EL ATERRIZAJE OVNI DE MORÓN DE LA FRONTERA
11 de mayo de 1970 a las 03 de la mañana
“Desde la década de 1950, cientos de miembros del servicio de los EE. UU. Habían presenciado ovnis volando alrededor de instalaciones de armas nucleares, algunos de los cuales informaron que las armas nucleares se volvieron inoperables en presencia de ovnis”. Senador Harry Reid
Manuel Robles (Transportista)
Manuel Robles, de 57 años, conduce su camión Pegaso Comet desde Morón de la Frontera a Sevilla en la madrugada del 11 de mayo de 1970, su destino lleva mercadería al Mercado de Abastos de Triana. Una fuerte tormenta hace que Manuel tome precauciones extra a la hora de conducir ya que el pavimento de la carretera A-360 no está en buen estado. En un momento determinado, aproximadamente a las dos y media de la madrugada, un relámpago lejano le hace desviar la mirada hacia el extremo derecho de la vía y es en ese momento cuando ve un objeto suspendido en el cielo, a baja altura, un objeto con su propia luz, un objeto que él llama un “supositorio extraño”
Extracto de la investigación realizada por Enrique Campos y José A. Galán para ADIASA.
<< — ¿Qué viste?
_ No puedo catalogar lo que vi porque no recuerdo haber visto nada parecido en mi vida.
_ ¿Sentiste alguna sensación especial?
_ No, estaba un poco nervioso por el estado de la carretera y aunque la lluvia era muy fina, al fondo en el horizonte, en mi dirección la tormenta tenía mucha fuerza y era muy frecuente los truenos y una gran cantidad de relámpagos que se repiten a intervalos muy cortos.
_ ¿Cómo describirías lo que viste?
- No lo puedo explicar, al principio era como una luz potente pero mate, sin deslumbramientos y siempre en un tono opaco pero muy brillante. Conduje el camión durante casi un kilómetro y decidí detenerme a un lado de la carretera.
_ ¿Saliste del coche?
_ No, empezaba a estar un poco inquieto, la lluvia empezaba a caer en mayor cantidad. Tenía mucha curiosidad por ver eso, pero también tenía un largo camino por recorrer para llegar a Sevilla.
_ ¿Cuánto tiempo duró tu observación?
_ Unos cinco minutos, no puedo expresar lo que realmente vi porque no era nada que hubiera visto antes en mi vida o tenía referencias a algo similar. Puedo definirlo como un “supositorio” gigante pero redondeado en ambos extremos.
_ ¿La altura?
_ Estaba aproximadamente a un centenar de metros del suelo y parecía que se movía muy lentamente, como he puesto en el cuestionario, de un lado a otro como si estuviera viajando unos metros y volviendo de nuevo al punto de partida; Así durante unos tres o cuatro minutos y luego comenzó a descender muy lentamente, su luz comenzó a reflejarse en el suelo. Es en ese momento cuando arranco el Pegaso y decido retomar la marcha. La vista en el camino pero al mismo tiempo también mirando el lugar donde estaba esa “cosa”. Cuando estoy más cerca y puedo verlo en el extremo derecho de la cabina, “eso” casi toca el suelo, iluminando todo. Ahí es cuando me doy cuenta de que las luces de mi camión están apagadas y estoy conduciendo a ciegas. Por suerte no me salí de la carretera, ese tramo que ya está más cerca de la Base estaba bien pavimentado.>>
Manuel Ortega Sánchez (Panadero)
Manuel Ortega Sánchez
Treinta y dos años, estaba en la madrugada del 11 de mayo de 1970, conduciendo su motocicleta desde Morón de la Frontera hasta Alcalá de Guadaíra (A-360) cuando puede observar un objeto suspendido en el aire que desciende lentamente y ilumina todo el sector, se encuentra en un pequeño campo agrícola y mientras conduce su motocicleta Derbi Antorcha puede ver este objeto aterrizar en el suelo.
Extracto de la investigación realizada por Enrique Campos y José A. Galán para ADIASA.
<< — ¿Qué es lo que vio?
_ Vi una cosa parecida a un “silo tendido” o un camión cisterna pero de color blanco con una luz muy potente.
_ ¿Qué tamaño supone que tenía?
_ No sé precisar el tamaño pero era grande, no me paré a fijarme mucho.
_ ¿Cuánto tiempo duró la observación?
_ No sé, muy poco porque no me detuve y me puse muy nervioso y estaba deseando salir de aquél sítio.
_ ¿Pudo ver si había alguien más?
_ No, tenía prisa por salir de ese lugar y la noche no era muy buena, la tormenta era muy fuerte y la lluvia se hacía más intensa, estaba empapado.
_ ¿Lo viste posado en el suelo?
_ Sí, esa tarde estaba con mi novia arreglando algo en mi casa de Morón de la Frontera y me retrasé un poco. Empiezo a trabajar a la una de la madrugada en el horno de Alcalá de Guadaíra y creo que ya eran más de las dos. Tenía prisa por llegar. Salí corriendo de Morón y cuando llegué al desvío de El Coroníl pude verlo a la derecha de la carretera, me asusté y no paré, vivo en Utrera y el camino que tenía que recorrer era bastante largo, muchos kilómetros. Recuerdo que lo miré por el rabillo del ojo sin detenerme y … sí, estaba posado en el suelo con una luz blanca como si saliera de todo el objeto, no sentí ningún ruido, solo el de la Derby y la lluvia golpeando mi impermeable.
LAS HUELLAS DE MORÓN DE LA FRONTERA
Dossier del Centro Español de Estudios Interplanetarios de Barcelona
El 15 de mayo, algunos periódicos nacionales informaron de manera muy sucinta del hallazgo de unas extrañas huellas en una finca cercana a la localidad de Morón de la Frontera, en la provincia de Sevilla. Al día siguiente, toda la prensa nacional se hizo eco de los hechos mencionados. A partir de entonces, y durante casi dos semanas, nuestra prensa diaria e incluso los periódicos extranjeros nos brindaron amplia información sobre la evolución del asunto, hasta que dejó de hablarse, a pesar de que no se había dado una explicación satisfactoria de lo que había sucedido. De nuevo un posible caso OVNI quedó relegado al olvido forzado.
Pero en el caso que nos ocupa, es aún más lamentable el trato sufrido por la prensa y los organismos oficiales. En lo que va de año, y teniendo en cuenta el reducido número de noticias referentes a las observaciones de ovnis que se han producido, no solo en la Península Ibérica, sino en todo el mundo. Hay que destacar la especial importancia de dos casos complementarios: el ocurrido en el Hospital Cowichan del Canadá el 1 de enero y este en Morón de la Frontera. La primera se debió al hecho de que la tripulación del ovni avistado intentó, intencionalmente, al parecer, mostrarse lo más posible al testigo. Y el segundo, como puede verse, por las huellas que dejó el OVNI en el lugar donde aterrizó.
Por último, sólo nos queda dar el más sincero agradecimiento a todos aquellos que han contribuido a la redacción de este caso, ya sea por haber realizado encuestas presenciales o por aportar noticias de prensa. Cabe destacar especialmente al señor Juan Salas Bermúdez (Corresponsal del CEI en Morón de la Frontera), ya que su informe ha constituido la base principal de este artículo. También nuestro agradecimiento a la Sra. Gloria Martinez Mirón y Núria y Maria Victoria de Vera Cullell (miembros del CEI), nuestro socio Vicente Juan Ballester Olmos (Presidente del CEONI), el Sr. Juan Marchena Curado (Corresponsal del CEI en Los Molares, Sevilla), y el Sr. José María Guillerma Grijalba (Corresponsal del CEI en Vitoria).
El suceso
Estamos en la madrugada del lunes 11 de mayo. Se está gestando una tormenta con suficiente equipo eléctrico en la zona de Morón de la Frontera. (Recordemos que existe una Base Aérea de Estados Unidos a unos 20 km de esta localidad). Alrededor de las tres, cuando la tormenta alcanza su mayor intensidad, los miembros de la familia Gordillo viven en la “Casilla Gordillo”, una casa ubicada en el número 15 minutos. Caminando desde la finca “Rancho del Maestro Oliva”, escucharon un fuerte ruido que los despertó. Al mismo tiempo, Juan, un agricultor que vive solo en una casa a 600 metros de la mencionada finca, escucha un ruido extraño. “Parecía demasiado tiempo para ser una tormenta”, le dijo más tarde a un periodista. Sin embargo, no le presta atención hasta que comprueba las huellas en el suelo.
A la mañana siguiente, aproximadamente a las 8 de la mañana, el señor Manuel Gordillo, dueño de la parcela “Rancho Maestro Oliva”, ubicada a unos 8 km. al noroeste de Morón, se fue a trabajar su tierra como de costumbre. Pero cuando llegó al lugar donde había plantado unos girasoles, se sorprendió mucho al ver dos “círculos” irregulares de unos 100 metros cuadrados cada uno, dentro de los cuales había agujeros, y en los que las plantas estaban aplastadas y quemadas. Inmediatamente acudió a la Guardia Civil para contarles lo que había encontrado.
D. Manuel Gordillo respondió así a las
preguntas de un periodista en relación a esta primera fase de hechos:
«- ¿Cómo eran esos agujeros?
_ Nada, como cuando un pollo picotea.
- ¿Por qué, entonces, denunció inmediatamente el incidente a la Guardia Civil, y no a las autoridades agronómicas, como era lógico?
- Porque quería informar a la autoridad. Entonces vi que era una quintá (una broma).
_ ¿A qué crees que se debieron las huellas?
- La Guardia Civil me dijo que era un rayo, y creo que fue un rayo.
- ¿Por qué prohibiste a los que vinieron a ver el fenómeno entrar en tu finca?
- Porque estropean las cosechas y, además, esto no fue nada, lo que me va a costar es dinero.
- ¿Encontraste restos de algún objeto en el suelo?
- Nada, la tierra quitada y las plantas quemadas y aplastadas.
- ¿Qué pasó en tu finca del 11 al 15?
-No recuerdo muy bien los días, porque ya dije que no le daba importancia a este asunto. Llegó la Guardia Civil y ya está. Más tarde salió la noticia en la prensa y empezó a llegar gente a curiosear y dañar los cultivos.
- ¿Cree firmemente que fue un rayo?
- Si.
¿Rayo en la parte baja de la finca, cuando había árboles más altos y cerca de una línea eléctrica y una línea telefónica?
- Bueno, sí, relámpago.
- A los cincuenta…
- Largo…
- A los cincuenta años, campesino de toda la vida, conocedor del terreno, ¿ve natural que los rayos no caigan en las partes más altas de la finca?
- Hombre, no, pero un rayo ha caído en lugares bajos.
- ¿Y ves normal que un agricultor veterano informe a la Guardia Civil que un rayo ha caído en su finca?
- Vi esas huellas y quise informar.
¿Realmente no había restos?
Al menos no vi ninguna, nada más que plantas quemadas.
¿Por qué araron [con un tractor] la tierra afectada?
- Para que no vinieran más curiosos. — ¿Lo hizo por su propia iniciativa?
- Fui a ver al teniente de la Guardia Civil, para preguntarle si podía arar, cuando la noticia ya había aparecido en el periódico. Me dijo que si había recibido alguna orden oficial que me prohibiera; Dije que no. Y luego me dijo que yo era el dueño de la tierra y que podía hacer lo que quisiera. Por eso aré, para que las cosechas no me la estropeen más y por eso no dejé entrar a los periodistas, que desde el principio no han hecho más que darle importancia a algo que no la tiene.
- Tú, naturalmente, no crees en los ovnis…
- ¡Qué voy a creer! Eso es tonto. Lo que había aquí era tierra triturada. Nada, era una quinta mía. “
Veamos ahora en detalle la descripción de las huellas según la investigación de nuestro corresponsal Don Juan Salas:
Dos círculos de 50 cm. radio desde el centro del círculo hasta el centro de los orificios periféricos. Centrados en cada uno de los dos círculos hay dos agujeros de 6 cm. de diámetro, cuyos centros están separados 15 cm. De centro a centro de ambos círculos hay 25 metros. Leamos con atención: si dibujamos un eje imaginario que pasa por los centros de los círculos, nos encontramos con que los dos agujeros centrales de cada círculo están centrados y alineados con dicho eje, cuya dirección es de 60 ° en dirección Norte. Paralelamente a este eje imaginario había hendiduras cóncavas muy borrosas.
En cuanto a los taladros periféricos, taladros que mantuvieron simetría radial, estos se distribuyeron equitativamente en cinco grupos de dos, cuyos diámetros son 4'5 cm. y cuyos centros están separados por 12 cm. Imaginando una sección esquemática del suelo en profundidad, los agujeros periféricos tienen una inclinación con respecto al plano del suelo de 25 °, y los centrales de 70 ° en el mismo plano y sobre el eje que cruza sus respectivos centros, notando que en los 30 cm. de profundidad se curvan hacia el centro del círculo (esta curva es difícil de definir porque fue imposible hacer la excavación con un método racional), alcanzando una profundidad de 1,5 m. como mínimo y con una conicidad apreciable.
Después de haber realizado las excavaciones a más de 1 m. de profundidad, aparecen en las paredes de los huecos una gran cantidad de huecos de distintos calibres y direcciones que, aparentemente, no guardan relación alguna con los 12 principales ni ninguna simetría. Parece que lo que producía los agujeros era flexible y que, al entrar en la tierra, hubiera tomado caminos sinuosos en diferentes direcciones, pero siempre por debajo de los 40 cm. profundo.
¿Cómo se ven las huellas?
Transcribimos textualmente el informe del Sr. Salas: Las pisadas tenían la apariencia de haber sufrido los efectos de la lluvia, pero no demasiado. Parece como si estas marcas hubieran sido protegidas hasta que pasó la mayor parte de la tormenta, ya que parecían nítidas.
Las huellas estaban dentro de “círculos” irregulares en el suelo. Bien, dentro de los dos círculos la tierra fue aplastada, endurecida y resquebrajada en copos,
como si hubiera sido sometida a una presión y temperatura considerables. (Tenga en cuenta que solía ser como el resto de la cosecha: labrada y suelta). También es de destacar que esta tierra descascarada parecía desordenada, como si cuando el objeto que lo presionaba se hubiera separado de él y se hubiera pegado. él, a muy poca altura habría vuelto a caer, o como si hubiera sufrido el efecto de una succión.
Por otro lado, las paredes de los agujeros aparecían blanquecinas (la tierra era negra), y aplicando una vista de cerca, su superficie rugosa se notaba de la misma forma, como si lo que producía los agujeros hubiera vibrado al igual que los cilindros. .
¿Y las plantas? Dentro de los “círculos” se quemaron las plantas y ninguna quedó en pie: ni cultivada ni parasitaria. Estaban acostados, con los tallos cilíndricos completamente triturados y secos, así como las primeras hojas, solo el capullo estaba verde. En cuanto al estado de las plantas dentro de los círculos, simplemente habían desaparecido, y no por combustión, ya que tampoco se encontraron raíces.
Alrededor de los círculos no había coronas: originalmente había dos “círculos” irregulares dentro de los cuales se encontraban los dos círculos sin mantener ninguna concentricidad.
Sin embargo, al día siguiente (martes 12 de mayo) se observó que aparecían nuevos “círculos” de diferentes tamaños y formas, en los que se encontraban las plantas. Seguían un proceso de muerte similar al de los dos primeros, pero de forma lenta y progresiva. (Los tallos de las plantas de los dos “círculos” primitivos pasaron de estar completamente sanos y verdes a estar completamente secos y negros alrededor de cuatro o cinco horas.) También algunos cardos cercanos se vieron afectados: se retorcieron y adquirieron un color rojo y blanco.
El proceso fue el siguiente: los tallos de los girasoles se aplanaron y se enroscan sobre sí mismos. Se abrieron algunas grietas en sentido longitudinal donde, en muchas de ellas, se observó que había brotado la savia. Luego cayeron completamente al suelo y murieron. En muchas de las plantas este proceso se detuvo antes de caer completamente al suelo, y continuaron viviendo hasta dar frutos, pero ahora, julio, muchas de estas plantas se pueden ver dando frutos en el suelo. Esto se debe a que la base y parte del tronco que fueron afectadas son más débiles y delgadas, y como la cabeza adquiere mucho peso cuando madura, esta parte débil no puede sostenerla y cae al suelo. Otros, en cambio, continúan de pie para madurar su fruto.
Juan Salas nos cuenta un hecho interesante que sucedió unos días después de que se descubrieran las huellas. Al examinar las muestras de plantas afectadas con su familia, quienes las tocaron sintieron un leve picor en las manos, y su padre, al tocarse los labios con las manos, notó que también le picaban. En la garganta y en los ojos no notaron nada. ¿Podemos adivinar que fue radiactividad? En este caso tendríamos que confesar que desapareció muy rápidamente, ya que los síntomas antes mencionados habían desaparecido en 24 horas.
El área de plantas muertas se puede valorar en torno a los cinco mil metros cuadrados y, como se mencionó anteriormente, distribuida en muchos “círculos” de diferentes tamaños y formas, que van desde dos plantas hasta cientos de ellas, esparcidas por toda la zona y sin guardar ninguna simetría con El uno al otro.
Ante lo sucedido, el señor Manuel Gordillo denunció el hecho a las autoridades agronómicas de Morón y Sevilla, quienes procedieron a analizar algunas muestras. Días después, el Sr. Juan Pomares, Ingeniero Jefe de la Oficina Agrícola de Sevilla, hizo declaraciones a una publicación agraria. Dada la importancia que representan, los reproducimos íntegramente a continuación:
«- Señor Pomares, ¿qué resultados ha dado el análisis sobre los girasoles del “Rancho Maestro Oliva ”?
- Se desconocen las lesiones producidas en las plantas. Se ha realizado un análisis y se ha concluido que la fusariosis apreciada no es específica. No es una plaga o enfermedad agrícola. Por tanto, las lesiones de girasol no se deben a causas fitopatológicas, habituales en la agricultura, y tienen todos los síntomas de haber sido producidas por un abrasivo externo.
- Entonces, ¿ha sido algo extraño y especial lo que ha afectado a estas plantas?
- Los girasoles han sido quemados por algo especial que ha partido de estos impactos o circunferencias que existen en la zona y que han afectado de manera radial pero irregular el cuello de las plantas, especialmente la parte árida, secando los girasoles a una superficie total de media hectárea. Las lesiones no están en la flor, sino en el tallo. No pudo haber sido una contaminación por lluvia, porque la flor está entera.
Las plantas están como segmentadas.
- ¿No ha habido ninguna enfermedad contagiosa de la agricultura?
- En un principio se creía que los girasoles podían tener una enfermedad contagiosa, pero luego de que las plantas fueron sometidas a los análisis correspondientes, se encontró la existencia de un hongo llamado alternariateniu, pero este hongo se produce debido al ambiente y se desarrolla por tal motivo en cualquier planta. La muerte de las plantas no ha tenido ningún carácter agrícola.
¿Y no conoces otras razones que no fueran agrícolas?
- No sabemos la razón que ha producido tal fenómeno en las plantas y en el campo. Puede ser una chispa eléctrica, aunque los técnicos de nuestro servicio nunca han comprobado realmente los efectos que pueden producir los rayos en una zona agrícola sembrada de girasoles. Las hipótesis pueden ser de todo tipo. Lo que sí parece seguro es que los girasoles presentan síntomas de haber sido sometidos, precisamente en su cuello, a un gran e instantáneo calor.
- ¿Y cómo ha sido la zona tras lo descubierto el 11 de mayo? — Lo que está claro es que hay dos impactos separados con un diámetro de 25 metros; que el 11 de mayo hubo daños; que las plantas no han sufrido ningún daño porque han comenzado a brotar en ese sector. Asimismo, en los lugares de impacto, se ven lechones de humedad. Esto muestra que hay vida allí. Es decir: que debe haber sido lo que fue ese día; luego, el daño no ha continuado extendiéndose a ningún sitio en esa área. Las plantas que se vieron afectadas en un principio son las que se han ido secando, pero algunas de ellas ya han empezado a brotar. — ¿Se ha realizado un análisis de la tierra? — Como lo sucedido no tiene nada que ver con el aspecto agrícola, vamos a desistir de analizar la tierra. Si se llevaran a cabo estos análisis, es porque consideraríamos que existían nematodos en la tierra. Pero sucede que cuando hay nematodos, estos afectan a toda una parcela y no a un lugar específico, donde se ve claramente que las causas se han debido a un fenómeno ajeno a la agricultura.
- ¿No habrá más investigaciones?
- Este organismo no hará más investigaciones, salvo que existan causas que modifiquen totalmente el reconocimiento realizado hace unos días. Por supuesto, esta modificación no se espera ni se cree, porque la superficie de esa zona está en perfectas condiciones.
Finalmente, el señor Pomares, Ingeniero Jefe de la Sede Agronómica de Sevilla, concretó sus declaraciones en cuatro puntos:
- - Descartamos que las lesiones de las plantas se hayan debido a su propia enfermedad.
2.- Los daños causados se han debido a efectos externos ocurridos de manera eventual y esporádica el 11 de mayo, sin que se hayan producido más daños desde el citado día en que se descubrieron las pisadas y plantas dañadas. Tampoco el mal seguirá extendiéndose a ninguna parte del sector.
3.- Todo lo que pasó en el “Rancho Maestro Oliva” en la agricultura no es común. Tampoco creemos que haya otro caso similar. Si hubiera sido una enfermedad agrícola, se habría extendido y descubierto.
4.- Si este fenómeno hubiera sido una enfermedad especial de las plantas, los técnicos del Departamento Agronómico habrían seguido las investigaciones »
¿Hubo testigos presenciales del fenómeno? En Morón y alrededores se habló de un motociclista y un camionero que circulaban por la vía vecina al momento del hecho. Lamentablemente, hasta el momento no se han podido localizar.
(Se destaca la información al principio de este escrito, dando relevancia a la investigación realizada por nuestro grupo de Sevilla ADIASA donde se valora positivamente la información facilitada por Manuel Sanz Tortosa amigo personal de Manuel Gordillo, Albert R. Morse comandante norteamericano y investigador destinado en la Base Aérea de Morón y a Daniel Guerrero Bonet presidente de ADIASA , gracias a la investigación interna de la Base se pudo localizar a los dos testigos que presenciaron el objeto en sus distintas fases.)
El lugar fue visitado por personas de muy diversa índole: un gran número de espectadores; periodistas destacados allí; un grupo de investigadores de ovnis equipados con detectores de radiactividad, que no indicaban que existiera; técnicos e ingenieros de la Sede Agronómica de Sevilla, Madrid y del Ministerio de Agricultura; un ingeniero meteorólogo, quien inmediatamente descartó la posibilidad de que un rayo fuera la causa de todo; un agrónomo de Copisol, empresa que ha contratado la mayoría de los cultivos de girasol en esa zona; miembros de la Guardia Civil; oficiales del ejército español; y representantes de las Fuerzas Aéreas y Navales de los Estados Unidos.
Por su parte, el Coronel Jefe de la Base Morón, señor José Rodríguez y Rodrí Guez, realizó las siguientes declaraciones sobre los hechos ocurridos en el “Rancho Maestro Oliva”:
Cuando se le preguntó si lo ocurrido en la finca del señor Gordillo podría deberse a un objeto desprendido de un avión, respondió:
«- Niego totalmente que haya caído sobre el lugar un tanque de combustible o algún fragmento de un avión. »
Y a la pregunta de si hubo emergencias en la Base el 11 de mayo, respondió:
« — No, ninguna, ya que aquí tenemos referencias de todos los vuelos de aviones de esta Base, y el radar cubre un radio de ochenta kilómetros. Por otro lado, los aviones que tienen tip-tanks que se pueden dejar caer en caso de emergencias son los reactores Sabre, y ya no los volamos. En los F-5 que tenemos en servicio, el tip-tank no se puede lanzar. “
A raíz de una solicitud del Teniente General Jefe de la Región solicitando información sobre lo sucedido, el señor Rodríguez y Rodríguez subió a un avión, acompañado de un comandante que ya había visitado la zona, y sobrevoló el lugar. Más tarde apareció en el suelo, inspeccionándolo. La opinión expresada por el teniente coronel sobre el asunto que nos interesa fue la siguiente:
«- En conclusión, creo que pretender hacer una broma o la polémica afirmación de un visionario, le han dado al asunto una notoriedad que nunca debió haber logrado. »
Con estas declaraciones, los organismos oficiales españoles pusieron fin al asunto de las Huellas de Morón de la Frontera.
Unos días antes, cuando un periodista se comunicó con la Base Morón, recibe estas respuestas a sus preguntas por parte del oficial de guardia:
«- Oficialmente no sabemos nada y, por lo tanto, no puedo decirles nada.
- ¿No te ha interesado lo que pudo haber pasado?
- Repito que oficialmente no sabemos nada. »
Antes de comenzar un breve comentario sobre lo sucedido, queremos señalar sobre el rayo como la causa de las pisadas. Al transcribir las respuestas del señor Gordillo a un periodista de ABC de Madrid, subrayamos todo sobre el presunto rayo. Y lo hicimos sabiendo que D. Manuel Gordillo estaba presionado para que el tema de las huellas no alcanzara más trascendencia que la de un hecho curioso que se podía explicar de forma sencilla. Por suerte para nosotros, el resultado fue otro.
Lo que más nos interesa de la descripción de este caso se refiere a la perfecta disposición de las dos series de trazos: “Si dibujamos un eje imaginario que pasa por los centros de los círculos nos encontramos con que los dos agujeros centrales de cada círculo están centrados y alineado con dicho eje ”. ¿Significa esto que eran dos objetos perfectamente sincronizados, capaces de evolucionar al unísono? O un solo objeto, capaz a su vez de moverse 25 metros. en una línea recta ideal? ¿O quizás todavía un objeto alargado con dos pivotes, uno en cada extremo? Para nosotros, la tercera hipótesis nos parece la más plausible. Sin embargo, y dado que las dos personas que supuestamente presenciaron el insólito hecho aún no han sido localizadas, hacemos esta declaración con reservas.
Después de reunir la mayor cantidad de material posible sobre este caso, revisamos los archivos CEI para encontrar más casos con características similares al que nos ocupa. Desde el principio, lo ocurrido en Morón nos recordó otros dos aterrizajes clásicos: el que tuvo lugar en un campo de tréboles cerca de Marliens, Francia, a principios de mayo de 1967: un hoyo central y seis exteriores con doble entrada y ramales en el subsuelo: y el ocurrido en el campo de lavanda de M. Masse en Valensole también en Francia, el 1 de julio de 1965: un agujero central y cuatro exteriores. Pero fue leyendo la última publicación de NICAP “Efectos extraños de los ovnis” que encontramos, en la sección IV de “Evidencia física”, varios casos de ovnis que dejaron huellas circulares. Solo mencionaremos dos de estos: El primero tuvo lugar en una casa ubicada a dos millas al NE de Pembrike,
Una luz brillaba frente a su ventana. Esta fuente de luz estacionaria estaba cerca o en el suelo e iluminaba los prados cercanos. Fue tan intenso que el Sr. Chaput se vio obligado a apartar la mirada. La luz reveló un objeto en forma de cúpula con una base plana, desde el cual emitió un “ronroneo ahogado”. Cuando el Sr. Chaput miró de nuevo, el OVNI desapareció. A la mañana siguiente se encontraron tres grandes impresiones circulares de 27 pies (unos 8 metros) de diámetro cada una. Dentro de estas pistas la tierra estaba quemada. Dos pequeños árboles balsámicos y una rama de pino ubicados dentro o cerca de la zona de aterrizaje sufrieron quemaduras leves. El análisis de ellos no reveló nada anormal.
El otro evento tuvo lugar en una casa ubicada a 5 millas al norte del estado de Airy en Carolina del Norte, EE. UU. , el 19 de agosto de 1965. La señora Schumaker se despertó a las tres de la madrugada debido a un ruido parecido a una explosión en el patio. Poco después, fue dominada por un “poder paralizador” que le impedía moverse y hablar. Entonces el ruido pareció elevarse y desplazarse hacia el oeste. La mujer aterrorizada despertó a su madre. Entonces ambos vieron un cigarro dorado brillante volando hacia el norte. Luego, el OVNI se movió a la derecha, luego a la izquierda, luego arriba y abajo, luego nuevamente a la izquierda, y finalmente desapareció detrás de altos robles. A la mañana siguiente, los testigos encontraron un círculo de unos 3,5 metros de diámetro en el patio. También se encontraron hojas de encina esparcidas por el suelo. La circunferencia era de unos 14 cm. Amplio; su césped estaba pisoteado y, en algunos lugares, sucio de tierra.
Si volvemos a la Península Ibérica podremos hablar de un caso de huellas circulares que ocurrió en Sant Faust de Campsentelles, Barcelona, durante el mes de mayo. (El hacendado descubrió las huellas el 26 de mayo, pero hacía 15 días que no visitaba su plantación). Este caso bien puede estar relacionado con los hechos ocurridos en Morón el 11 de mayo. El día antes mencionado, el testigo se dirigió a un viñedo ubicado en 2 km de distancia. de San Fausto. Al llegar se encontró con una huella circular de unos 10 metros. de diámetro, dentro del cual treinta y seis enredaderas chamuscadas aparecieron sólo en la parte superior, manteniéndose la parte inferior absolutamente normal. Además, las vides jóvenes presentaban una curva en su parte superior. Junto al círculo había un cerezo, que no estaba dañado. El testigo comentó lo sucedido con su familia y con el alcalde de un pueblo cercano, quienes fueron al lugar y verificaron las huellas. (Desafortunadamente, cuando un grupo de investigadores de ovnis se trasladó a la escena, la huella circular ya había desaparecido).
Para concluir, revisamos un caso ocurrido exactamente ocho meses antes de Morón de la Frontera: el 11 de septiembre de 1969, en un lugar cercano a Morón, y cuyo único testigo fue un campesino de 67 años, familiar de D. Manuel Gordillo . Gracias a nuestro infatigable amigo Juan Salas, el Sr. DFG pudo contarnos su experiencia: “Estaba trabajando en mi olivar, que está a unos tres kilómetros al este de Morón. Eran las seis de la tarde. Esto, vi un fuerte resplandor que provenía de un objeto que estaba posado en el suelo a muy poca altura (su luminosidad me impidió concretarlo, aunque, en cualquier caso, no se movió), a la sombra de un barranco. ya una distancia de unos 200 metros. Cuando contemplé esta cosa extraña me asombré, porque en toda mi vida no había visto nada igual. Pero picado por la curiosidad y superando el miedo tanto como pude, me acerqué al objeto haciendo una visera de mis ojos con mis manos y protegiéndome de olivo en olivo con sus ramas, tratando de ver de qué se trataba y su forma y tamaño, pero no pude verlo bien porque eso era peor que mirar al Sol cara a cara. Me parecía una lavadora redonda normal, parecía “voluminosa”. A más de la mitad del camino hacia el objeto, cuando me encontré con que para llegar a él tenía que rodear un barranco (el olivar se encuentra en un terreno muy accidentado) y perderlo de vista unos segundos. Así lo hice, y cuando llegué a unos 15 o 20 metros donde estaría el objeto, vi con asombro que ya no estaba allí. Entonces me asusté y me quedé un rato observando todo lo que me rodeaba, en caso de que esa cosa se hubiera movido y estuviera más cerca de mí de lo que quería. Al ver que no había nada a la vista, me animé y casi llegué al punto donde se había detenido. Pero no pude llegar allí, porque entonces noté un olor extraño y me comenzaron a picar los ojos y la garganta y sentí falta de aire. A medida que avanzaba un paso, estos síntomas aumentaban de forma alarmante. El olor no era ni fétido ni desagradable, pero me asfixiaba; mis ojos comenzaron a lagrimear y no pude ver nada. Fue entonces cuando sentí verdadero pánico y salí de allí a la máxima velocidad que mis piernas eran capaces, pero no hacia el corte donde tenía mis herramientas y la chaqueta con documentos y dinero, sino hacia Morón, donde llegué sin detenerme. descansar o solo un momento. Llegué a casa en tal estado que mis familiares se alarmaron, hasta que les conté todo lo sucedido. Al día siguiente, a las seis de la mañana ya más tranquilo, volví al tajo para recoger mis herramientas y chaqueta. Pero de nuevo tenía curiosidad por volver al lugar donde vi la cosa, sobre todo para ver si había dejado algún rastro. Estaba observando el lugar con mucha precaución y no vi, ni había rastros de ese olor. “
Evidentemente, el caso de las Huellas de Morón de la Frontera permanece abierto a la espera de nuevos detalles que nos permitan profundizar en lo ocurrido. Lo cierto es que cada caso que hemos reportado involucra a diferentes plantas: girasoles. tréboles, lavanda, viñedos, etc. ¿Coincidencia?
Joan Crexells
C.E.I. Centro Español de Estudios Interplanetarios (Barcelona)
Datos referente a otros sucesos OVNI en Morón de la Frontera
REDACCIÓN DE LA VANGUARDIA 26/10/2016 00:05 Actualizado el 26/10/2016 5:53 p.m.
Este es el documento desclasificado por el Ejército del Aire en relación al avistamiento de un OVNI en Morón de la Frontera, Sevilla, el 23 de febrero de 1995.
El Ministerio de Defensa ha publicado un total de 80 registros de avistamientos de fenómenos extraños, también conocidos como “UFO Files”, que tuvo lugar dentro del espacio aéreo español entre 1962 y 1995 en lugares de toda España.
El conjunto de estos archivos, que suma 1.900 páginas, contiene avistamientos de extraños fenómenos que a lo largo de esos 33 años fueron recolectando personal o material de la Fuerza Aérea.
Cada expediente consta de unas cuantas páginas en las que se recogen el lugar del avistamiento, la fecha, el resumen de los hechos, las consideraciones, las conclusiones y la propuesta de clasificación o desclasificación del documento.
También existen reportajes o entrevistas con testigos de los hechos, reportajes noticiosos de su caso o reportajes meteorológicos de la noche en cuestión, entre otros datos. Cada archivo es diferente según el avistamiento que se recopile, por lo que mientras algunos constan de solo dos páginas, otros pueden tener docenas.