (Calculo mentalmente el valor de la hipotenusa y le pregunto:)
  • - ¿Entonces cree Vd. que el aparato le pasó a Vd. a un máximo de 250 a 265 m.?
  • - Creo que sí. Desde luego no creo que fuesen más, pues la visión era absolutamente perfecta.
  • ¿Hacia dónde se dirigía el OVNI?
  • Como le digo, cruzó sobre el km. 1 y se dirigió hacia las Arena (Las Arenas es una finca situada a la izquierda de la carretera; véase la foto nº 2) al llegar al cercado -un muro de pie­dra-, el aparato hizo lo más extraño: cambió de rumbo sin transiciones, sin la menor variación en su velocidad, en un ángulo de 80 a 90° aproximadamente (ver Mapa, punto B)

- ¿No le vio Vd. describir ningún arco de círculo para girar?

- Reconozco que por mi posición no estaba en perfectas condiciones de darme cuenta con todo detalle acerca de si la inercia le arrastraba a describir un pe­queño arco, pero, desde luego, yo juraría que el cambio fue totalmente brusco.

  • ¿A qué distancia de Vd. ocurrió esto?

- Vd. mismo puede darse perfecta cuenta…, no hay más de 1.500 m.

- ¿Y bien…?

- Siguió su marcha majestuosa, envuelto en su halo rojizo, avanzando len­tamente hacia el Pantano.

  • ¿Qué hizo Vd. al darse cuenta de que la nave no se le alejaba de la zona?
  • -No cabía en mí de contento. Tomé la decisión de seguirlo “hasta el fin del mundo” … Así, pues, arranqué el coche, pasé por el pueblo (Guijo) y tomé la ca­rretera del Pantano para aproximarme to­do lo que pudiera.

- ¿Lo dejó de ver en algún mo­mento?

- Sí, al cruzar Guijo, pero nada más salir, ya situado en el primer kilómetro, volví a perderlo, pues los árboles lo ocul­taban a mi vista, pero al llegar al China­rral (ver Mapa, punto 2) allí estaba: in­móvil totalmente y un poco a la derecha de la Presa (ver Mapa, punto C) (Eran la una menos cuarto de la ma­drugada del día 27.)

- ¿Qué es lo que vio Vd. desde este punto, al encontrarse por vez primera con el aparato inmovilizado?

- El aspecto del objeto había cambia­ do totalmente. En primer lugar, debo de­ cir que el aparato estaba muy bajo, en­tre las encinas y la montaña del fondo, o sea que lo estimé a unos 200 m. de altura máxima. Él halo, que le rodeaba mientras había estado desplazándose, ha­bía desaparecido por completo y se ha­bía convertido en unos potentes chorros de luz que saliendo de la parte inferior de la estructura de la nave llegaban has­ta el suelo.

- ¿Qué número de haces luminoso vio Vd.?

- Sobre unos diez o doce. Pero era ésta una luz muy particular: era muy parecida en intensidad a la luz fluores­cente, aunque de un color ligeramente amarillo-verdosa.

- ¿Iluminaba una extensa zona de te­rreno?

- Ahí está lo raro de esta luz: la pri­mera impresión que me causó es que el aparato estaba posado en el suelo sobre unas patas o columnas. Luego, me di cuenta de que no eran patas sino haces de luz.

  • ¿Por qué le parecieron patas: por ser totalmente uniformes en su intensi­dad?

- ¡Exacto! No existían zonas de penumbra, sino un chorro concreto, como “encajonado”.

Entre chorro y cho­rro yo podía ver la negrura de la noche y las montañas. Desgraciadamente, unas encinas me imposibilitaban el ver la re­flexión que producían en el suelo aquellos haces de luz; pero, por extraño que le parezca, creo que no existía reflejo algu­no. Por otra parte, el faro de la torreta seguía con su extraña palpitación…, y lo que yo veía muy claramente eran unas luces en los costados del disco que lo si­tuaban perfectamente en sus dimensiones.

- Hábleme de estas luces de los cos­tados.

- Bien. Eran unas luces que se en­cendían y apagaban.

- ¿Intermitentemente?
. — No sé…, quizás giraban con el aparato­ y de ahí su intermitencia. Verá, te­nían algo especial, pues si bien en la parte derecha se veía una luz verde arriba y dos luces rojas debajo, todas ellas esta­ ban colocadas en un mismo eje vertical de manera que cuando aparecían por el lado izquierdo sólo se apreciaban las dos rojas pero no la luz verde.

- ¿Está Vd. seguro de que el aparato giraba sobre sí mismo?

- Estoy firmemente convencido de ello, pues incluso las intermitencias de es­ tas luces coincidían con la impresión de giro del disco y del faro.

- ¿Mientras, los haces luminosos de abajo también estarían girando formando un amasijo de luz… ?

- En absoluto. Los haces de luz eran totalmente fijos y no se movían.

- ¿Veía Vd. los tragaluces, ventanillas o lo que fuere?

- No lo puedo precisar con exacti­tud. La sensación que me daba es de que toda la luz se había concentrado en los haces. En realidad, no creo que yo pusie­ra toda mi posible atención en tal de­ talle, pues yo sabía que de todos modos y con seguridad los tragaluces estaban allí.

- Bien, ¿cuánto tiempo calcula V d. que duró la observación del OVNI in­ móvil?

  • Aproximadamente estuve allí unos 15 minutos, quizás 20. Mi intención era cruzar la Presa y observarlo desde un nuevo punto, más cercano. Arranqué el coche y avancé unos 200 m. No me atreví a avanzar más, pues tuve el temor de que me viera y se me escapara. Bajé nuevamente del auto. Desde este punto no sólo se veía mas cerca sino que además, con una perfección extrema. (Véase la foto nº 3, tomada desde el punto 3 del Mapa.)… De pronto, se puso en movimiento. Fue extraordinario: reco­gió los haces de luz romo un pájaro recoge sus alas, suavemente.
Foto 3. Ala izquierda franja clara, la Presa de <<Gabriel y Galán>>

-Supongo que se trata de una ima­gen …

- Desde luego… Me refiero, al ex­presarme así, a la suavidad, a la belle­za…, porque fue hermoso, sabe Vd. La luz se replegó sobre sí misma suavemente y, simultáneamente, el halo volvió a circundar el aparato y volví a ver encen­didas las mirillas. El aparato reempren­día el vuelo lentamente.

- ¿En qué dirección?

- Hacia la derecha, o sea en dirección a la Sierra.

- ¿Qué hizo usted entonces?

  • Puse en marcha nuevamente el automóvil y me lancé hacia delante con la intención de pasar la Presa, pues el aparato seguía una dirección que permi­tía poder seguirlo por la carretera. Le perdí de vista al bajar hasta la cota del nivel de la Presa, pero al rebasar ésta unos 200 m. más adelante me que­dé atónito: el OVNI había cambiado en sus movimientos ya que, en vez de ale­jarse, se había parado de nuevo en el Berrocoso, precisamente sobre el citado caserío (punto D en el Mapa). En aque­llos momentos yo me encontraba a unos 2 kms. del aparato y pude ver cómo te­nía otra vez los haces luminosos proyec­tado hacia abajo, tal y como los había visto antes. (En la foto nº4, tomada desde el punto 5 del Mapa, se aprecia la aldea del Berrocoso de Abajo, sobre la que se hallaba suspendido el OVNI). Sin embargo, creí que lo vería todavía mejor si avanzaba un centenar de me­tros hasta alcanzar la carretera que va directa al caserío del Berrocoso. Efec­tivamente, la visión desde allí era esplén­dida (Punto 5 del Mapa)
Foto 4 . La cruz señala el caserío del Berrocoso de Abajo, sobre el que se hallaba suspendido el OVNI.

- ¿Y…?
— No salía de mi asombro, pues me daba cuenta de que hacía más de una hora me era dado contemplar algo mara­villoso, algo tan insólito que verdadera­ mente no podía ser de este mundo. Me di cuenta de que, al día siguiente, cuando contase lo que había visto, me toma­rían por un loco. Sentía la necesidad de buscar a alguien que pudiera corroborar lo que estaba viendo, pues llegó un mo­mento, entre el frío reinante y la emo­ción, en el que yo ya no sabía si todo aquello era realidad o lo estaba soñan­do. Me acordé inmediatamente de Je­sús (se refiere a su amigo D. Jesús Mar­tín, médico de Guijo de Granadilla). Tomé la decisión de ir a buscarle, pero antes di un nuevo vistazo al aparato, al OVNI, y me pareció que se movía: fue un ligero movimiento en vertical, subió y bajó, repitió el movimiento y final­mente se volvió a inmovilizar. No esperé ya más. Subí al coche precipitadamente, arranqué, di la vuelta e inicié el regreso al pueblo. (Eran ya, aproximadamente, la una y media de la madrugada).

- Continue…

  • Fui a casa de Jesús y le encontré en ella. Entonces le expliqué precipitadamente lo que me había ocurrido y le invité a acompañarme. Se echó un abrigo encima y subió al auto. Salimos del pueblo rápidamente, yo con el temor de no volver a ver el OVNI. Sin embargo, nada mas salir de Guijo, ya pudimos ver de nuevo al aparato. Seguimos avanzando por la carretera pero lo perdimos de vis­ta al pasar por un badén. Pese a ello, al llegar a Chinarral, nuevamente lo vol­vimos a ver inmóvil. Sin embargo, la situación había cambiado, pues el OV­NI se había alejado del punto del Berrocoso donde yo lo había dejado. Pude darme cuenta perfectamente de que aho­ra se hallaba sobre la Sierra, o sea que se había salido del término municipal y, cruzando la carretera general, se había situado entre Casas del Monte y la cota más elevada de la Sierra. [Puntos 4 y E del Mapa; ver foto núm. 3.]

- Estímeme Vd. las distancias.

- Bien, creo que el OVNI se hallaba a una altura que oscilaba entre los 800 y los 1.000 m., y la distancia que nos separaba de él podía ser de unos 15 ó 16 kms.

(Comprobada posterior­ mente esta distancia en los mapas se vio que puede existir un error de 1 ó 2 kms en más o en menos, ya que era práctica­ mente imposible situar las coordenadas de la vertical del OVNI con absoluta precisión.)

  • ¿No se le ocurrió seguirlo otra vez, ahora que no estaba Vd. solo?
Punto de la carretera donde se detuvo Nicolas que le permitía observar la panorámica de la foto 4

- Desde luego que se me ocurrió. Pero el aparato se nos había alejado ya mucho y creí que para observarlo de cerca teníamos que ir hasta la carretera general; por otro lado, me acordé que desde hacía dos días circulaba con la reserva del depósito del coche, por lo cual temí quedarme sin combustible. Por otra parte, lo que me había pro­puesto estaba conseguido, pues mi amigo Jesús había visto también el aparato y yo ya me sentía satisfecho.

- ¿Cuánto tiempo estuvieron Vds. contemplando el espectáculo?

  • No se lo puedo precisar: Lo mis­mo estuvimos media hora que algo mas.
  • - ¿Qué pasó luego?
  • Nos metimos en el auto completamente helados. Yo iba en jersey y por lo tanto acusaba mas la baja temperatu­ra. Jesús iba mejor pertrechado, aunque tampoco tanto como para poder permanecer quieto en pleno descampado. Re­cuerdo que Jesús me dijo de pronto: “¿Por qué no intentas hacerle unas se­ñales con las luces del coche?” Tenía yo el vehículo cruzado en la cuneta y enfo­cando aproximadamente hacia el lugar en donde estaba el aparato, por lo que me pareció que podríamos probar. Le di varias veces a las luces y volví repetidamente a los largos. De pronto ocurrió algo extraordinario: un haz potentísimo de luz vino atravesando la distancia y nos inundó completamente…, nos quedamos de una piedra. Recuerdo que Jesús, verdaderamente impresionado reaccionó pretendiendo esconderse de la luz echándose bajo el salpicadero, al tiempo que me gritaba: “Cuidado tú… ¡Que se nos echa encima y nos abrasa !”
Un haz de luz muy potente vino atravesando la distancia y nos inundó completamente… Imagen: @galanvazquez

- ¿Qué hicieron Vds. entonces?

- A pesar de estar medio cegados en un principio, pudimos darnos cuenta rá­pidamente de que sólo nos había enfo­cado con un potente haz luminoso durante unos segundos.

- ¿Cuántos?

- Imposible de precisar… Lo mismo pudieron ser 2 que 10. Pero al levantar la vista la luz había cesado y todo seguía igual que antes: el OVNI continuaba es­tático sobre la Sierra y nada había va­riado.

- ¿De qué color era el chorro de luz .que recibieron?

- Pues creo que blanco-anaranjado. . .

Sí, aunque lo realmente impresionante fue su tremenda intensidad.

- Dice Vd. que el haz de luz les cegó momentáneamente, ¿pero, considera Vd. que la ceguera les duró más de lo nor­mal?

-Pues no. Realmente, sólo nos duró unos segundos.

-¿Les produjo alguna molestia anor­mal, escozor por ejemplo, en aquel mo­mento o más tarde?

-De momento, nada en absoluto… Pero, mire Vd., ahora que lo dice, me doy cuenta de algo que puede ser importante.

- ¿Qué es ello?

  • Verá Vd. Hace unos dos o tres meses que vengo notando un quemazón en los ojos. Yo no lo había asociado a la luz de aquella noche, pero bien pudiera ser…
  • ¿Le ha examinado un médico?
  • Sí señor. Me ha diagnosticado conjuntivitis y me recetó unas gotas.
  • ¿Ha notado alivio con las gotas que le recetaron?
  • -Pues de momento sí. Pero, en verdad no se me acaba de curar.
  • ¿Estuvieron mucho rato contemplando el OVNI?
  • Pues sí, aunque desde luego estábamos cansados ya.
  • ¿No ocurrió nada más en ese intervalo de tiempo?
  • Pues verá Vd., yo creo que había momentos en que la luz de la torreta estaba más alta que antes, como si esta se hubiese elevado sensiblemente del apa­rato. Lo estuvimos comentando Jesús y yo y coincidimos en ello. Tal parecía co­mo si la nave se desdoblara en dos luces. De todas maneras puedo asegurarle que el movimiento de la luz de la torreta no era anárquico, sino solamente de una li­gera subida en vertical sin dejar nunca el eje de simetría del aparato, pero ele­vándose sobre él.

- ¿Le dio a Vd. la sensación de que esta luz tenía autonomía?

- No. Desde luego parecía supedita­da al resto de la nave. Ignoro si se ele­vaba también la torreta, ya que sólo veía ascender o subir la luz. (Veo muy difícil poner en claro este detalle por cuanto D. Santos vio la nave de cerca y, en consecuencia, sabía de la existencia de una torreta, y cualquier fenómeno lumi­noso que se produjese en la parte alta del OVNI lo asociaba con ella. No hago, pues, demasiado hincapié en ello, pues está un poco confuso y no encuentra ex­plicación lógica ni un sentido concreto en el movimiento luminoso descrito. Aún en el caso de un auténtico intento de desdoblamiento de la nave, D. Santos hu­biese seguido creyendo que se trataba simplemente de una elevación de la to­rreta.)

- ¿Y después?

  • Serían ya cerca de las dos de la madrugada cuando decidimos volver a casa. Yo, como siempre, conducía mien­tras que Jesús observaba. El aparato fue desapareciendo de nuestra vista al avan­zar nosotros por la carretera, debido a sus curvas y cambios de rasante. Sin em­bargo, Jesús me iba repitiendo que el OVNI permanecía aún allí, cada vez que el terreno era despejado y ningún obstá­culo se interponía entre él y nosotros. En­tramos en el pueblo, dejé a Jesús en su casa, me despedí de él y me dirigí a la mía. Cuando entré, me encontré con la familia levantada -habían estado ocupa­das en la matanza del cerdo y hacía muy poco que habían terminado-. Mis hijas se hallaban ya en su dormitorio, pero en la sala permanecían charlando tía Hipó­lita y Doña Engracia, la vecina que les había ayudado. Debieron notarme algo extraño ya que, sin necesidad de hablar­les yo de lo sucedido, me preguntaron preocupadas si ocurría algo.

- ¿Qué les explicó Vd.?

  • Les resumí entonces mi visión maravillosa, aunque no creo que me hicieran mucho caso, pues reconozco que no eran cosas para ser oídas sino para ser vistas. De pronto se me ocurrió que el aparato podía estar todavía allí y no pude resis­tir la tentación de volverlo a ver. Llamé a mis hijas María Luisa y Alicia, les or­dené que se arroparan bien, y, junto con tía Hipólita y Doña Engracia, salimos al exterior. Mi intención era de acercarme hasta detrás del cementerio, situado a unos 150 m. de mi casa, por el camino de los Molinillos y hasta el lugar conoci­do como el Molino del Aceite
  • Efectivamente, allí estaba : todavía pudi­mos verlo todos por entre los olivos (en marzo, estos árboles estaban pelados de hojas por lo que la visión del cielo era muy amplia). Mientras contemplaban asombradas el aparato les fui dando de­ talles de mi aventura de aquella noche. Eran un poco más tarde de las 3 de la madrugada cuando nos retiramos todos a nuestras casas, a pesar de que el OVNI continuaba allí.
Foto del Pantano de Google Earth

B) Testimonio de tía Hipólita y de Ali­cia.

Posteriormente he hablado con tía Hi­pólita, pero ella no es capaz de decir algo más de que “…era muy bonito…, precioso…, con luces y todo…, muy bo­nito…”. Creo que vale perfectamente la parquedad de su declaración.

También hablé con Alicia, quien, a pe­sar de la distancia que la separaba del aparato, pudo apreciar ciertos detalles de la nave y, particularmente, de las luces, datos que coinciden exactamente con los facilitados por D. Santos, su padre.

C) Testimonio de D. Jesús Martín, mé­dico de Guijo de Granadilla.

Don Jesús Martín es un hombre habi­tualmente muy ocupado, por lo que has­ta mi tercer viaje a Guijo no me fue po­sible cambiar impresiones con él. La en­trevista se celebró en presencia de un joven, cuñado de D. Jesús, médico tam­bién, que ignoraba por completo lo ocu­rrido a su familiar. Suponiendo que la presencia de una tercera persona pueda en alguna manera afectar el diálogo con D. Jesús Martín, traté de crear un am­biente cordial y de confianza antes de entrar de lleno en el asunto objeto de mi visita. Empecé explicándole el plan­teamiento público del problema y la la­bor de los Centros particulares que se dedican seriamente al estudio científico del fenómeno OVNI.

Mapa de la zona

D. Jesús Martín es poco locuaz, hom­bre serio en extremo, dándome la impre­sión de tratarse de un buen profesional absorbido por su diario quehacer, y un tanto al margen de todo lo que no sea su profesión de médico. No obstante, me acoge con simpatía y tras un buen rato de charla, parece efectivamente decidido a confiarse sin recelos ni reticencia al­guna.

Mapa de la zona
  • ¿Le parece bien que le haga unas preguntas sobre el caso que Vd vivió?

- Sí, sí. Puede Vd. preguntar.

- Tengo entendido que en la noche del 26 al 27 de marzo le vino a buscar D. Santos Nicolás con el objeto de que presenciara algo insólito que él había visto.

- Efectivamente. Estaba yo leyendo tranquilamente cuando Santos llamó y en­tró sin mas. Me pareció notablemente alterado y visiblemente emocionado. Ha­blaba de un aparato luminoso muy ex­traño que había estado siguiendo hasta el Berrocoso. Me instó a salir con él para que yo pudiera verlo también y poder luego corroborar que no había sido un sueño. Francamente, le vi tan alterado que no dudé ni por un instante en acom­pañarle, ya que Santos no es precisa­ mente una persona que pierda la calma por una tontería. Me calcé los zapatos, me eché un abrigo encima y salí a los pocos minutos. Y al poco de dejar el pueblo ya vimos la luz del aparato, aun­ que, al parecer, ya no se encontraba don­de Santos la había visto por última vez sino que se había desplazado sobre la Sierra. Avanzamos hasta el Chinarral, desde donde lo pudimos ver a placer, aun­ que lejos.

- Su amigo D. Santos me ha habla­do de unos 16 kms…

- No creo que fueran tantos en lí­nea recta.

  • Veamos. Según D. Santos Nicolás la luz podría hallarse sobre la zona de Casas del Monte, pero exactamente so­bre la Sierra.

- Sí, sí. Es tal y como Vd. dice.

- Bien, posteriormente he medido sobre un mapa la distancia comprendida entre el Chiparral y las primeras curvas de nivel de la Sierra, resultándome unos 16 ó 17 kms.

- Cuando Vd. lo dice será verdad.

Sólo que me extrañaba la insólita lumi­nosidad del aparato al mediar tantos ki­lómetros entre él y nosotros.

- ¿Habla Vd. de un aparato?

- No hay duda de que se trataba de un aparato, aunque realmente yo lo úni­co que percibí fueron sus luces.

- ¿Cómo eran estas luces?

- Pues verá: una luz a la derecha una luz a la izquierda y otra un poco alargada en el centro, aunque esta últi­ma situada un poco más baja.

- ¿Tiene Vd. idea acerca de la for­ma del aparato?

- Desde luego, era de forma oval.

- ¿Se trata de una deducción o realmente lo vio así?

- A mí me dio esta impresión.

- ¿Tenía el OVNI alguna luz en la parte superior

- No, en principio no la tenía; lue­go sí.

(No creo necesario entrar en detalles más concretos ya que D. Jesús Martín no vio el objeto de cerca.)

  • Continuemos… ¿Supone Vd. que el objeto avistado era de tipo convencional?
  • - Realmente no lo creo. Admito que en un principio creí que podría tratarse de un helicóptero, pero estaba en com­pleto silencio y pienso que a pesar de la distancia deberíamos haber oído el rui­do. Además, hay que tener en cuenta las explicaciones dadas por mi amigo Santos en el sentido de que había estado obser­vando el aparato de cerca y había visto con todo detalle sus luces extrañas.

¿Cómo eran las luces que Vd. vio?

- Pues mas bien de un color anaran­jado, pero con una potencia fuera de lo corriente. No creo que se las pueda com­parar a la luz que da un caserío situado a una distancia parecida.

- ¿Le pareció que el aparato giraba como una peonza?

- Solamente le puedo asegurar que, por lo menos, la luz de arriba giraba.

¿Trató de asociar la observación con algo conocido?

- La verdad, sí… Pero sin resultado. Era verdaderamente algo muy extraño.

- ¿Había visto Vd. alguna otra vez algo parecido?

- Jamás. Rotundamente no.
— ¿Fue debido a una sugerencia suya el que D. Santos hiciera señales lumino­sas al OVNI con los faros del auto, ver­dad?

- Sí, exacto. Y como consecuencia de ello se nos vino encima un chorro de luz de una potencia extraordinaria.

- ¿Cegadora?

  • Totalmente. Fue un haz luminoso que lo borró todo.., hasta el extremo en que nos pareció que el aparato se nos echaba encima.
  • ¿Pasó rápidamente esta impresión?
  • En realidad no pudimos precisar el tiempo que duró, pero yo creo que fueron unos segundos solamente. Luego todo volvió a la normalidad.

- ¿Entiende Vd. por normalidad el hecho de que el aparato volvió a verse como antes?

- Sí, como si nada hubiera ocurrido.

Pensé que quizá el objeto había encen­dido el faro para dar un barrido o pa­sada en semicírculo, pero la luz estaba totalmente concentrada en nosotros, por lo que tuve que admitir que el factor azar era muy improbable, o sea que el fogonazo había sido dirigido contra no­sotros.

- ¿Entonces, admite que “ellos” con­ testaron al estímulo luminoso de Vds.?

- No sé qué pensar. Le dije a Santos que repitiera la operación: volvió a hacer variaciones con las luces del coche sin que el aparato se inmutara…

- ¿Poseía alguna característica espe­cial esta luz que les dirigieron?

  • Pues no sé. Era de una gran in­tensidad y de color anaranjado; no sé más.
  • Muy intensa debería ser para des­lumbrarles a Vds., si tenemos en cuenta la enorme distancia que les separaba.

- Sí, desde luego.

- ¿No ocurrió nada más

- Nada. Así estuvo el objeto hasta que nos cansamos de observarlo y deci­dimos volver a casa.

- ¿Tomaron algún acuerdo Vds. dos para hacer público lo que habían visto?

En absoluto.

- ¿No lo comentó Vd. con nadie?

  • Con muy poca gente. Con Santos nos hemos visto muy poco, ya que cada uno tiene su trabajo profesional, quizás un par de veces a solas. En familia, sólo el primer día al volver a casa aquella no­che.
  • También lo comenté con Manolo, un viajante de farmacia, cuñado del far­macéutico del pueblo, que vino a visi­tarme pues somos amigos. Este señor me comentó que la noche anterior, es decir, la noche del día 26, sobre las 21'30 ho­ras, cuando pasaba por la carretera de Salamanca a Plasencia, sobre poco más o menos a 20 kms de esta última localidad, vio una extraña luz sobre la Sierra, a la izquierda de la carretera. Entonces comenté con él lo que Santos y yo habíamos visto, precisamente durante aquella noche.

- ¿Quiere Vd. añadir algo más que a su juicio pueda tener interés para un Centro de investigación OVNI?

- No creo… En realidad yo vi poco…

- Bien, en mi opinión es importante y suficiente lo visto y expuesto por Vd. ya que el valor realmente positivo de su testimonio está en el hecho de corroborar el fenómeno que con tanto detalle observó D. Santos. En ningún momento he dudado de lo relatado por su amigo D. Santos Nicolás. Sin embargo, he de señalar el acierto que tuvo al ir a buscar­le a Vd., ya que como consecuencia de ello fueron dos las personas que presenciaron las evoluciones del OVNI. Final­mente, y dicho sea con la mejor inten­ción y pensando en la trascendencia de esta labor informativa, me gustaría pre­guntarle : ¿Puedo confiar de una manera absoluta en el testimonio de D. Santos?

- ¡Total y absolutamente!

(Es curioso que los testimonios de am­bos testigos difieran en algunos detalles. Mi personal opinión en relación con esta aparente dicotomía se basa en que D. San­tos, al haber tenido tan cerca el OVNI y al haber podido apreciar muchos detalles­ del mismo que D. Jesús no pudo captar, efectúa asociaciones mentales distintas dando como resultado unos datos dife­rentes a los de su amigo D. Jesús.)»

Foto del Pantano de Google Earth

DESCRIPCION DETALLADA DEL OVN

Don Santos Nicolás describe el OVNI ampliamente, pues a la distancia que lo vio le fue permitido apre­ciar gran cantidad de detalles. Las descripciones gráficas que acompa­ñan a este estudio han sido trazadas siguiendo estrictamente las indicacio­nes de D. Santos a fin de que las imá­genes correspondieran lo mas fielmen­te posible con la realidad del cuerpo observado.

El primer diseño efectuado por el señor Nicolás era un tronco de cono muy achatado y situado sobre un ci­lindro de amplio diámetro. En la par­te cilíndrica (zona inferior del obje­to), dibujó un esbozo de mirillas. Las luces intermitentes: verde arriba y rojas abajo, las situó en los extremos de la parte cilíndrica de la estructura, sugiriendo de este modo que estaban muy separadas las unas de las otras.

El «faro», situado en lo alto de la nave, se veía como una torreta o cúpula pero sin coronar ésta, sino como a unos 40 cm del punto superior del objeto. La parte central del OVNI es­taba en total obscuridad, pues la luz del «faro» no alcanzaba a iluminarla, ni tampoco las mirillas dejaban pasar la luz suficiente para poder adivinar algo. Por tanto, sólo se puede suponer como era en realidad el OVNI en su cuerpo central principal por ciertos brillos que en él se percibían.

Dada la situación, se me ocurrió que yo podría prepararle unos diseños ateniéndome estrictamente a las ex­plicaciones del testigo, intentando, mediante sucesivas correcciones, tra­tar de obtener que se parecieran el máximo posible a la realidad de lo observado.

Esquemáticamente se reproducen a continuación las líneas más significa­tivas de los dibujos que, de acuerdo con lo indicado, realicé (Figs. 1 a 3).

Se puede apreciar claramente mi in­sistencia en la concavidad de la parte inferior, ya que quedó muy bien defi­nido que por las sombras percibidas, podía adivinarse que la base del OVNI no era plana, sino cóncava. El testigo sugirió que los dos extremos señala­dos con la letra E podían ser una es­pecie de pantalla que encauzase los 8 ó 10 haces luminosos, en las oca­siones en que el OVNI parecía explo­rar el suelo sin permitir que estos ha­ces se dispersaran ampliamente a su alrededor. D. Santos Nicolás apuntó firmemente que, a su juicio, estos ha­ces luminosos no sobresalían en su lí­nea de contacto con el terreno de las estrictas dimensiones del OVNI en cuestión . También afirmó que dichos haces no tenían, al parecer, más que unos 30 ó 50 cm de ancho cuando emergieron, convirtiéndose al final en unos haces de luz de un ancho máxi­mo que debería variar entre 1 y 1,20 metros.

Figuras, 1, 2, y 3,

Yo, por mi parte, había realizado unos dibujos a dos tintas del OVNI y del paisaje. Estos dibujos impresio­naron vivamente al testigo, quien, sin embargo, empezó a hacer correccio­nes en lo referente a las dimensiones del objeto observado, a la situación de las luces, al carácter de las mismas, etc. Gracias a ello, logré final­mente realizar dos dibujos que refle­jaban un máximo de similitud con el objeto avistado, según opinión del se­ñor Nicolás.

Los grabados que se publican a con­tinuación (Figs. 4 y 5) son, pues, fruto de retoques y correcciones por parte del testigo. Los diseños a tinta china se han realizado sobre cartulina sin grano, siendo después fotografiados con cámara de estudio, para ser final­mente coloreados.

Figura.4 EL OVNI está en marcha. su vuelo es horizontal. Se percibe el halo rojo que envuelve la nave y tambien las mirillas cuadradas .

Hemos intentado estudiar los haces luminosos del objeto con D. Santos Nicolás, habiendo adelantado muy poco en nuestras deducciones. En pri­mer lugar, él los suponía en un círcu­lo concéntrico en el aparato ( Fig. 6 ), pero también admite que podrían estar en el sentido de un diámetro (Fig. 7), pues no comprende cómo en el caso de hallarse situados los haces en for­ma de círculo, los que estarían situa­dos en la parte de atrás no robarían el perfil a los haces delanteros (recor­demos que el testigo asegura que to­ dos los haces luminosos se veían per­fectamente nítidos: cada uno bien delimitado y separado de los demás) . De todas las maneras, de lo que estoy seguro es de que, estén situados de una o de la otra forma, estos haces no giraban, por lo que deberían par­tir de una estructura que no giraba al mismo tiempo que el disco.

Figura 5
Figura 6 y 7

Por lo que respecta a la opinión de D. Jesús Martín, no creo necesario en­trar en detalles más concretos, ya que el doctor no vio el objeto de cerca. Es mi creencia de que la explicación de lo indicado por este testigo se basa en que el OVNI no se hallaba en si­tuación completamente horizontal, sino que con el extremo más alejado en posición más elevada con respecto del otro extremo, el más cercano al testigo, es decir : que el aparato se hallaba en una posición ladeada. Así se explica que se distinguieran luces solamente en E y en ·E’, y otra luz, más baja y alargada, aproximadamen­te en el punto B, luz que correspon­dería al «faro». Esta luz del «faro», debido a la posición ladeada del OVNI, quedaba medio oculta por la parte superior del objeto, la cual, en este caso, actuaba como de pantalla para que la luz que salía de la misma se esparciese tenuemente por el disco, dejando apreciar la forma oval del aparato visto a considerable distan­cia (Fig. 8).

Figura 8

DESCRIPCION DE LA AVERlA SUFRIDA EN LAS INSTALACIONES ELECTRICAS DE LA PRESA

En uno de mis desplazamientos a Guijo de Granadilla oí hablar acerca del hecho de que se había producido una avería de importancia en las instalaciones eléctricas de la Presa del Pantano, y ello en una fecha sin preci­sar del mes de marzo de 1970. Casual­mente tenía fácilmente a mi alcance al operario electricista que realizó las reparaciones, por lo que intenté preguntarle detalles, con el ánimo de aclarar si era factible asociar dicha avería con el avistamiento del OVNI.

El operario en cuestión no recorda­ba exactamente la fecha, pero afirmó creer que ocurrió a finales del mes de marzo. Ante tal circunstancia, es­timé necesario proseguir las indaga­ciones, ya que lo sucedido podía resul­tar de gran trascendencia para esta observación OVNI, por su carácter probatorio real.

El operario manifestó que la avería consistió en un cortocircuito y el consiguiente quemado .de una manguera de sección 3,5 cm de radio, de la que se quemaron solamente dos fases, quedando entero el neutro. Se trata de cables que llevan corriente de 380 voltios, que es cómo sale de los transformadores, los cuales reducen a este voltaje los 10.000 voltios que entran. El electricista atribuyó la avería a la humedad, pues al levantar las baldo­sas de la cámara donde se encontraba el empalme que se había quemado, encontró filtraciones notorias e inclu­sive partículas de fina arena que se habían colado por entre las baldosas.

El operario ya no podía decirme nada más, pero supuse que si locali­zaba al Ingeniero Jefe de Manteni­miento de la Presa, la cosa podría va­riar. Sin embargo, no lo encontré, pues acababa de marcharse con su familia a Madrid, por lo que me dirigí al Pe­rito Industrial que había quedado al cuidado de las instalaciones de la Pre­sa. Dado que dicho Señor es amigo de D. Santos Nicolás, entregue a éste un cuestionario de preguntas de or­den técnico, con el ruego de que lo hiciese llegar a manos del citado Pe­rito Industrial.

He aquí el resultado del cuestiona­rio:

Pregunta : ¿ Fecha de la avería ?

Respuesta : Se descubrió el día 27 de marzo y debe haber ocurrido en la madrugada, ya que la avería no existía la noche del 26, pues afecta a las luces de todo un lado de la presa y no tu­ vimos noticia del fallo hasta casi el mediodía del 27.

Pregunta: ¿Tipo de avería?

Respuesta : En el primer momento supusimos que había sido por causa de la humedad que existe en el punto concreto del cortocircuito, o sea, en el registro de las galerías de fondo de la Presa. Sin embargo, una vez arre­glado este cortocircuito, la avería per­sistía, por lo que tuvimos que seguir buscando el fallo en la instalación. Finalmente éste se encontró en los registros de los faros que hay en el exterior del muro, que es donde (se­gún asegura el Perito) se inició la avería.

Pregunta : ¿ Causas del fallo ?

Respuesta : Misterios de la electri­cidad, pues las reales causas no se han podido identificar.

(Podemos ampliar la información indicando que a partir de los hechos hay varios mástiles que están comu­nicados de tal manera que al aproxi­marse uno a ellos, dan una fuerte sa­cudida eléctrica.)

Pregunta : ¿ Desde la construcción de la Presa, qué tipo de averías se han producido?

Respuesta : Varias por fallo de los motores. También ha habido algunas por defectos de la instalación. Sin duda la más importante ha sido ésta.

(El técnico informa, además, que a pesar de la evidencia de humedad en los registros de fondo, nunca creyó que se hubiese iniciado allí, ya que en otra ocasión las galerías se inundaron y, pese a ello, no hubo corto­ circuito.)

Pregunta : ¿ Qué sucede a unos empalmes, debidamente aislados y encerrados en un registro, si sometemos el conjunto a un fuerte campo magnético desde el exterior ?

Respuesta : Indudablemente un tipo de avería igual a la que tuvimos recientemente, sobre todo si el cam­po magnético y la corriente son de distinta dirección. La diferencia elec­tromagnética entre campo y corrien­te determinaría cuál de ambas fuer­zas sería la predominante, en perjuicio de la otra.

EFECTOS FISIOLOGICOS EN UNOS ANIMALES DEL LUGAR

En el Archivo del CEI obran datos suficientes para estimar que el paso del OVNI por la zona del Pantano « Gabriel y Galán » ocasionó una rara enfermedad en diversos animales del término de Guijo de Granadilla. Esta investigación tropezó con el enorme problema de tratar de aclarar algo que me era negado sistemáticamente. Ante la imposibilidad de poder sacar a la luz pública datos concretos y positivos, he intentado encontrar datos no negativos sobre lo ocurrido a los animales del lugar, cosa que he con­seguido plena y rotundamente en mi investigación, aún sin obtener la evi­dencia de pruebas materiales concre­tas.

Por todo lo antedicho, aquellos Cen­tros e investigadores del Fenómeno OVNI que deseen más datos al res­pecto para sus estudios, deberán diri­girse a la « Comisión de Investigación OVNI» del CEI, la cual se les facili­tará a título confidencial.

Foto del Pantano en el Mapa de Google Earth

FALLAS GEOLOGICAS EN LA ZONA DE LA OBSERVACION
Y CONSTITUCION DEL SUELO

Gracias al Perito Industrial que tan amablemente se brindó a contestar el cuestionario sobre las averías ocurri­das en la Presa, he tenido acceso a los informes realizados por los geólogos que hicieron las pertinentes prospec­ciones en el terreno de la cuenca del afluente Alagón, a fin de hallar el lu­gar idóneo para el levantamiento de la pared de la Presa. Este informe nos habla de la ausencia de fallas de im­portancia en la totalidad del término municipal de Guijo de Granadilla.

Mapa de la zona

Los sondeos efectuados evidencia­ron un subsuelo formado a base de rocas plutónicas y metamórficas (gra­nito, cuarcitas, pizarras) del Protero­zoico, y las propias del Paleozoico (Edad Primaria).

Es ésta una zona de España de las mas sólidas y antiguas, con escasas fi­suras y carencia de fallas. Doy este informe por si puede resultar intere­sante a ciertos estudiosos franceses, quienes ven una posible relación entre avistamientos alineados de OVNIS y fallas en el subsuelo de la zona.

Alberto Adell 1.970

REFERENCIA A OTRAS OBSERVACIONES OVNI EN LAS QUE CONCURRIO ASI MISMO LA VISION DE ALGUN TIPO DE HACES LUMINOSOS COHERENTES

A título complementario e informa­tivo puede resultar de interés para los lectores tomar nota de algunas ob­servaciones OVNI en las cuales ha concurrido también el factor o ele­mento constituido por la visión, por parte de los testigos, de algún tipo de haz o rayo luminoso cuya caracte­rística más notable y acusada fuera precisamente, aparte de lo insólito e inexplicable de su misma aparición, origen y naturaleza del hecho de que los bordes luminosos aparecieran to­talmente nítidos sin dar lugar a zona alguna de penumbra, es decir de tran­sición de luz a sombra, de tal manera que como telón de fondo de los haces de luz se apreciaba solamente una absoluta negrura u obscuridad apare­ciendo los bordes luminosos nítida y perfectamente diferenciados, hacien­do pensar en algo así como en luz só­lida, sumamente coherente o encajonada, hasta el extremo de que fue en ocasiones (como en el que nos ocu­pa) confundida inicialmente con pa­tas o columnas de sustentación del OVNI. Lo mas parecido que nosotros, en estos últimos años, conocemos se­rían determinados rayos de luz laser, cuyas dimensiones son modestísimas comparadas con las que atribuyen los testigos a algunos de los fenómenos luminosos por ellos observados. Algu­nos testigos manifiestan que los bor­des luminosos aparecían tan nítidos y perfectamente delimitados que se­mejaban como cortados con un afiladísimo cuchillo sobre el fondo obscu­ro que les rodeaba . . .

Son numerosas las observaciones OVNI que podríamos citar aquí, pero la enumeración quedará limitada por estimarlo suficiente a los fines de com­plemento de información que nos he­mos propuesto) a unas cuantas que hemos entresacado de diversos ejemplares de la publicación del GEPA Phénomenes Spatiaux. Citaremos dichas observaciones de manera su­cinta y fragmentaria, quedando en ma­nos de los lectores la posibilidad de profundizar detalladamente en ello, si fuere de su interés, teniendo en cuenta los datos que se facilitan res­pecto del número y fecha de la revista del GEPA en que fueron publicados. Podríamos evidentemente citar mu­chos otros casos recogidos en diver­sos Boletines o Revistas, entre las pu­blicaciones que consideramos asimis­mo serias , responsables y merecedo­ras de crédito y atención, pero a efec­tos de sistematización y mayor facili­dad de localización ha preferido el fir­mante limitarse a efectuar la correspondiente búsqueda entre los casos publicados en Phénomenes Spatiaux, según queda dicho.

El fantástico tubo de luz

A) Observación de Villiers en Mor­van (Francia). Ocurrieron los hechos el día 21 de agosto de 968, entre las 10,30 y las 11 de la mañana. Los testi­gos fueron los Sres. Marius Carré y Paul Billard, quienes vieron, proceden­te de una « mancha de color blanco » .que ya habían observado antes cerca de un bosquecillo situado a lo lejos a su izquierda, « una especie de prolon­gamiento luminoso, en forma de tubo o de chimenea de fábrica» que se alargaba en dirección al sitio donde se hallaban trabajando. En 5 ó· 10 minutos dicho « tubo luminoso» alcan­zó una longitud máxima de unos 2 km y se detuvo sobre un seto de arbus­tos que delimitaba el campo en el cual trabajaban los testigos y situado a unos 30 ó 40 m.de ellos.

La observación del asombroso « tubo de luz» se prolongó algo así como du­rante 10 minutos, durante cuyo lapso de tiempo el extremo de dicho «tubo o chimenea luminosa» más próximo a los testigos (ya se ha indicado que se hallaba solamente a 30 ó 40 m. de ellos) seguía en su lento desplazamien­to a los testigos, los cuales estaban manipulando en la tarea de cargar de heno una carreta arrastrada por un tractor. Así recorrieron unos 100 m. en diez minutos, seguidos siempre, a manera de un fabuloso tubo o medio de observación, por el extremo lumi­noso de tan extraordinario fenómeno, cuyo diámetro fijan los testigos entre uno y dos metros. Describen los tes­tigos dicho extremo luminoso como conteniendo una especie de tela de araña extraordinariamente brillante y, debido a ello, casi insoportable de mirar, en la cual se apreciaban unos pequeños puntos luminosos en movi­miento, algo parecido a lo que se pue­de ver en la pantalla encendida de un televisor.

El extremo del tubo luminoso

Esta observación tan interesante fue descrita y comentada en la revis­ta del GEPA por los Sres. Joël Mes­nard y René Fouéré, los cuales efectuaron personalmente una encuesta acerca de todo ello en el propio lugar de los hechos. La duración de la ob­servación fue en total de 40 a 45 mi­nutos y concluyó replegándose el «tu­bo luminoso» hasta el punto de dónde había sido emitido, que era apreciado por los testigos como una mancha blanca situada a unos 2 km de ellos. El tamaño de dicha mancha blanca lo describen como algo semejante a un coche «Citroen 2 CV», habiendo cam­biado de color antes de su desapari­ción, es decir una vez se hubo reple­gado totalmente el aludido « tubo lu­minoso». A título de muy ilustrativo y sagaz comentario, indica el Sr. René Foué­ré: «…Podemos pensar en un haz de luz coherente, cuyo haz, a causa de la propiedad no dispersiva de dicha luz, adopta la apariencia de una barra só­lida, es decir, de un objeto casi mate­rial. Pero si bien un laser muy poten­te pudiera crear esta «barra de luz», no se puede comprender muy bien cómo una barra semejante sería susceptible de detenerse y aparecer como cortada o seccionada por un instru­mento cortante e invisible. La natura­leza de dicho Tubo se nos escapa (en el sentido de que se halla más allá de nuestros conocimientos). . . Sea lo que fuere, el caso de Villiers en Morvan añade un nuevo capítulo, de los más desconcertantes, a la larga serie de estas manipulaciones de la luz (si es que se tratare efectivamente de luz), de estas brujerías ópticas, a las cua­les algunos ingenios insólitos parece tienen la costumbre de recurrir. . . No­sotros no podemos pensar que unos agricultores sencillos, sanos y visible­mente sinceros hayan podido inven­tar en todos sus detalles este increíble episodio». (De Phénomenes Spatiaux, nº 18, cuarto trimestre de 1968, pp. 24–26 .)

B) Observación en el Lac de Pan­neciére (Francia). Ocurrieron los hechos el día 20 de octubre de 1968 a las 5 de la madrugada. Los testigos fueron en este caso los pescadores Sres. F. L. y P. L., y el lugar de la observación un lago artificial situado a unos 10 km al Norte de Chateau­ Chinon, en el mismo departamento francés de Moryan. Andaban los dos pescadores citados en fila india por el obscuro y estrecho sendero que bor­dea el lago. De repente una fuerte luz blanco-amarillenta iluminó una zona de dos o tres metros de diámetro al­ rededor de ellos. Por un momento el Sr. F. L., que cerraba la marcha, ima­ginó que su compañero había encen­dido su antorcha eléctrica, pero en seguida comprendió que se trataba de algo distinto: los dos estaban dentro de un haz netamente delimitado que parecía venir del cielo. El Sr. F. L. creyó distinguir. en lo alto de dicho haz, una masa obscura y confusa. Pa­saron 2 ó 3 segundos. la luz se extinguió bruscamente y los dos pescado­res, en modo alguno asustados, vie­ron cómo unas chispas rojas caían en lluvia y se extinguían casi en seguida. (De Phénomenes Spatiaux. n.o 18. cuar­to trimestre de 1968, pp. 22–24, siendo autores del artículo los Sres Joël Mes­nard y René Fouéré.)

C) Observación entre Rabat y El­ Harhoura (Marruecos). Los testigos, el Sr. Caviglioli y su esposa, viajaban en un coche por la carretera nº 36 procedentes de Rabat y con destino a Casablanca. La fecha de la observación es la del día 1 de diciembre de 1968, siendo la hora las 3,50 de la madru­gada. Duró en total dicha observación unos 45 minutos y comprendió diver­sas fases, de las cuales haremos men­ción aquí a las que se citan y descri­ben como fases 4ª y 5ª en la revista del GEPA.

Los testigos veían el OVNI lejano y como un disco rojo. En el tiempo de un segundo (es decir, instantáneamen­te), el disco que se les aparecía como muy alejado se ofreció repentinamen­te como muy cercano. « Era ahora como un enorme cigarro ». El testigo aclaró en seguida que la calificación de enorme la aplicó en términos de comparación con el mucho más redu­cido que habían podido apreciar en el OVNI en los momentos preceden­tes a la brusca aproximación del mis­mo. La distancia entre los testigos y el objeto es difícil de precisar con exactitud y puede establecerse apro­ximadamente entre 250 y 600 m. El OVNI se hallaba muy cercano al sue­lo, pero sin tocarlo. Se inicia entonces la fase 5ª de la observación, realmen­te extraordinaria y sorprendente : Se observa la aparición de una ban­da luminosa blanca entre las dos mi­tades inferior y superior del objeto, la forma del cual se apreciaba enton­ces netamente.

El OVNI con sus haces luminoso

En tal circunstancia los testigos están de acuerdo en de­cir que la mejor manera de represen­ tar el OVNI en dicho momento es la de dos platos apoyados uno sobre el otro por su boca pero existiendo una franja de separación o intervalo entre ambos (la franja o banda de luz blan­ca a que antes se hizo alusión). La luminosidad de dicha franja era compa­rable a la de los faros de yodo, aun­ que no iluminaba el paisaje. Entonces pudieron observar los testigos que unos a manera de « faros », con luz blanca y de haces muy poco divergen­tes, fueron encendidos alrededor del casco inferior, alumbrando oblicua­mente el suelo. No parecía tratarse de tiras luminosas sino más bien de « faros » con haces poco divergentes. El OVNI se detuvo a unos 150 m. de los testigos como máximo, y el Sr. Caviglioli manifestó haber tenido oca­sión de examinarlo tan detalladamente­ como a un automóvil a la misma distancia. Según él, el diámetro del disco era de 15 m. y su espesor, en el centro, de unos 3 m. En la fase 6ª tiene lugar la desaparición del ob­jeto, que fue rápida y que los testigos no aciertan a explicar, dejándoles desconcertados.

(De Phénomenes, Spa­tiaux, nº 20, segundo trimestre de 1969, pp. 15–22.)

D ) Observación en «Das Hochfeld» (Alsacia francesa).

Se trata de un cha­let situado en el lugar citado, el cual se halla a 9 km al SE de Schirmeck y a 1.000 m. de altitud. La fecha de la observación fue el día 6 de mayo de 1967 y la hora de las 9 a las 10 de la noche.

Los testigos, Sr. Schirrmann, su es­posa, su hijo de 10 años y un amigo de este último, P. Wassmer, de 11 años, se desplazaron aquel fin de semana a su chalet en la montaña. Se­gún el relato efectuado por los cua­tro testigos, a eso de las 9 de la no­che vieron aparecer, a un centenar de metros de su casa y procedente del Sur, un enorme objeto negro (o pare­cido a negro, pues no debemos olvi­dar que era de noche) que tenía for­ma lenticular y unos 15 a 20 m. de diámetro. Con un silencio absoluto, el OVNI se aproximó lentamente al cha­let. La posición del objeto era hori­zontal y se mantenía un poco mas elevado que los testigos, quienes, en consecuencia, no pudieron distinguir apenas algo más que la cara inferior del mismo. El objeto se hallaba entonces a una distancia de unos 20 ó 30 metros del chalet. Repentinamente una fina tira o rayo luminoso salió de debajo del OVNI. La Sra. Schirrmann lanzó un grito : el objeto estaba allí, inmóvil, a algunos metros de su cha­let y a la altura del tejado. Un esca­lofrío recorrió a los testigos cuando oyeron un « clic o pequeño chasquido ». Otras dos tiras o rayos luminosos se unieron al aparecido anteriormente. Eran paralelas a la primera, pero mientras que ésta tenía un color blan­co-azulado, las otras dos eran de co­lor verde-malva. El diámetro era tam­bién distinto: la primera tenía un gro­sor de 2,5 a 3 cm. y las otras dos eran más delgadas, de aproximadamente 1,5 cm. Estas dos últimas cintas o tiras luminosas terminaban a una al­tura del suelo que puede fijarse en 1 m. Las tres parecían situadas en el mismo plano, no vertical, distando la una de la otra algunas decenas de cen­tímetros.

Los extremos de las tiras luminosas estaban, según opinión del Sr. Schirrman, neta y limpiamente contados «como un salchichón». En todo momento los testigos insistieron en el as­pecto muy compacto de las tiras luminosas.

La observación en Das Hochfeld

Es de destacar otro notable fenómeno luminoso relacionado con esta misma observación : en el suelo, una banda o faja luminosa blanca adoptó la forma de tres de los cuatro lados de un trapecio. El ancho de la misma era como el de una mano, es decir, de unos 10 cms. Las tres tiras lumi­nosas apuntaban al interior del trape­cio, cuyos dos lados no paralelos ter­minaban al pie del muro del chalet. Puede ser que dicha banda luminosa se prolongara sobre el muro o podría ser también que se cerrara sobre si misma, es decir, que apareciera jun­to al muro el cuarto lado del trape­cio. Los testigos no pueden afirmar algo concreto puesto que no se asoma­ron a la ventana para observar el muro. La observación de este fenóme­no luminoso duró solamente de 10 a 1 5 segundos y luego todo desapareció o se apagó, súbitamente, con un seco chasquido. Entonces el Sr. Schirrmann dijo : « Esto no me gusta. ¡ Vamos ! » Cerró la ventana y acto seguido, im­pulsado por la curiosidad, salió a la terraza. El objeto se deslizaba lenta­mente en dirección Norte, alejándose de la casa. Los testigos pudieron en­tonces distinguir, sobre la cara superior del OVNI, algo así como un cono luminoso verdoso. Repentinamente el objeto desapareció, siempre sin hacer ruido, cuando se hallaba a unos 100 metros del chalet, es decir, a la misma distancia que cuando le vieron apa­recer. La observación había termina­do: eran algo mas de las 22 horas.

Al día siguiente, domingo 7 de mayo, los Schirrmann creyeron notar inten­sa actividad de los aviones de la Base de Strasburg-Entzheim, especialmente Mirage III R, de la 33 escuadra de re­conocimiento. El lunes, día 8, los tes­tigos tuvieron noticia, por la radio y a través del periódico local Les Der­nieres Nouvelles de Strasbourg, que la estación de radar instalada preci­samente en la zona de «Das Hoch­feld» había detectado, el sábado 6 de mayo, entre las 20 y las 22 horas, la presencia de un Objeto Volador No Identificado. (De Phénomenes Spa­tiaux, nº 14, cuarto trimestre de 1967, pp. 18–20.)

E ) Observación entre Kabdrup y Fjelstrup ( Dinamarca). Hace uno s meses recibimos del grupo SUFOI ( Skandinavisk UFO Information) de Dinamarca (Dirección: Sr. Enling Jen­sen. Ingstrup Alle, 35. DK 2770 Kas­trup) una carta del Sr. Jensen en la que se nos informaba de un caso su­cedido en su país con fecha 13 de agosto de 1 970, que también compor­taba rayos de luz compactos o enca­jonados. A continuación, pues, resu­mimos brevemente la observación, in­cluyendo dos de los seis grabados que acompañaban la carta original. ( El caso puede encontrarse completo y con unos comentarios de René Fouéré en Phénomenes Spatiaux, nº 26, cuar­to trimestre de 1970, pp. 15–19.)

A las 22,50 horas de aquel día, el oficial de policía Sr. Evald Hansen Maarup se dirigía a su domicilio en Knud, conduciendo un automóvil pa­trullero. Hallándose entre los dos pun­tos citados, el coche policial se vio envuelto, de pronto, por una luz blan­co-azulada, al tiempo que el motor se paraba. También se apagaron todas las luces del auto, incluso la de ilumina­ción interior. La luz envolvente era tan poderosa que no le permitía ver nada. Entonces, protegiéndose la vista con un brazo, el oficial Maarup logró, palpando en el panel, encontrar la radio. Pero cuando tomó el micrófo­no para llamar a la central, se dio cuenta de que la radio tampoco fun­cionaba, al igual que todos los apara­tos eléctricos del coche. Mientras, la temperatura en el interior del vehículo empezó a subir hasta alcanzar un punto parecido «al que se siente cuan­do uno conduce en verano con el Sol de frente».

Segunda Fase

Al cabo de un rato, la luz se elevó. Se trataba de un foco luminoso en forma de cono, con una base de 4 a 5 metros de diámetro. Al mismo tiempo que el oficial Maarup observaba esto, pudo ver que la extremidad superior del cono luminoso salía de la base un objeto circular de color gris y de. unos 10 m. de diámetro. Pocos se­gundos después, la luz se fue «enco­giendo» hacia arriba, como si fuese absorbida por el extraño objeto. El proceso de «encogimiento» duró unos cinco minutos, cosa que permitió al oficial Maarup salir del coche policial y poder ver cómo la última parte del foco luminoso era « tragado» por un agujero de aproximadamente 1 metro de diámetro, situado en la base del OVNI. Inmediatamente después de la total desaparición del foco de luz, el objeto empezó . a moverse, desapare­ciendo en pocos segundos elevándose en el aire sin hacer ningún tipo de ruido.

Tercera face

Mientras el OVNI se alejaba toda la instalación eléctrica del automóvil volvió a funcionar normalmente. Al mismo tiempo pudo poner en marcha el coche sin dificultad y, además, po­nerse en contacto por radio con la central, a la que explicó lo sucedido. Después volvió a salir del auto (un Ford Zodiac de 6 cilindros casi nue­vo) por si había restos o huellas. No encontró nada, pero sí notó que el guardabarros delantero estaba ca­liente.

En su declaración, el oficial Maa­rup añadió que antes de su primera salida al exterior tomó tres fotos con su máquina, y cuando salió otras tres más. Al día siguiente, al revelarlas, comprobó que en una de ellas apare­cía un punto luminoso en el espacio. En vista de ello las pasó a la Base Aérea de Skydstrup, que fue el lugar de donde salió la noticia que los pe­riódicos del país publicaron posterior­ mente.

Con cuanto queda transcrito estima el firmante que habrá quedado suficientemente puesto de manifiesto la relativa, pero efectiva coincidencia o semejanza, de los fenómenos lumino­sos observados por D. Santos Nicolás con lo visualizado por otros numero­sos testigos en lugares y fechas muy dispares. Tal consideración presta mayor apoyo y verosimilitud, si cabe, a lo que este testigo explicó. Suponemos que para numerosos lectores tal confirmación, bien que indirecta, constituirá un valioso elemento muy digno de ser tenido en cuenta a la hora de formarse o emitir una opinión.

CASAS HUGUET

Esta investigación ha sido extraída íntegramente de la revista informativa del C.E.I. Centro de Estudios Interplanetarios de Barcelona España

nº 3 y 4 1.970

Albert Adell Sabatés (Sabadell 1925 1983)

Albert Adell Sabatés (Sabadell 1925 1983),Pintor, Investigador y ingeniero técnico, fue Vice-Presidente del CEI entre septiembre de 1980 y septiembre de 1983, habiendo sido previamente corresponsal en la zona oeste de España. Destacó especialmente en la publicación del libro, aún hoy de referencia, “Manual del ufólogo” (1979), numerosos artículos en la revista Stendek (a destacar el referente al caso Gallarta, Vizcaya, ocurrido a principios de 1977), y en la revisión en profundidad del concepto de Credibilidad en el llamado “Test de extrañeza-Credibilidad” postulado por Hynek en 1972.

La última invitación para ver sus pinturas y visitar su estudio. Foto:@galanvazquez

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Galán Vázquez
Galán Vázquez

Written by Galán Vázquez

Painter, Graphic Designer, Seville & Barcelona Spain, Member of the Center for Interplanetary Studies of Barcelona. Research Correspondent at UFO-SVERIGE

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